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El estrépito del vacío (Masters of Horror Series) (TV)

Terror. Thriller Larry Pearce (Chris Bauer), supervisor de control de calidad en una empresa de tecnología, se pasa los días monitorizando las conversaciones intrascendentes del resto de personal de la empresa. Su trabajo y la pena por la muerte de un hijo le han proporcionado la capacidad sobrenatural de oir con extrema sensibilidad, lo que le llevará a cometer violentos actos para silenciar las cacofonías de su cabeza... Capítulo 4 de la segunda ... [+]
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
22 de abril de 2007
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brad Anderson (“Session 9” o “El maquinista”) es una de las nuevas incorporaciones esta segunda temporada. “Sounds like” es un episodio totalmente apartado a lo que es el concepto de la serie: más cercano a una fábula propicia para el cine fantástico con algunos toques truculentos para no desentonar demasiado.

Difícil es saber si las intenciones de Anderson era conseguir un cruce entre “La habitación del hijo” y “El corazón delator” de Poe. Fácil es confirmar que “Sounds like” defraudará completamente a quienes pretendan encontrar en este episodio una ración de casquería, efectismos y contornos desnudos femeninos. Y más sencillo resultaría afirmar que el 90% de la humanidad se aburrirá como ostras: realmente es un cortometraje alargado y ajustado al formato de la serie.
Para ese otro 10% resultará totalmente recomendable.

Brad Anderson al menos construye una historia a partir de los sentimientos y ausencias, evitando que el efecto no ataque al espectador sino a su protagonista (la mayoría de sus secuencias están construidas mediante el silencio y sonidos), sondeando las metáforas en objetos y lugares (el barco, la habitación), confirmando que el verdadero terror puede encontrarse en algo tan simple e imperceptible como escuchar el silencio y que en esa búsqueda de un hijo, el silencio y uno mismo tenga cabida un puñado de secuencias interesantes con un desenlace admirable.

Pese a ser predecible y no crear una verdadera atmósfera desasosegante, impropio de Anderson, es posiblemente uno de los tres mejores episodios, en mi modesta opinión, de la segunda temporada.
Maldito Bastardo
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17 de junio de 2008
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No cabe duda que, visitando las dos temporadas de Masters of Horror, este "Sounds like" es una de las propuestas más decentes a visionar. Ello no es óbice para reconocer que esta apreciación viene más provocada por el efecto comparación que por la calidad intrínseca del film.

Aunque la premisa es ciertamente original, el argumento, la historia no da ni para una hora, ante lo cual hay una clara deriva hacia el bostezo, así como tambien muchos momentos redundantes por lo engorroso de la explicación detallista, o que simplemente son artificiosamente ridículos por el uso inadecuado, inncesario y sentimentaloide de los flashbacks.

Pero quizás el principal problema es el mismo que afecta a toda la serie; quizás por bajo presupuesto, quizás por sus actores de baja estofa, quizás por el cúmulo de estas circunstancias, pero la cuestión es que hay un aire tremendamente impersonal en todo el metraje.

Esto, que puede hasta no importar en un film de un director cualquiera, se deja notar en exceso cuando se trata de un director como Brad Anderson. Cierto es que se adivinan detalles de su impronta estilística tales como el gusto por tratar el descenso a los infiernos personales del protagonista, por escenas como la de la lluvia, el maravilloso plano final, y en general un claro desmarque de la truculencia visual en favor del terror psicológico que puede producir lo cotidiano. Lástima que se quede, en eso, en detalles, ya que por lo demás el film podría pasar por el debut de un joven prometedor o peor, por el trbajo rutinario de un director de segunda fila.

A pesar de todo, "Sounds Like", merece echarle un vistazo, aunque sólo sea porque sus escasas pinceladas de calidad hacen que su visionado no sea una absoluta perdida de tiempo.

Lo mejor: Cuando Anderson dirige.
Lo peor: Lo poco que se deja notar.
LennyNero
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8 de enero de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brad Anderson ha construido su carrera sobre los cimientos del dolor y de la culpa. Su cine es de terror casi de forma inevitable: el laberinto de una mente destrozada es un lugar que da mucho miedo. Un lugar que sempre ha recorrido con la intención de comprenderlo, ya sea recurriendo a trampas sacadas del fantástico (Session 9) o a los espejismos de la conspiranoia (El maquinista). En El estrépito del vacío, episodio nada acomodaticio de la serie ideada por Mick Garris, decide afrontar los claroscuros de la psique humana sin coartadas de ningún tipo, con transparencia y potenciando la experiencia sensorial que una historia así nos ofrece.

