Antes de ver este film de Ed Harris consulte varias críticas y ví las opiniones divididas. Entonces asumí que si había división probablemente había algo que ver en esta producción. Sin embargo el filme genera una indiferencia insípida. Un Jeremy Irons quizás en uno de sus peores papeles, un Ed Harrys estereotipado y un Viggo Mortensen medianamente rescatable en su rol de segundo al mando. Una trama reiterada en los argumentos del western y la escasez de explosividad hacen de este un producto insignificante en la historia de las películas del oeste. Curiosamente el mayor punto de explosividad radica en la primera secuencia en el Rancho Braggs, es la escena que promete y motiva, pero lamentablemente todo se queda en expectativas.

Con nostalgia recuerdo el carisma de los films de Sergio Leone y Gianfranco Parolini en los cuales la maldad del forajido era contrarrestada por la recursividad y virtuosidad del bueno (para la muestra "Por unos dólares más" o "Sabata" para no sesgarme con Eastwood).

Sesentas y setentas, eran otras décadas, donde se hacían películas del Oeste en exteriores estériles como es de suponerse, pero donde las interpretaciones, giros y diseño de la acción eran fértiles en creatividad.

No hay mucho que decir más de lo que ya se ha dicho. Pero sinceramente Button deja un extraño sabor de boca más hacia lo amargo que a lo dulce. En primer lugar la cinta respira melancolía pura (la cual es muy plausible) y con esto una justificación para lo literalmente amargo de la anterior descripción. Pero resulta muy amargo para el espectador ver una obra esplendida en la técnica, con una música por momentos acertada, con una historia linda en el contexto pero desarrollada superficialmente. Brad Pitt es un señor actor, pero este papel, excluyendo la exigencia en la fonación, es de lo menos desafiantes, debido a la expectación y paciencia del personaje, sin embargo Pitt da lo que tiene que dar y cumple a a cabalidad. Al salir del teatro no se puede negar la factura de la producción, pero la sensación es como la de una cita de 2 horas 37 minutos con una mujer bella, exuberante, a la cual se contempla pero con la que no hay química.

PD: Cuando intermitente usted es consciente que esta en el teatro viendo “El curioso caso de Benjamín Button”, curiosamente no se conectó con la historia.

No culpo a Sofia Coppola por hacer una película excesiva e injustificablemente lenta.
No culpo a Sofia Coppola por cimentar exclusivamente su producto en la genial inexpresividad de Bill Murray y en una buena dirección de fotografía.
No culpo a Sofia Coppola por recibir un Oscar a mejor guión original y no decir al menos en su discurso de aceptación “No lo merezco”.
No culpo a Sofia Coppola por hacer algo diferente, pero diferente no es sinónimo de bueno.
Pero sí culpo a Sofía Coppola por no aprender nada pero absolutamente nada de Spike Jonze mientras convivieron. Aprender a concebir una obra estructurada y estética cuando hay material, y sobre todo saber rodearse de otras personas con talento, saber que si no eres muy bueno escribiendo una historia sobre un tópico en particular, hay quienes pueden explotar una lluvia de ideas de forma excepcional, y a partir de ahí gestar algo "que no se pierda en la traducción".

Junte usted lo siguiente:

1. Un director europeo con un estilo facilista y americanizado (de seguro querrá que le ofrezcan más guiones de hollywood ramplones y comerciales como los que regularmente se exhiben hoy en día).
2. Una actriz limitada pero con un oscar reciente abordo (hay quienes logran el papel de su vida pero no una trayectoria de respeto).
3. Un guión para el cual aun no encuentro un adjetivo descalificante que me satisfaga (creo que deberé inventar una nueva palabra).
4. Otra actriz buena en su idioma natal pero pésima parlante del anglo.

Revuelva y obtiene: un cóctel con amargo sabor a suspenso y que le producirá una gran resaca, llamado GOTHIKA.