La montaña sagrada

Despiertas, miras a tu alrededor y no sabes en dónde te encuentras. Caminas un poco, te enfrentas con la "civilización" y quedas derrotado. Observas una serie de espectáculos visuales que quedan resonando en tu cabeza. Después te embriagas hasta perder el conocimiento y quedarte dormido. Abres los ojos, te miras en muchos espejos, no logras reconocerte aun sabiendo que estás ante tu reflejo. Esto te enfurece y destruyes los espejismos que nacen del subconsciente. Decides cabalgar de nuevo, te tropiezas con la confusión del desconcierto. A pesar de eso, sigues por el sendero del conocimiento. Aprendes lo que ya sabías de hace tiempo: que el dinero no vale nada, que la religión es hueca. Te costaba reconocerlo porque temías desprenderte de todo lo superfluo. Haces un convenio con un erudito extraño para encontrar la "verdadera sabiduría". Dejas atrás tus miedos, tus dudas, tus temores..., todo lo que alguna vez le perteneció a tu cuerpo. Crees que renaces de nuevo cuando ni siquiera has muerto. No piensas que sea un simple sueño, aun cuando percibes un gran aroma que se desprende de las entrañas del surrealismo muerto. Llegas al "final" del camino y te preguntas si es cierto. Tal vez no encuentres las respuestas que siempre has buscado, pero te percatas de que en realidad no sabías que era lo que buscabas a ciencia cierta. Puede ser que encuentres lo que ya tenías, y no querías ver. Quizá verás que andamos por este falso mundo de fantasía queriendo soñar realidades y despertar de sueños que no existen ni en la imaginación de la mente más perfecta.

Con la última Muestra Internacional de Cine en México del 2006 se retomaron dos cintas denominadas de culto: El Topo y La Montaña Sagrada, ejemplares jamás transmitidos por televisión gracias a guiones poco amables para los conservadores (políticos y empresarios) que de alguna manera se ven aludidos por este director que cuestiona los valores morales que han imperado durante siglos.

A través de la metáfora “La montaña sagrada” define al ser como “mierda” y sin contemplaciones cuestiona roles asignados a Dios, Jesús y todos aquellos individuos con la capacidad de brindar soluciones a la sociedad, que con análisis se conciben como los males que acechan al hombre: la esclavitud, represión, intolerancia, injusticia o el abuso todo por cuestiones de poder y dinero, tornándose como cuestiones de la vida diaria.

Sin muchos parlamentos, recursos visuales únicos y favorecidos por la idea clara que Jodorowsky quiere transmitir, trasciende a 23 años de realizada.

La Montaña Sagrada es de gran apreciación, comprensión, analogía y gran paciencia, no todas las percepciones son iguales, “No es necesario fumarse un churro, para poder disfrutarla”.

Hay que ser consecuente: no se puede poner a parir películas como "Gozu", "Izo" o las últimas de Godard y vanagloriar esta rayada pasada por demasiadas y diferentes sustancias ilegales.
Otra cosa muy diferente es el cine más atrevido de Buñuel, Cronenberg o Lynch. Simplemente me parece un cine demoledor cuyas intenciones entiendo y alabo.

Desde un arranque prometedor donde Jodorowsky da su peculiar y blasfema visión de la pasión de Cristo con imágenes metafóricas e impactantes, el filme se transforma en un sinsentido con una interminable y surrealista presentación de cada uno de los ¿dioses? de cada planeta del sistema solar, hasta rematar en una memorable paja mental apelando al metacine.

Aunque visualmente sea defendible, podría intentar narrar cada una de las aborrecibles secuencias teñidas de diferentes ritos religiosos o cultos, pero sería como contar y describir un inenarrable refrito de Gran Hermano con sus más ilustres freaks.
En definitiva, elegir el momento donde Jodorowsky pierde más el norte gracias al LSD resulta imposible a la par que tormentoso.

Lo mejor: su arranque con mención especial a la secuencia donde Jesucristo se encuentra rodeado de imitaciones en forma de maniquíes y comienza su peculiar terapia contra el estrés. Marilyn Manson se aprovecharía de dicha secuencia en su video clip “The dope show”.
También destaca la anécdota del ano de George Harrison, que declinó el invite de Jodorowsky para el papel principal por tener que enseñar el final de su conducto excretor. ¿Por qué no la haría? ¿Qué hacían los Beatles en el backstage? ¡Carmele, Lydia Lozano! ¡Tengo una exclusiva!

Tal vez con LSD y calimocho de garrafa hasta las cejas se disfrute más y mejor.

SIGNOS DE AGUA

“Los signos de Agua forman caracteres emotivos y con una cierta sensibilidad. Son personalidades moderadas. Pueden llegar a ser tenaces pero al mismo tiempo adaptables gracias a la fluidez del agua.”

