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Che!

Aventuras Reconstrucción de la relación mantenida por Che Guevara y Fidel Castro, la versión cinematográfica de Richard Fleischer cuenta con la presencia de Omar Sharif en el papel protagonista. Desde el encuentro de los dos líderes hasta sus desavenencias y la salida de Guevara de la isla, Che! es una revisión de la historia desde una perspectiva estadounidense, contextualizada en los años que siguieron a la presidencia de John F. Kennedy y al ... [+]
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
20 de setiembre de 2006
68 de 94 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película lamentable y, lo que es peor, de un maniqueísmo vomitivo, con la pertinente demonización de todo lo que tenga que ver con la palabra comunismo. Se supone que es un "biopic" de la vida del eternamente ( a pesar de bodrios como el aquí comentado) mítico Che Guevara, desde el inicio de la revolución cubana para derrotar a Batista hasta su muerte en su lucha revolucionaria en Bolivia. Película no sólo ya desafortunada, nada rigurosa o ineficaz, sino de una demagogia denunciable que pretende no una desmitificación de la figura del Che sino un absoluto oscurecimiento de éste, perfilándolo como la antítesis de lo que dejó escrito e hizo: es presentado como un guerrillero asmático, caprichoso y personalista, lo contrario a Robin Hood (por lo visto se dedicaba, entre otras cosas, a robar a los pobres y al pueblo llano, intentando luego instruir y meter a esas gentes en sus guerrillas), un tipo despreciable, que odiaba a Fidel Castro (el odio parecía recíproco), un utópico peligroso para la humanidad. ¡Oh, ya llegaron los americanos a abrirnos los ojos!. ¡Gracias y aleluya!.
Con esta película se incinera la figura del Che, pero hay tal penosidad en lo expuesto, tal lamentable elección de actores (¡¿Shariff es el Che y Palance es Fidel Castro!?). tal mediocridad en la realización de un Fleischer despistadísimo, y un guión tan tendencioso como despreciable que salgo con la impresión de que esta película provoca en mí lo contrario a lo que busca: veo al Che del pueblo cantado en hermosas canciones; al Che querido, llano y revolucionario; al Che comunista y utópico; al Che sentido y verdadero, que sin ser un Dios (¿quién osa decir que el Che, y dado que era humano, demasiado humano, no albergaba muchos defectos y cometió muchos errores?), es y será siempre un referente sencillo y admirable de lo que es la lucha, los sanos ideales, la revolución desde abajo, del utópico, querido y machacado comunismo.
Por lo demás, me corre un sentimiento de ganas de incinerar semejante película y escuchar alguna canción de Carlos Puebla o Atahualpa Yupanqui.
kafka
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1 de junio de 2008
34 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con total sinceridad. Quien necesite un forro para DVD, le regalo este, después de haber tirado el disco a la basura. La compré por tratarse de una película que narra la vida de -según Jean Paul Sartre- el ser humano más completo de nuestra era. Cualquier punto de vista que se hubiera empleado, podría haber sido más o menos coincidente con el mío, pero jamás pensé que se tratara de una completa estafa.

Sin el menor rigor histórico, contiene innumerables fallos e incoherencias con los verdaderos hechos. Para la caracterización de los personajes hubiera costado mucho trabajo conseguir un resultado peor. El ramalazo propagandístico no deja de estar presente en ningún momento, aunque se quiera presentar el film como un relato neutral, añadiendo en su comienzo ciertos matices que así lo quieren presentar. Pero sólo hay que ver al completo la película -cosa que no recomiendo a quien aprecie cada minuto de su vida-, para darse cuenta de la manipulación que trae consigo. Hasta quien no conozca la historia se percataría de este hecho al vuelo.

