Hardball

No es una gran película y sin embargo mantiene un tono constante que la hace disfrutable, de una manera relajada.

La primera escena me hizo reír y después me sorprendió su ritmo que me mantuvo atento pese a saciarse de tópicos de buenos y malos.

A los americanos les encanta el Béisbol. A los americanos les encanta creer que el Sueno Americano (valga la redundancia) existe. Por eso hay cientos de películas como esta, aunque no se si alguna memorable. Sinceramente creo que no, pues no recuerdo ni una sola.

Hardball es un producto prototípico de televisión sin ningún gancho visual o argumental. Por ahí andan un par de caras conocidas, y únicamente por eso se estrena en salas comerciales, evaluando así el tirón comercial de las estrellas. En este caso un Keanu Reeves poniendo cara de malo con su cara de palo trata de hacernos creer que es un bala perdida de la ciudad de Chicago por asuntos de drogas y ostias. Pero con fruncir el ceño no basta. El caso es que por unas razones de las que ya no me acuerdo debe entrenar a un equipo de niños negros, lo que, lógicamente, le cambiará la vida. Ah! Y por ahí anda Diane Lane (Siempre es un placer), con el personaje menos desarrollado de la década (exagero claro, pero es que la amo tanto que es insultante).

Pero tampoco hay que ofenderse con películas como esta, pues da exactamente lo que propone. Unas lagrimillas culpables, y al menos, hora y pico de entretenimiento.

Keanu Reeves protagoniza este "dramita" deportivo, en el que tiene que entrenar (a su pesar) a un equipo escolar de béisbol formado por niños de esos del getto que sufren pero que tienen la única ilusión de su equipo.

Así, solo con ojear la base de su argumento está todo dicho. Porque la película es típica (pero típica, típica) y como estas se han hecho mil. Desde luego no es ni el primer ni el último drama deportivo que trata en su argumento sobre un equipo que parte con poco y con miembros con dificultades que no se llevan muy bien, para acabar desarrollándose hasta formar un espíritu de equipo y de superación que triunfe ante las adversidades (incuyendo al "chico malo" del entrenador).

Lo cierto es que en esta película el guión es algo aniñado, simplón y clicheado; y a veces sus situaciones resultan insultantemente forzadas, curisis o previsibles (es de esas películas en las que dices "y ahora esto va a pasar"... y pasa). "Hardball" explota el lado lacrimógeno más fácil a costa de recursos facilones y estereotipos... pero no por ello la cinta deja de ser un distracción bastante afable, ya que los críos en cuestión cumplen y, aunque tampoco son excesivamente carismáticos ni se quedan en la memoria, resultan agradables (no falta algún crío pequeñito con una sonrisa de esas de "para comérselo") y comparten una grata camaradería. Esto la hace muy llevadera y además deja algún par de momentos entrañables en los que logra emocionar a pesar de su formulismo (y es que el tener a algún niño mono haciendo pucheritos o con una sonrisa irresistible y a un equipo abranzándose ya se sabe que siempre funciona).

En fin. Tiene buena música, está bien realizada y montada y tiene actores que cumplen como Diane Lane (que tiene un papel tontísimo y hace lo que puede), Keanu Reeves (con un mínimo de carisma y mucho de atractivo físico) o los niños en cuestión.

Hubiera estado mejor si el guión fuera algo más novedoso o maduro, y no se notara tanto que quiere dar tanta pena penita pena de la forma más "light" (al ser tan evidente pierde impregnación dramática en muchas de sus situaciones). Pero sin ser perfecta "Hardball" resulta un agradable pasatiempo que solo emociona a duras penas.

Lo peor: Su previsibilidad (incluso durante los diálogos).
Lo mejor: Que la envuelve una atmósfera grata. El niño pequeñito.

Siempre me llamó la atención desde pequeño esta película aunque mucha repercusión no tuvo a nivel comercial y la verdad es que he tenido la oportunidad de verla y he disfrutado e incluso me ha sorprendido en algunos momentos. Reconozco que Keanu Reeves es un cartón inexpresivo y que hay muchos convencionalismos y estereotipos aparte de manipulación sentimental pero pese a esos defectos y errores de montaje y guión, la película se mantiene a flote gracias a la propia historia que resulta interesante como un moroso tiene que sacarse el dinero interactuando como entrenador de béisbol de unos chavales afroamericanos mal hablados criados en malos entornos y sobretodo en un contexto racista y complicado de vivir a la hora de salir a la calle debido a la delincuencia urbana, de ahí que el béisbol sea en una jungla de asfalto llena de animales salvajes que traen muchas dificultades al equipo. La película tiene ideas e incluso arriesga, cosa que muchas películas de este estilo no lo hacen y eso es un punto a favor. La pena es que la dirige Brian Robbins, un tipo carente de personalidad y aunque dota de entretenimiento e interés a la trama, en general no desarrolla muy bien a los personajes, por ejemplo desaprovechando a Diane Lane dejándola como un estereotipo romántico sin química con Reeves. Pero en general la cinta cumple con su cometido y enseña valores, hay una evolución en el protagonista y se hace amena. Más no se puede pedir y tampoco puede abarcar mucho. Películas de este estilo hay a montones e incluso mejores como Titanes hicieron historia, Coach Carter, La vida en juego.

Típica comedia amable donde un tipo pasado de rosca se ve obligado a entrenar a un grupo de chavales patosos que juegan al baloncesto / béisbol / hockey.

En este caso lo hace por deudas de juego, pero también puede hacerlo por orden judicial, o por ligarse a la madre de algún niño. Si no lo hace por este último punto, da igual, porque igualmente tendrá un romance con la madre de algún niño / la hermana mayor / la profesora.

Es una historia que he visto más veces, pero sin actores de tanto caché. Y sinceramente, cualquier canal infantil/juvenil tipo Disney hace mejores películas que esta, con la misma historia.