El misterio Galíndez

Las buenas interpretaciones y algunos momentos de tensión hacen de esta película un buen intento de thriller clásico.
Sin embargo, se me hizo pesada en algunos tramos.

Lo mejor:
• La mayoría de los actores, exceptuando a la protagonista. Atención a Reynaldo Miravalles y a Mario Limonta. Yo no sabía ni quiénes eran.
• Algunos momentos como el falso juicio en la República Dominicana o los encuentros con Areces y Angelito.
• Las hipótesis planteadas.

Lo peor:
• El lento inicio y la parte final.
• El personaje de Harvey Keitel, muy mal tratado. Podrían haberse recortado sus apariciones sin afectar en absoluto; incluso puede que mejorara el conjunto.
La protagonista también está mal tratada. No me importa lo que le pase. No hay tensión cuando se "descubre" que la propia CIA estaba implicada. Se supone que ella está algo decepcionada por la participación activa de Estados Unidos en el caso Galíndez, pero no me dice nada la expresión de su cara.
• Que te deje frío, es decir, que a ti tampoco te importe demasiado lo que ocurrió realmente con ese tal Galíndez.
• El doblaje. Muchos de los actores latinoamericanos se han doblado a sí mismos. El doblaje es una técnica para la que no todo el mundo vale, por muy buen actor que se sea. Es ridículo lo de Guillermo Toledo, y eso que me parece que es un actor cojonudísimo y que queda muy bien cuando se usa el sonido original de su voz durante el rodaje.

Conclusión: interesante, pero no se esperen "J.F.K.: caso abierto"; ni se le acerca.

Atractiva sobre el papel, y sin embargo irregular en su ejecución y resolución. Es cierto que si el tal Galíndez carece del más mínimo interés histórico-político, el guión es de lujo (basado en una novela de Vázquez Montalbán). La película tiene pasajes interesantes, buenos momentos y actuaciones destacables de secundarios. Desmerece el final y la poco creíble y flojita actuación de Saffron Burrows (guiri – Peneuvista), una pena.
Ocasión perdida para haber conseguido un producto notable.

Harvey Keitel protagoniza esta coproducción española que se queda en agua de borrajas. Es interesante por su reparto, por la historia y por una realización que es del todo impecable. El problema es que la película es excesiva en su metraje y eso quita un cierto dinamismo al trabajo final. El comienzo se hace soporífero y lo mismo ocurre en unos minutos finales en los que `todo el pescado ya está vendido´. Sobre papel prometía mucho y solo parte de las expectativas han sido saciadas. Esa mezcla de acentos que supone ver ese abanico de intérpretes que pasa por Eduard Fernández. Saffron Burrows, Reynaldo Miravelles o el citado Keitel es sin duda el punto fuerte de esta cinta.

Se las prometía felices; pero se quedó simplemente en correcta.

Lo que me gusta de la cinta: el guión es un auténtico lujo; inteligible y convincente, salpicado de frases lapidarias.

Lo que me asombra de la cinta: que a estas alturas descubra la calidad de interpretación de Miravalles, Ali o Angelino, "secundarios" que se comen la pantalla. Resultan más interesantes que los propios Harvey Keitel o Eduard Fernández, y eso que éstos hacen un trabajo impecable.

Lo que no me gusta de la cinta: Saffron Burrows y Jaqueline Arenal.

Si has terminado viendo esta peli después de una copiosa comida y te encuentras en tu sofá favorito lo más probable es que la siesta sea de órdago.
Si no has tenido la suerte de leer el libro de Vazquez Montalbán (allá donde estés, gracias por todo) y te enfrentas a ella con un "vamos a ver de qué va esto" te auguro una pájara de muy señor mío.
Y es que (y ya cuento mi película), siendo un fan declarado de todo lo escrito por el orondo don Manuel en el cual se basa el film en cuestión, la sensación es que es un refrito, y mal ejecutado de lo que es una historia cuando menos atractiva.
No puedo con Saffron Burrows, no me creo en ningún momento a Guillermo Toledo y con Harvey Keitel me salvan los prejuicios (positivos) que siempre tuve de él. Pero el cóctel es indigesto y eso me hace levantarme no menos de 20 veces a la nevera con cualquier excusa tonta.
Chirría y es una pena, porque la historia merece ser contada.Bien contada.