Una auténtica pena...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Doramas
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9 de octubre de 2013
11 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen abundantes datos de que esta pelicula fue finaciada por la CIA, en n momento en que las figuras de Fidel Castro y Ernesto Guevara llegaron a tener bastante influencia en todo el mundo, incluso en los USA. Aunque la interpretacion de Jack Palance y Omar Shariff no es demasiado mala, el resto es realmente cochambroso, con dialogos que suspuestamente quieren dejar entrever que no era "tan" idealista.... Probablemente la peor biografia en el cine del "Che".
verbius
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11 de febrero de 2014
8 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el asesinato a sangre fría, el 9 de octubre de 1967, en la escuela de La Higuera, Bolivia, del comandante Ernesto “Che” Guevara, el gobierno estadounidense se sintió muy seriamente preocupado por la admiración y el aprecio que, este gran líder revolucionario, tenía entre los jóvenes de todo el continente americano. Las camisetas se vendían por miles con su imagen impresa; los posters con su fotografía y sus mensajes políticos decoraban la habitación de un sinnúmero de estudiantes y obreros; su clásica silueta fue el motivo de innumerables grafitis; se homenajeaba su figura con canciones y poemas escritos por connotados artistas e intelectuales… y se escribían a diario cientos de cuartillas, hablando de manera encomiable de ese latinoamericano que sacrificó su vida en un afán incontenible de proporcionarle pan, justicia y dignidad a los pueblos de un continente plagado de cruentas dictaduras y gobiernos hincados de rodillas ante el prepotente imperialismo norteamericano.

Surgió entonces la idea de hacer una película sobre esta gran figura, pero se mantuvo en reserva el propósito de que ésta sirviera para manchar la imagen del Che y no para alabar su lucha revolucionaria. “La CIA estaba detrás de ese propósito”, afirmaría después el actor Omar Sharif. Se contó entonces con una historia escrita por, David Karp y el productor Sy Bartlett, titulada en principio “Viva Che!”, y ésta se le dio a un hombre de toda probidad, que despertaría la confianza de los intelectuales y críticos que bien le conocían, para que hiciera “el guion definitivo”.

Fue así como, Michael Wilson, uno de Los diez de Hollywood, y quien contaba con valiosísimos créditos en títulos como, “The Court-Martial of Billy Mitchell”, “The Two-Headed Spy”, “Planet of the Apes”, y otros tantos, entró en el juego de escribir un guion serio y responsable, al que dedicó muchas horas, retocó en numerosas ocasiones… y finalmente concluyó el 11 de octubre de 1968, con 123 páginas escritas.

Pero, cuando <<CHÉ!>> fue estrenado, Michael Wilson se sintió ofendido en lo más hondo de su ser; se dolió de ver mancillada y ridiculizada la imagen de aquel respetable héroe… y de inmediato, escribió una fuerte carta a la Twentieh Century Fox, en la que exigía que su nombre fuera retirado de los créditos de aquella fanfarronada que, en apenas nada, se correspondía con lo que él había escrito.

Sin embargo, no consiguió que su nombre fuera excluido de semejante despropósito… y ya nunca más volveríamos a ver a, Michael Wilson, en los créditos de alguna otra película. Nueve años después, el 9 de abril de 1978, Michael Wilson abandonaría este mundo llevándose consigo la enorme frustración de no haber visto dignamente realizada la historia de aquel argentino por el cual sentía una profunda admiración.

Me viene a la memoria una estupenda frase del director, Herbert J. Biberman, gran amigo de Michael Wilson:

“Ten cuidado a quien pones en la lista negra… porque podría ser alabado como un héroe por la siguiente generación”.
Luis Guillermo Cardona
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31 de marzo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unos días me volví a ver una vieja y curiosa película, que todavía me pregunto para qué la hicieron. Me refiero a CHE! (Che!), dirigida en 1969 por el normalmente muy solvente cuando no magnífico Richard Fleischer, que en esta ocasión no estuvo del todo fino. Ya se sabe, hasta Einstein tuvo un día malo.

La película arranca con el cadáver de Ernesto Che Guevara (Omar Shariff) muerto en Bolivia, y de allí vuelve atrás en el tiempo, cuando, en compañía de Fidel Castro (Jack Palance) y de un pequeño grupo de revolucionarios, desembarcó en Cuba, para llevar a cabo una guerra de guerrillas contra el dictador Batista. Tras una emboscada en la que el grupo es casi aniquilado, se acaban rehaciendo, y Guevara, el médico de la expedición y de nacional argentina, se acaba convirtiendo en el principal consejero y lugarteniente de Castro y en artífice de la dura lucha contra el tirano y de la victoria. Una serie de entrevistas, intercaladas en la historia, con personas que le conocieron, dan versiones muy distintas de su personalidad: para unos, un héroe; para otros, un asesino sanguinario que, el día de la victoria, hizo fusilar a muchos enemigos prisioneros. Una vez en el poder, Guevara convence a Fidel de volverse hacia los soviéticos, de los que consigue armas nucleares para defender a Cuba de cualquier posible agresión americana. Pero los rusos, tras la crisis de los missiles, llegan a un acuerdo con los Estados Unidos y los retiran, y el Che monta en cólera. Desilusionado con Fidel, y ansioso por volver a la lucha armada, se dirige a Bolivia, para organizar una guerra de guerrillas que derribe no sólo al gobierno de ese país, sino que se expanda a todo Latinoamerica…

