Ataque Fuerza Z

En el Mar de la China, durante la II Guerra Mundial, desembarcan de incógnito un batallón de cinco hombres en misión secreta. Su tarea consiste en rescatar a los tripulantes, entre ellos un diplomático americano y un alto agregado japonés, de un avión derribado en la isla. Su plan suicida comprometerá incluso a los pacíficos lugareños, en su mayoría campesinos, represaliados por las tropas niponas.

La Fuerza Z existió realmente. Era un grupo de Operaciones Especiales del Ejército Austrailiano que durante la Batalla en el Pacífico, custodiados bajo mando aliado en misiones de cooperación, se enfrentó a numerosas y peligrosas misiones, concentradas en una en éste largometraje casi desconocido por el gran público dirigido por el inglés establecido en las Antípodas, Tim Burstall (entre sus labores destacan el haber realizado episodios de ese horrendo pero popular culebrón titulado “Retorno a Edén”).

Burstall colaboró Jim Ao Hsing en ésta hazaña llevada a los bordes de la ficción pseudo-bélica. Puede que su resultado roce la mediocridad pero se digna de contar con la presencia de actores en auge como Mel Gibson, Sam Neill y el californiano John Phillip Law, que protagonizó en los años setenta; “El Viaje Fantástico de Sinbad” (1973).

Filme bélico australiano rodado a la antigua usanza, más próximo a "Los cañones de Navarone" (1961) que a "Platoon" (1986). Producción modesta pero bien realizada, rodada en escenarios exóticos, con un elenco ya interesante entonces, con Mel Gibson y Sam Neill. Buenas escenas de acción, en especial la batalla final - una épica ensalada de muertos - junto a un romanticismo naïf y de garrafón. Nada que objetarle. No es "Un puente lejano" (1977), ni lo pretende, ya que más que realismo, lo que busca es el típico producto bélico con heroismo, abnegación junto a muchos tiros y acción. Y sí, tenemos todos los tópicos de este género, con la chica guapa de la resistencia, el enamorado del comando y los malos crueles y torturadores, aunque tampoco se ceban demasiado con los japoneses.

El irregular director inglés Tim Burstall hace una peli de guerra rodada a la vieja usanza, con los antiguos métodos y, en general, muy deficiente.

Un comando de soldados australianos se lanza a una misión secreta con el objetivo de mermar las tropas japonesas durante la Segunda Guerra Mundial.

Producción con escasos recursos que está más o menos realizada (más menos que más), escenarios exóticos y reparto donde destacan un jovencísimo Mel Gibson, un apuesto e interesante John Philllip Law y un Sam Neill en gracia.

Tiene la cinta algunas escenas que medio se pueden ver, de acción, sobre todo la batalla final, con gran cantidad de muertos, nipones la mayoría. A lo que se suma un romanticismo puberal y tontón, y algunos primeros planos más penosos que emocionantes.

Tiene de interés el filme servir de testimonio y poner en evidencia que la tal Fuerza Z existió realmente como grupo de Operaciones Especiales del Ejército Australiano. Durante la Batalla en el Pacífico, una de las pocas únicas unidades de guerra para enfrentarse a la Marina Japonesa fue esta unidad de aguerridos soldados.

Y poco más. Ayer la cacé al vuelo en TV y la vi de principio a fin como si de una “rara avis” se tratara.