Ghosts of Cité Soleil

"Cortante" es como mejor podría definirse el documental que ha conseguido filmar el equipo de Asger Leth y Milos Loncarevic, un documento brutal que nos lleva a Haití, a la Ciudad del Sol, donde las bandas son algo común y la política juega con ellas a su antojo formando rivalidades y ghettos. ¿Os acordáis de Ciudad de Dios? Pues aquí podríamos hablar de la Ciudad del Diablo: calles llenas de niños desnudos, armas en cada esquina, cuerpos escuálidos y mucha, mucha violencia.

Lo más sorprendente de esto, o lo que más golpea al espectador, es que estamos presenciando cosas reales. Esto no es ficción, como reza el eslogan de la película, y justo ahí radica su mayor hallazgo: mostrarnos cosas que nadie se había atrevido a filmar. Con una estética recargada, algo plomiza por momentos, y una violencia que va más allá de lo imaginable, este documental sirve para abrir los ojos a quienes pensaban que su vida era una puta mierda. Después de ver esto, lo cierto es que casi cualquiera es un auténtico privilegiado.

Pero aunque las cosas parezcan ir bien, acabarán yendo mal. Las consecuencias de los actos se pagan tarde o temprano, y como dice uno de los líderes "Cuanto más mates, menos durará tu vida". Con un final poco esperanzador, Ghost of Cité Soleil es un eminente documento que merece mucho la pena. Puede que no sea una Obra Maestra, pero sin duda es arriesgado, está bien filmado y aclara muchos aspectos de la vida en ese país y la situación que viven. Francamente bueno.

Comienzo perezoso, batiburrillo de nombres, protagonistas clónicos, aturulladora música, 2PAC en vena, y no el de NOTORIUS sino en HAITí. ARISTIDE, ¿quién es ese?, liberado teólogo, presidente triunfal, "chemirato" a cuestas, agravio para su ex-ejército, respuesta para los BILLYS, resistencia romántica, realidad virtual.

Y la cámara, la real realidad, arma de las armas, danesa de origen, vacaciones antilleras y montaje postrero. Mareante, zoomeante, colorido a veces, descolorido otras. Arma de armas. Introducida en la introducción del "black on blonde" de un rapero y una colaboradora del amor libre, enamorada de la causa y sus causantes, emigrante final, como el reportero y el "prota" poeta.

COLÓN la bendijo, esclavos la liberaron y ONU la teme. Cité Soleil habla el francés, no el de CUBA, sino el napoleónico. Y grita que existe a un volumen menor que el de los disparos que matan a quienes les ponen el micro.