Balada del pequeño soldado (TV)
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Documental
En la primavera de 1984, Herzog viaja hasta la frontera entre Nicaragua y Honduras, cerca del río Coco, con el fotógrafo y periodista Denis Reichle, para contar la historia de un ejército de niños–soldados que han renunciado a la infancia para prepararse únicamente para la guerra. Durante varias semanas, siguen el entrenamiento de los indios misquito. Aliados primero con los sandinistas para derrocar a Somoza, ahora se rebelan contra el ... [+]
28 de enero de 2018
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Herzog se introduce en la selva nicaragüense, más específicamente en la zona fronteriza con Honduras, región dominada por los indígenas Mosquitos, para filmar a los niños “soldado” que fueron reclutados para participar en la contrarrevolución impulsada por la CIA contra los sandinistas, posterior a la revolución de este grupo en contra del dictador Somoza.
Esto promovido por su amigo Denis Reichle, el hombre más osado y arriesgado desde su punto de vista, y esto es mucho decir de acuerdo a las increíbles vivencias que el propio Herzog ha tenido a lo largo de su vida.
Con una narración fluida, el realizador alemán presenta las cartas de forma sencilla para contextualizar al público, la situación de este grupo indígena antes y después de la revolución sandinista, para cerrar con estos chicos que terminan siendo los protagonistas del metraje.
Lo importante para Herzog como lo ha sido a lo largo de su carrera, no era mostrar algo con tintes políticos, porque como él mismo menciona palabras más palabras menos, sí tenemos niños con armas participando en la guerra, poco importa el contexto político.
El resultado final como no puede ser de otra forma es triste, estos chicos ni siquiera comprenden la magnitud de lo que hacían, no entienden y esto es aprovechado por los mayores de la contra para utilizarlos en su favor. Queda la interrogante de que habrá sucedido con ellos tras más de treinta años de haberse filmado.
Esto promovido por su amigo Denis Reichle, el hombre más osado y arriesgado desde su punto de vista, y esto es mucho decir de acuerdo a las increíbles vivencias que el propio Herzog ha tenido a lo largo de su vida.
Con una narración fluida, el realizador alemán presenta las cartas de forma sencilla para contextualizar al público, la situación de este grupo indígena antes y después de la revolución sandinista, para cerrar con estos chicos que terminan siendo los protagonistas del metraje.
Lo importante para Herzog como lo ha sido a lo largo de su carrera, no era mostrar algo con tintes políticos, porque como él mismo menciona palabras más palabras menos, sí tenemos niños con armas participando en la guerra, poco importa el contexto político.
El resultado final como no puede ser de otra forma es triste, estos chicos ni siquiera comprenden la magnitud de lo que hacían, no entienden y esto es aprovechado por los mayores de la contra para utilizarlos en su favor. Queda la interrogante de que habrá sucedido con ellos tras más de treinta años de haberse filmado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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