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Adiós

Thriller. Acción Sevilla. Juan (Mario Casas) es un convicto que comienza a disfrutar de su libertad durante los fines de semana, después de pasar años en la cárcel. Tras la muerte accidental de su hija pequeña, Juan acudirá a su brutal familia, apodados Los Santos, para aclarar lo ocurrido y ejercer su propia justicia. Mientras Eli (Ruth Díaz), la agente de policía a cargo de la investigación, tratará de evitar que el dolido padre se tome la justicia ... [+]
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Críticas 71
Críticas ordenadas por utilidad
29 de octubre de 2019
86 de 109 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando a Paco le pusieron su nombre a toda gloria en el capítulo final de Penny Dreadful me consta que hubo más de un brote de envidia torera, malamente transpuesto en ojeriza epidérmica. Miedo me da que con "Adios" se le salten las costuras a más de uno. Así que reclamo mis diez segundos de gloria y sólo voy a pediros que la veáis. Ved "Adios". Y, si queréis, luego discutimos sobre ella (que también puedo admitirle un par de pegas). Pero tenéis que verla porque es un trabajo en el que se han roto las costuras todos y por su orden.
Se han roto las de Paco Cabezas, porque hay que tenerlos muy bien puestos para salir de la zona de confort y partirse la cara por una idea, por una tierra, por una madre, por unos actores. Las de Mario Casas, porque podría vivir como un remedo de sí mismo al rebufo de un barco y una moto, y sin embargo se mata por su niña Estrella, como se mató por Mauthausen. Y cuando abraza a su madre, nos abrazamos todos a la nuestra, aunque ya no esté, aunque no nos guste... De las de Natalia de Molina no hay dudas sobre su capacidad para reventarlas, pero me quedo con ese tamborileo de uñas de pega en un hule que tiene más verdad que todo el cine de corta y pega. Y se le han roto las costuras a Carlos Bardem, a Mona, a Vicente...
Vedla, porque a mí, que el flamenco me deja fría, se me ha quedado carne de palmas y hoguera, y a mi, que no soy dada a la elegía, se me han roto las costuras de orgullo. Vedla porque el cine de Paco se ha hecho mayor. Y eso, de verdad, no hay que perdérselo.
LauraCG
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23 de noviembre de 2019
45 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablamos siempre del cine español como si fuese algo muy local y una rareza cuando no con desprecio. El cine no tiene nacionalidad como no la tiene ninguna actividad artística. El cine es CINE y es universal cuando retrata los sentimientos del ser humano. Dicho esto ME ENCANTA EL CINE ESPAÑOL porque me encanta el cine en general y las películas que se han rodado este año en España son de una calidad excepcional. Todo un año de grandes películas que no es necesario enumerar.
Paco Cabezas es uno de los grandes y con “Adiós” nos trae una obra maestra llena de sentimientos, pasión, acción con un guión extraordinario y unas interpretaciones de lujo. Mario Casas vuelve a demostrar que es un todo terreno que pone el corazón en todo lo que hace. Natalia de Molina emociona y conmueve y el resto del reparto con un Carlos Bardem de raza y una Ruth Díaz que deja huella y con todos que están muy bien dirigidos. Música, fotografía, vestuario, efectos...todo del más alto nivel.
Hace años en el Festival DAFNE era miembro del jurado y entre los cortometrajes presentados se encontraba “Carne de Neón” que era lo mejor que había visto en los tres años que llevaba colaborando con ellos. Ayer comentaba con otro miembro del jurado, propietario de una cadena de cines, cómo defendí yo que Cabezas ganase el festival y cómo otros defendían películas más intensas...hoy veo cómo aquel cineasta novato ha ido multiplicando su talento.
Quiero hacer especial mención al productor que es una figura importante en cualquier película y que aquí tiene a Enrique Lopez Lavigne al que debemos algunos de los títulos más importantes de nuestra cinematografía.
LuisOrtiz
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9 de octubre de 2019
39 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nueva película de Paco Cabezas, del que siempre se puede esperar algo bueno, no en vano está muy capacitado, y así lo ha demostrado en otras ocasiones, de hacer un cine visceral, rabioso y muy bien filmado. En esta ocasión, ay, no ocurre lo mismo.
Sucede que sí hay visceralidad, demasiada diría yo. Tanta que no hay suficiente reposo para reflexionar sobre lo que se está viendo. Todo es un tobogán de acción, con muchos tiros y muertos, pero vacuo en cuanto a verdadera sustancia fílmica.
Técnicamente está bien, tiene una buena fotografía a cargo de Pau Esteve Birba y es evidente que los intérpretes se esfuerzan en sus respectivos papeles, que no pocas veces caen en una especie de caricatura.
No se ahonda como se debiera en aspectos básicos en el film como la venganza y sus consecuencias, no hay apenas reflexión sobre lo que acontece, siendo un maremagnum de escenas atropelladas donde el ruido de fondo no deja ver las supuestas nueces.
Además, una vez más (sirva el pareado) existen escenas vitales como la última confrontación armada, rodada casi en penumbras, con poca iluminación, cosa que me revienta especialmente. ¡Qué manía con que no se vean claramente dichas imágenes, siendo incluso muy difícil saber quién es quién!.
En fin, que en lo que a mi respecta, pudiera resultar más o menos amena, pues no hay descanso para el espectador pero no convence al quedarse en la superficie y pretender epatar en todo momento cuando lo que consigue realmente es turbar y atontar hasta el extremo de dejar exhausto al espectador de tanto tiro y luchas no precisamente bien rodadas.
Además de todo ello conviene tener en cuenta algunas incongruencias del guión, pero eso ya es lo de menos.
Lo cierto es que me ha decepcionado, precisamente por ser del bueno de Paco.

https://filmsencajatonta.blogspot.com
Constancio
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17 de noviembre de 2019
35 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
La premisa de “Adiós” parte de un conflicto tan antiguo como la humanidad: la pérdida del hijo y el duelo que sigue, el dolor más extremo conocido, probablemente por la inversión del orden natural. El guión, aparentemente basado en el caso real de la muerte accidental de una niña en el barrio sevillano de las tres mil viviendas, no pretende explorar los términos medios del drama de forma reflexiva o pausada. Al contrario, todo aquí es emoción descarnada y volátil, con la fuerza de los elementos, la tierra y el fuego.

