El retorno del Dr. Phibes

El tópico de las segundas partes se cumple a la perfección con esta película. Da la impresión de haber sido escrita en una tarde y con el único propósito de explotar la buena acogida de su predecesora estrenada tan solo un año antes, posiblemente así fuese.

Quiero matizar que no la estoy comparando con otras películas de SerieB, sino con su primera parte. Claro que hay películas peores de este género que El retorno del Dr. Phibes, pero creo que si tan solo un año antes se hizo una película tan genial como El abominable doctor Phibes, no hay perdón para lo que se hizo un año después.

La película es mala, de hecho es bastante o muy mala. Pierde totalmente la esencia del trastornado, vengativo, cruel y sádico Dr. Phibes para pasar a ser un personaje que se refugia en una montaña perdida de Egipto con unas infraestructuras absolutamente increíbles que no encajan en ningún momento. Por ejemplo, a la hora de hablar, lo acaba haciendo cuando y donde le da la gana, el problema de crear situaciones imposibles es que donde antes (me refiero a la primera parte) había micrófonos en puntos claves para poder comunicarse dentro de su propia casa (y esto ayudaba a la atmósfera de terror), ahora va cargando con fonógrafos por medio Egipto (eso cuando no decide hablar en off y asunto del fonógrafo solucionado).

El guión es malo, durante la primera mitad de la película la trama se basa en recordarnos una y otra vez (y otra vez) su viaje a Egipto, simplemente estás deseando que lleguen porque la historia no avanza un ápice hasta que no están allí y, cuando llegan, las cosas mejoran muy levemente. Los toques de humor que, a mi juicio, tan bien tratados estaban en la primera parte, sin entrar en exageraciones, se convierten en absurdas bromas sin sentido en esta otra.

La música que acompaña a la película no encaja ni con cola, podría citar unas cuantas escenas en las que es prácticamente imposible no darse cuenta de que no le pega en absoluto con lo que está sucediendo en pantalla. Una vez más, la impresión de haber sido un trabajo hecho sin ganas y siguiendo, simplemente, la inercia que dejó la primera parte.

Para terminar, tampoco Vincent Price está a la altura de su anterior actuación; si bien es muy complicado recrear al mismo personaje que hacía estupendamente en estas nuevas situaciones, me parece que él también se ve arrastrado por esa inercia y desazón a la hora de actuar esta vez.

En la anterior película todo era más o menos científico y se centraba en Londres, pero esta de repente incluye temas inexplicables de resurrección, maldiciones, espíritus sirvientes (Vulcania), misticismo, búsqueda de la inmortalidad en excavaciones arqueológicas de egipto... Eso sí, continúan los asesinatos a lo Saw.
Y repiten los inútiles detectives de Sotland Yard, que cada vez que salen en ambas películas parece que de pronto hemos pasado a ver una comedia inglesa, divertida de hecho.

Robert Fuest pretende prolongar el éxito de su anterior película con una nueva entrega de las aventuras y desventuras de Phibes, interpretado por Vincent Price esta vez un poco menos inspirado.

La película en general está bastante menos inspirada. Debo ser de los pocos que adora la primera parte pero que no se lo pasó bien con esta segunda. Ni siquiera sé muy bien la razón, porque comparte género, pero la historia no me atrapó en absoluto. Me pareció difícil de seguir, no en el sentido de que sea una trama compleja, es más en el sentido de que la forma en la que transcurren las cosas te acaba repeliendo más que atrayendo. Eché de menos un poco más de oscuridad en la cinta, y es que Robert Fuest acaba convirtiendo al Dr. Phibes en un personaje demasiado caricaturesco y se olvida de lo enigmático que resultaba en la primera parte.

Un monstruo venido a menos, una película que pedía algo más. Si te gustó la primera parte es probable que te guste la segunda y no como me pasó a mí, pero desde luego si te acaba gustando más que la primera...

Una secuela más delirante e ilógica aún que la primera, hay menos horror y se incursiona en el terreno de la aventura con toques de comedia grotesca, casi al límite del humor disparatado.

El argumento sigue en la misma línea de la primera parte donde Phibes asesina de manera muy poco ortodoxa a sus víctimas, sólo que en esta oportunidad lo hace para lograr revivir a su amada esposa.

El argumento es muy inverosímil, casi al extremo de lo tolerable diría yo, y llega a rozar la frontera de lo absurdo.

La cinta abandona los escenarios oscuros propios del terror puro para transformarse en esta continuación en una aventura cómica donde la lógica se pierde ni bien comenzamos a transitar el relato.

Las muertes son menos impactantes, las exageraciones son mayores y hay un incontable número de sinsentidos que verdaderamente le asientan bastante mal a un filme que pierde por completo la compostura y sobriedad del sentido común.

Por lo demás: Vincent Price no está tan contundente y sólo intenta repetir su personaje de la primera parte, el argumento está menos trabajado desde la originalidad, ya el factor sorpresa no funciona aquí, hay mucho delirio narrativo, y el humorismo no es tan efectivo.

Por ello es apenas una secuela regular que pierde mucha calidad, y se nota que está continuada argumentalmente a través de una trama improvisada que traiciona al horror y se establece dentro del género aventurero y fantasioso, pero con situaciones extraviadas hasta el hartazgo.

Lo dicho en el título de la crítica, Phibes sigue “enchufado” en pleno desierto donde vaya uno a saber dónde el tío consigue la energía eléctrica para sacar su voz mediante los artificios que utiliza. En ciertos momentos pareciera ser una parodia berreta de Indiana Jones (aún cuando este filme es anterior a la fecha de lanzamiento de la saga de Indy)

Palabras claves: doctor loco, psicópata, venganza, comedia negra, asesino serial, secuela, inmortalidad, aventuras.

(cualquier aporte, sugerencia, o simple acotación a esta crítica serán bien recibidas en el espacio de comentarios de mi blog personal)

Es mi opinión, esta secuela fue fallida dado en interesante trabajo anterior de Robert Fuest. Las locaciones son adecuadas, pero en si, el traslado a Egipto no tiene una razón suficientemente fundamentada. Las actuaciones son acertadas, pero destaco la del fallecido Robert Quarry. Esto, no basta pasa hacer pasable una película de mediocre factura, que sin duda, se hizo para aprovechar el relativo éxito de la anterior.