Planteada casi como una activdad de inmersión en una mente ajena (mediante un esforzado trabajo de sonido), la película alcanza logros en la modulación progresiva del deterioro psicológico de su protagonista, cuya crispación y dolor el espectador llega, si no a compartir, sí al menos a comprender. La trama es sencillísima, casi anecdótica, pero dentro de su estructura de pieza de cámara consigue absorber la suficiente carga emocional de su historia como para que su desarrollo no nos sature o aburra. Lejos de hundirse en la reiteración, Anderson se reafirma en la seguridad de los detalles; estos, y no otra cosa, son los que dan cuerpo, interés y vida a una película apreciable y amarga que podía, no obstante, haberse currado un trauma menos sobado que el del maldito hijo muerto, que es tipiquísimo.

Lo mejor: la solidez narrativa de Anderson.
Lo peor: poca imaginación con lo del trauma.
nachete
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29 de abril de 2008
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Genial cuarto capítulo de la segunda temporada dirigido por Brad Anderson, uno de los más interesantes directores contemporáneos del cine de terror y suspense, ya que nos dio joyitas como "Session 9" y "El Maquinista". De los ocho que llevo vistos de la segunda temporada éste me parece de los mejores junto a "The Damned Thing" de Tobe Hooper y "Pelts" de Dario Argento. Su historia es original, aparte de que se aleja del concepto de la serie y en vez de terror más bien pertenece al género fantástico con algún toque dramático. Entretiene bastante y está excelentemente interpretado, destacando Chris Bauer en su papel de Larry y que tiene una especie de "super poder" bastante jodío: Tiene el sentido del oído super sensible hasta tal punto que el simple sonido de un subrayador le parece algo realmente insoportable. Lo mejor de "Sounds Like" es que nos consigue transmitir en varios momentos lo fatal que lo pasa Larry y como, poco a poco, va cayendo en la locura. ¿Y qué decir de la escena final? Increíble, quizás algo previsible pero es una escena genial. Un bastante notable capítulo y altamente recomendable de ver.
Marcos Sastre
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4 de abril de 2007
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brad Anderson dirige uno de los episodios buenos de la segunda temporada de los "Masters". A diferencia de casi todos los demás, en este mediometraje no hay hemoglobina en exceso, ni monstruos de otras dimensiones, ni sexo duro, ni nada excesivamente paranormal y que a primera vista vaya a angustiar, no. En esta historia, el protagonista es un tipo presuntamente normal, lo único que tiene súper-oído. Daredevil también lo tenía, y no era siniestro (bueno, la interpretación de Ben Affleck en la peli sí que era de horror).

Pero vamos, con esta premisa sencilla, con el tipo atormentado por la muerte de su hijo, Anderson crea una hora de angustia que crece cada vez más. Te mete dentro, y te asfixia. ¿Es el protagonista un cabrón loco? ¿Es lo mejor que puede? Te mete en el personaje, le comprendes mejor, sufres con él... Es un tipo alterado que va cayendo en la locura por una vida en la que cualquier sonido, por diminuto que sea, es un estruendo infernal. Si nos angustiamos cuando escuchamos un mosquito revolotear cercano a nosotros, ¿cómo lo pasará él? Pues así, Brad Anderson, te mete, creando momentos terribles como lo de la lluvia, por ejemplo, que de verdad agobian. Mientras, el protagonista, se desmorona, consiguiendo un crescendo (odio este tipo de palabras que te hacen ser culto, pero tenía que ponerlo) en lo que a inquietud y malestar (en el buen sentido) se refiere.

El punto flaco es que, ni con esas, consigue suplir en ocasiones el vacío del metraje, que consigue hacerse un poquito pesado en ocasiones, sobretodo al principio, pues luego es cuando comienza la verdadera angustia, acompañada perfectamente por la música, que cumple su trabajo de hacer pasarlo mal al espectador a la perfección.. Pero bueno, lo de la pesadez es un mal menor, que se olvida fácilmente cuanto más se acerca el final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Erizio
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