La ficción del padre vengador que tiene que reencontrar demonios de su pasado y su familia funciona como un tiro siempre y cuando se esté dispuesto a entrar en el cuento desprovisto de todo cinismo. El salto de fe que propone “Adiós” tiene un riesgo tremendo, pero el cerrar los ojos y saltar al vacío merece la pena, en mi caso al menos por dos razones: la primera porque descubrí que todavía soy capaz de emocionarme con un thriller clásico de acción, y en segundo lugar porque la llorera que me di fue casi vergonzante pero me ahorró un spa. Por lo menos me quedé igual de relajado con esta catarsis igual o más que tras una combinación de sauna con piscina de agua helada.

Lo que más me ha calado de “Adiós” quizá sea precisamente lo que otros han criticado: su atropello y su intensidad. Y es que es así, la película nos reta a meternos bajo la piel de un padre de barrio marginal, joven y de familia problemática, al que le matan a la niña. La única reacción plausible que se me ocurre es lo que veo y me estremece en pantalla, la de un animal fiero y embrutecido por la ira que se lo lleva todo por delante.

Hay grandes méritos en la película, empezando por la producción, siguiendo por la banda sonora, que merecería capítulo aparte y acompaña a la perfección el drama tan agudo como sólo el cante jondo podría hacerlo (y eso que no soy nada fan del flamenco). Pero lo que cabe sin duda destacar es el trabajo de los protagonistas. Carlos Bardem está correcto, si bien su papel es de difícil lucimiento, pero las tres mujeres, Natalia de Molina, Ruth Díaz y la sorpresa del siglo, Mona Martínez, a la que no conocía, lo bordan y lo desbordan. Sin embargo mención especial merece Mario Casas, que tiene una presencia vibrante y destila verdad por los ojos y por la boca. No solo se trata de la química sobrenatural que tiene con Natalia de Molina, sino por su propio trabajo camaleónico. A mí personalmente me emociona su Juan Santos.

Me atrevo a decir que el director, Paco Cabezas, se trae de EEUU un oficio adquirido creando series como “Penny Dreadful” y lo aplica aquí para alcanzar cotas rara vez vistas en el cine comercial de este país. Porque no nos engañemos, esto es gran cine comercial dedicado a un público avezado en Netflix y HBO que no va a ir a la sala a ver la hierba crecer.

Yo me quito el sombrero ante tanto descaro y atrevimiento. Me parece que Cabezas alcanza la madurez con esta película y por partida doble, ya que se saca además la espina de la imperfecta “Rage”, una especie de ensayo de “Adiós” al que claramente le faltaron medios. Y además lo hace en su tierra.
En fin, se trata este de un claro logro más en el género negro del cine español moderno y de una apuesta creativa honesta y arriesgada. Recomendadísima.
chumari
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7 de diciembre de 2019
30 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a comenzar la crítica hablando de algo que sucede con algunas películas rodadas en Andalucía. Es lógico que en ellas hablen con acento andaluz, pero eso no está reñido con una buena vocalización y y con un buen sonido como en "La trinchera infinita" por ejemplo.
Con "La tarde de la ira" , tuve que leer muchas críticas y reseñas para llegar a comprender algunos datos del argumento y luego con "La novia" ya no pude terminar de ver la película, no comprendía nada de los diálogos.
En el caso de "Adiós" me ha pasado más de lo mismo. Los diálogos de casi todos los secundarios imposibles de entender. Natalia de Molina una buena actriz pero que aquí, entre hablar bajo, su acento andaluz y su nula vocalización no la llego a comprender ni la mitad de su diálogos. Y ya en el caso de Ruth Díaz ya es exagerado nada de nada. Ayer en "Dias de cine" la oí hablar y tiene una perfecta vocalización, no sé de quién es la culpa pero es casi un sufrimiento verla actuar sin poder entender nada de lo que dice.
El film que me recuerda a "Grupo 7" pero muy inferior, sigue los cánones de un thriller con demasiada acción al estilo americano, pero en muchos momentos la fotografía demasiado oscura y sombría, en los momentos finales casi ni se distinguen los personajes. Personajes en conjunto que están tratados muy superficialmente, como si al director le importase solamente la acción. .
Del film lo que más me gusta es la presencia de Mona Martinez, genial interpretación, en su papel de patriarca , de madre coraje, despide verdad, cada vez que aparece en escena el film crece. La escena en que se enfrenta a sus enemigos, de antología. Justa nominación a los Goya.
También creo que hace una buena interpretación en su papel de padre angustiado y vengativo el subvalorado Mario Casas, cada vez mejor actor, cómo también lo demostró en "El fotógrafo de Mathausen".
Además de buen actor , Mario es una bella persona como lo demostró con su presencia en el Festival de San Sebastián, Muchos actores que se creen figuras tendrían que aprender de él.
Y recordar esos momentos en que se escucha la voz de Rocío Marquez cantando una bella versión de "Me quedo contigo" , que nos lleva a recordar que este tema musical formó parte también de la banda sonora del film "Deprisa, deprisa" de Carlos Saura.
Jokin
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