Tokyo Eyes

Siguiendo la lógica de las productoras de hacer remakes de todas las películas posibles, plantearé mi crítica de "Tokio Eyes" dejando entrever cómo podría ser una versión española de la misma. Si algún productor, director o guionista lee esto, que se joda, la idea es mía y pienso patentarla.

La base de la película sería exactamente la misma: Un tío se pone a disparar a la gente. Para asegurarse que no los mata, de que simplemente los acojona y traumatiza de por vida, usa una pistola con el cañón desviado y unas gafas con cristales de 10 centímetros que causan miopía instantanea. ¿Mola, eh? Bien. El actor podría ser... no sé, tiene que ser alguien conocido, ¿Qué tal Fernando Tejero? Perfecto.

La historia se desarrollaría en España, por toda la península, de forma que nadie se quedaría fuera. Fernando recorrería el lugar traumatizando gente. Comenzaría por los famosos, recorriendo la Gran Vía madrileña. Se encontraría a Yola Berrocal y le dispararía para ver si se plantea dejar de aumentarse las tetas, a Carlos Latre intentaría darle en la garganta, levemente, para que deje de joder películas con sus horribles dotes de doblador. Seguiría con la fauna hispana. Tejero se dejaría encarcelar para traumatizar a Julián Muños, y posteriormente iría a contarlo a "¿Dónde estás Corazón?", donde sodomizaría a todos los que allí trabajan. Tejero se encontraría en el plató con... su ex-novia, ahora prostituta. Llamémosla Juani. Después de una escena de sexo con unos cuantos planos enfocando a las tetas, proseguiría su camino.

Pero Fernando ya no sería el mismo. Tras montárselo con su ex-novia, decide que quiere sacarla de la prostitución. Ella no quiere, claro, ya que su hermano le pasa los clientes con mucha pasta gansa, pero intentará que él deje de atemorizar a la caspa hispana. Poco a poco Fernando irá dejándolo, abandonando a los famosos y continuando con gente corriente, de la calle. Se cruzaría con Grandine, a quien dispararía con la finalidad de que en el fondo (hondura!) reconociese que "Atrapado en el Tiempo" no es para tanto, y seguiría con Maldito Bastardo, que pasaba por allí, e intentaría acabar con su extraño trauma con las películas de Disney y Pixar, a ver si después del disparo es capaz de aguantarlas.

Tras todo esto, que sería emocionante hasta el extremo, todo arropado por la BSO de algún grupo musical de moda, no sé, Las Ketchup, acabaría con Tejero dejando la violencia. Su arma sería transferida a un aspirante a Policía Nacional, Pocholo, y su corazón sería obsequiado a Juani. Tras otra laaaaaaarga y plancentera escena de sexo, acabaría la película. FIN.

P.D: Más abajo, un par de escenas eliminadas y la opinión de la película, en su versión original, sin añadidos.

No es una película de acción, no es una película de un asesino en serie, aunque lo pueda parecer y es que lo que parece no es y más en esta película.
Donde las gafas no son para ver mejor el panorama y la pistola desviada no reclama cuentas pendientes a una justicia ciega, ¿o quizá si?. Tampoco es una película romántica. No vemos dos personas muriendo de amor el uno por el otro, ni siquiera un amor platónico al uso.
La chica siente algo, el chico siente algo. Pero aquí se trata de que los personajes caminen por las calles de Tokio, de observar, de sentir en según que momentos. Y si por el camino se encuentran al amigo Kitano en plan yakuza, pues mejor.
De todas formas, sea o no mainstream, si te gustan el cine de Jim Jarmusch o Sofia Coppola, hay muchas posibilidades de que te guste Tokio eyes.
Limosin se limita a poner la cámara en esta historia de corte moderno y capturar en ella la belleza oriental de Hinano Yoshikawa. Una mirada llamativa y diferente.