He leído, y seguramente no anda muy descaminado el que lo escribió, que la Fox produjo esta película, apenas dos años de la muerte del Che, porque olía en ello negocio, como lo era, ya entonces, el de las camisetas con su efigie, convertida en objeto de consumo, como lo sigue siendo hoy día, medio siglo largo después. Curioso destino para el mesías, abanderado y mártir de la causa del marxismo-leninismo a lo largo y ancho del mundo.

El guión fue encargado a Michael Wilson, veterano escritor comunista, represaliado por el macartismo, al que debemos, acreditado o sin acreditar, solo o en colaboración, los guiones de películas tan distintas e importantes como Un lugar en el sol, La sal de la tierra, La gran prueba, El puente sobre el río Kwai, Lawrence de Arabia y El planeta de los simios. Un curriculum impresionante, por lo que se podía esperar, y más con alguien como Richard Fleischer detrás de las cámaras, que el año anterior había hecho El estrangulador de Boston y el siguiente Tora, tora, tora, una muy buena película. No es absoluto el caso, al menos en mi opinión, y tras haberla visto ahora por tercera vez, y eso que la recordaba un poco mejor. Hay que decir que está acreditado como coguionista el propio productor, Sy Bartlet, que antes había producido cintas como Horizontes de grandeza y El cabo del miedo. El caso es que al parecer la película pretendía ser un retrato fidedigno y objetivo de la figura del Che, basado en toda la información que se tenía de él, con puntos a favor y en contra, pero luego la productora, según Fleischer, purgó el guión de todos los elementos positivos del personaje, y Bartlet cedió a todas las exigencias de los jefazos. He leído que Wilson se sintió escandalizado y engañado, pero no lo he podido corroborar; en todo caso me resulta difícil de creer que un veterano militante comunista escribiese un texto finalmente tan poco favorable a la persona del Che.

Sea como fuere, de entrada no me parece que los protagonistas fuesen los más adecuados. Omar Shariff y Jack Palance, eficiente el primero y muy buen actor el segundo, hacen lo que pueden, pero la verdad es que por mucho que los caractericen, o más bien los disfracen, cuesta trabajo de hacerlos creíbles como el Che y Castro. A mí quizás un poco menos porque he visto esta cinta otras dos veces en épocas muy alejadas de mi vida y ya lo tengo asumido, pero no. Sin duda interpretar a dos personajes tan famosos y mediáticos que el público tenía tan presentes no era tarea fácil, nunca lo es, pero habría que haber escogido a actores más adecuados. Ah, como curiosidad reseñar la intervención del estupendo Woody Strode –el “Sargento negro” de John Ford- haciendo de guerrillero.

La película, por otra parte, sin ser una producción del tres al cuarto, creo que hubiera requerido un mayor presupuesto. Rodada en Puerto Rico, sin duda el paisaje y los escenarios rurales escogidos dan el pego bastante bien como Cuba, pero en las escenas de la entrada en La Habana se nota que la muchedumbre no es muy numerosa y que están en las calles de un pueblecito cualquiera en vez de en las de una gran ciudad. Las secuencias en uno de los castillos –de Puerto Rico, está claro, igualitos a los de aquí de Cádiz- son convincentes, pero las que ocurren en el hotel o las habitaciones y el despacho de Castro, con un decorado al otro lado de la ventana simulando los edificios de la ciudad, resultan muy teatrales y acartonadas.

Fleischer fue un notable artesano, muy buen director, y por ejemplo las escenas de acción y movimiento están solventemente resueltas, como las secuencias de la guerrilla y la represión de las tropas de Batista, pero el resto no acaba de cuajar. Y creo que es porque él mismo no estaba convencido con lo que estaba rodando. Cuando uno no cree en lo que está haciendo, el resultado difícilmente puede ser bueno, y la película, sin ser del todo mala, va perdiendo fuelle y convicción a medida que avanza.

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PADRE FLANAGAN
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