BMW USA: Zeus & Hera (C)

«Zeus & Hera» es el título del anuncio de BMW para la Super Bowl. Está protagonizado por los actores del star-system Arnold Schwarzenegger y Salma Hayek interpretando a los dioses griegos del Olimpo en su retiro dorado.

Zeus y Hera deciden retirarse del Monte Olimpo a Palm Springs, pero la vida no era como Zeus se la esperaba. La electricidad en la tierra dista mucho de ser la que el desea y poco a poco se va frustrando y arrepintiendo de su decisión. Justo cuando todo parece perdido, Hera aparece con un nuevo buga totalmente eléctrico...

Spot efectivo que hará las delicias de más de un vendedor de coches...

Los comienzos de Schwarzenegger en el cine fueron una vergüenza, con "Hércules en Nueva York" (1967), involuntario bodrio infame, quedando como el prólogo de una carrera que, años después, sería meteórica, pero cuyo primer paso implicó pisar un enorme truño.

En aquél, Arnold se encaraba con Zeus pues el mozo estaba "cansado de las mismas caras viejas". Frase ya mítica que hay que escuchar en versión original, acompañada del tráfico de fondo próximo a Central Park colándose en los micrófonos en lo que, se suponía, era El Olimpo.

Pasaron las décadas, y Arnie triunfó en el cine tras hacerlo como fisioculturista. Tal y como le contó a James Cameron por teléfono, allá cuando lo conoció antes del rodaje de "Terminator" (1984), "no quiero ser un actor; quiero ser una estrella". Y así fue. El machote se hizo una estrella. Y en una jugada digna del más gamberro de los genios de la botella, también logró su deseo inmediatamente anterior, porque nunca fue un actor.

Total, que ya bien forrado, con una fortuna valorada en varios cientos de millones de dólares, y con una colección de cochazos en su garaje que no le hacían ascos a devorar gasolina, a Arnold se le hinchó la vena ecologista. Jamás en su vida le había preocupado otra cosa salvo triunfar pero, tras su aterrizaje en la política activa, comprendió que necesitaba vender un crecepelos que la gente quisiera comprar. Y el medio ambiente, tan socorrido siempre para lavar imágenes, le podía venir de perlas. Como aquel "meme" de un anciano canoso frente al ordenador, Arnold se cansó de ser un machaca; ahora era un ecologista comprometido.

Y ahí sigue desde entonces, preocupadísimo por la naturaleza mientras posee casoplones que devoran agua y electricidad, gigantescas placas solares oportunistas tapadas por la copa de un árbol (qué bonitas las fotos satélite de su casa angelina en Chalon Road) y una colección de coches de lujo que no deja de crecer, tanque incluido. Y como la tontería le funciona, aquí lo tenemos vendiéndonos un vehículo eléctrico de gama alta (los pobres que se jodan) mientras, en un giro del destino, luce disfrazado de Zeus. Lo que no luce, sino que calla, es la pasta que cobró por anunciar el BMW de marras aprovechando su ecologismo de AliExpress.

En resumen, ya apenas hace películas, pero sí el ridículo en anuncios de televisión tirando de su bestial hipocresía. Se morirá como el mayor vendedor de humo de la historia de Hollywood.