Gardiens de l'ordre

Lo que empieza pareciendo un gran policíaco francés, en la línea del mejor Chabrol, acaba convertido en una especie de ajuste de cuentas barriobajero, al más puro estilo Besson. El arranque es más que prometedor, todo apunta a una historia de corrupción de altos vuelos, pero la historia se va desinflando a medida que avanza y algunos pasajes, como el asalto a la comisaría, o la resolución final, dan un poco de risa. En casi todas las películas la policía da la impresión de ser un poco tonta. En esta raya la imbecilidad integral. O sea, una buena idea original que deriva hacia un desarrollo casi inverosímil y un desenlace peliculero, en el peor sentido del término. Pero bueno, entretiene un ratillo, y eso.

Cuando se trata de un thriller en el que por la razón que sea (en este caso, 2 policías siguiendo el rastro de unas pastillas que convierten a sus consumidores en violentos descerebrados, uno de los cuales ha matado a un compañero, y dado que el chaval asesino es hijo de un diputado que mueve los hilos para negar que estuviera bajo los efectos de la droga, investigan por su cuenta para salir airosos de la brutalidad policial de la que se les acusa), la trama transcurre entre traficantes de droga y policías trabajando por su cuenta, lo mínimo que se debe de exigir es un mínimo de credibilidad en el comportamiento de unos y otros; pues bien, lo que aquí tenemos es uno de los thrillers pretendidamente serios mas risibles y patéticos que he visto en mucho tiempo, además de aburrido y con una Cecile De France (ya saben, la Marie de "Alta Tensión" de Aja, también disfrutada en "Mesrine") echando por tierra el carisma anteriormente adquirido con un personaje sin ningún tipo de atractivo, todo luce impostado y como si el guión estuviera escrito por alguien que no hubiera evolucionado mucho mas allá que lo tebeos de "Roberto Alcázar y Pedrin" y hubiera pasado los últimos 40 años sin leer los periódicos o salir a la calle (mínimo exigido para contar de forma solvente este tipo de historias).

Parece ser que el tipo este (Nicolas Boukhrief) cuenta con seguidores por sus anteriores trabajos, pero desde luego con la dirección y guión aquí perpetrado, una cosa les puedo asegurar, "con su pan se lo coman".

Me encanta este tipo, Nicolas Boujhrieh, haciendo cine. El que fuera ayudante de Andrzej Zulawski y colaborador ocasional de Mathieu Kassovitzu nos cuenta una entretenida historia al más puro estilo del mejor cine yanqui policiaco. A veces recuerda, sobretodo en la secuencia final, al Paul Schrader de "Posibilidad de escape"(1992) y al cine de Sidney Lumet; pero en otras ocasiones resbala (pero sin caerse del todo) hacia lo peorcito de las producciones de Luc Besson. Su anterior film ("Le Convoyeur"2004) es muy superior, pero aquí realiza un potente trabajo a la altura del mejor Chabrol y Melville. Es muy entretenido y siembre da gusto ver a la atractiva Cécile de France. El talento de Boukhrief es demasiado grande para quedarse sentadito en Europa, creo que en EEUU desarrollaría mucho mejor su profesión. No es de extraña que en breve cruce el charco o hagan algún remake de alguna de sus cintas. Los americanos suelen nutriste del talento del exterior para blindar aún más su cinematografía.