(http://www.webdehoroscopos.com/categoria.asp?idcat=164)

El afán enciclopédico en el cine, es decir, el ansia por mostrar conocimientos ordenados por rangos y categorías, es un recurso interesante cuando no sólo procede de la cultura personal del autor, de sus lecturas y sueños, sino que además ilustra su capacidad para generar imágenes vivas y poderosas.

En este sentido, La Montaña Sagrada, es, con todo derecho, una Enciclopedia de Símbolos, la narración de un viaje a lo desconocido, una especie de Expedición de los Argonautas para beatniks y desclasados.

El tarot, el eneagrama, textos de San Juan de la Cruz y de René Daumal, el arquetipo del alquimista, “que convierte su excremento en oro”, confluyen en esta cinta donde todos los niveles de la sociedad que conocemos, son subvertidos, entremezclados, resultando una ‘sopa mágica’ cuyo principal encanto, a mi juicio, es el de tentar al ojo desnudo, desafiándolo a encontrar unaa nueva clase de percepción cinematográfica.

A partir del llamado Eneagrama de Personalidad, creado por el gurú boliviano Oscar Ichazo en 1968, Jodorowski crea sus nueve personajes principales, los que finalmente van a intentar el ‘asalto a la Montaña’, donde enfrentarán toda clase de peligros, y cuyo supuesto premio es nada menos que la Inmortalidad.

Es interesante echarle un vistazo a los nueve personajes principales y a los ‘eneatipos’ que encarnan.

Sel, El reformador.
Axon, El ayudante.
El ladrón, El triunfador.
Berg, El individualista.
Lut, El investigador.
Isla, El leal.
Fon, El entusiasta.
Klen, El desafiador.
El alquimista, El pacificador.

Me pregunto si no sería un hermoso juego clasificar las películas en base a estos ‘eneatipos’, incluyendo películas complejas que correspondan a ‘combinaciones’ de estas tendencias. Por ejemplo, El ciudadano Kane encarnaría al individualista-entusiasta-triunfador, mientras que Vertigo de Hitchcook correspondería a el ayudante-investigador-pacificador, por decir algo.

Cuando la selva de películas se prolonga hasta el infinito, se precisan nuevos y más exactos métodos de clasificación y selección, para evitar, que, como dice Alan Moore, finalmente la cultura se transforme en un ‘vapor’, por la excesiva ignición del conocimiento.

Cuando vi "El Topo" me quedé con la duda de si era un western surreslista con algún tipo de mensaje filosófico, o simplemente estaba de peyote hasta las cejas cuando le llegó la idea de hacer la película.

La Montaña Sagrada me ha gustado porque está más lograda visualmente, muy en consonancia con la época post-hippy en que fue rodada, aunque quizá a veces esté recargada de un simbolismo que en algún momento puede escapar al entendimiento e interpretación comunes. Supongo que habríamos de ahondar en temas como el psicoanálisis, la alquimia, la astronomía o las filosofías orientales y antiguas para poder llegar a comprender totalmente el discurso y la intención de Jodorowsky, un tipo que ha llegado a demostar totalmente convencido del significado numerológico-astronómico trascendental que encierra un simple partido de futbol.

La película tiene una clara intención de impactar con algunas escenas; en otras he de reconocer que me quedé fascinado por la carga crítica de la que casi nadie se salva, la sencilla asociación de ideas, o la fuerza visual de algunas imágenes en concreto, como un chimpancé sentado como un buda, o éste mismo caminando por la nieve de la mano de una mujer de la que no se separa en toda la película...

También me ha parecido muy brillante la recreación de la conquista de Mexico, en el circo de camaleones y sapos, sólo Jodorowsky podría mostrarla de una forma tan sencilla y clara. En otras escenas es fácil perderse porque no llega a haber un perfecto orden narrativo.

Lo de George Harrison habría sido muy curioso, él que estaba tan interesado en esos temas. Según ha llegado a contar el propio Jodorowsky, fue el ex Beatle quien le pidió muy interesado participar en la película, y no llegó a hacerlo por la exigencia del guión referente al primer plano de su ano...Jodo llega a reconocer el valor e integridad de Harrison por no rebajarse en algo que no estaba dispuesto a hacer, a pesar de haber estado tan interesado y admirar tanto su cine, que autosacrificó de haber sido encumbrado en su carrera ¿?. Yo no sé que hay de cierto en todo esto, sólo sé que Jodorowsky siempre ha tenido y tendrá muy hinchado su ego.

La película no es que sea satánica; podrá fascinar a quien le guste el surrealismo de Buñuel llevado a otro extremo, y será detestada por aquellos que no aguanten lo retorcido y el mal gusto de lo escatológico.