Ésta es una de esas películas sin mayor pretensión que la de hacer reír y lo consigue. Quienes pretendan denostarla desde el prisma cinéfilo se equivocan profundamente. Esta película ni siquiera es una comedia, es simplemente una escusa para ejercitar la risa y todo lo beneficioso que ello conlleva. Si quieres reír y sumergirte en un mundo surrealista por poco más de 90 minutos, es una buena opción.

Película distópica muy en la línea de In Time, pero con una argumentación más sólida. Carece de fuerza en algunos momentos, sin embargo logra de manera notable plantear una situación mundial distópica aceptada por la humanidad tras venderse muy bien por una multinacional y sus títeres medios de comunicación afines... ¿Por qué será que esto me resulta tan familiar?

Muy buenos actores, aunque poco aprovechados. Buena fotografía, buena música... guión malo, peor dirección. Es difícil entender cómo se permitieron tantos fallos de guión y dirección viendo los recursos de los que gozó la directora y guionista; en este sentido, la película da vergüenza ajena. Aún así, la película se deja ver gracias a una sobresaliente actuación (para lo cutre que es el guión) de la protagonista, Lena Headey y el jovencísimo Dean Scott Vazquez.

Película de culto para quienes hemos vivido ese mundo. Refleja fielmente el modus vivendi de una gran parte de quienes se dedican a trabajos donde convencer a otros de que inviertan su dinero en lo que ellos venden, es lo que les hace ganar dinero: Agentes inmobiliarios, agentes de seguros, de bolsa, etc.
Leerás críticas en esta misma página que dicen que es poco realista; simplemente no han vivido ese mundo.

Empieza un poco floja, pero luego tiene momentos realmente muy buenos. Jordi Sánchez es garantía de carcajadas. Más allá de esto, algo en lo que no reparan es sus críticas es justo en la crítica subyacente a la España actual que hay en esta película. Muchos españoles sólo pueden mejorar su precaria vida heredando de sus mayores; eso los que logran pagar el dineral que hay que pagar para heredar en este país. Luego, otros muchos, dependen de sus mayores económicamente para cubrir sus necesidades básicas o las de sus hijos. Una España donde los mayores tuvieron más y mejores oportunidades de prosperar frente a la actual donde emanciparse y tener una vida independiente de adulto es realmente muy difícil para la juventud. Una España donde se configuran convivencias entre padres e hijos mucho más allá de lo natural y sano para todas las partes.