Por: Pablo A. Martín

“NEDS” es el tercer largometraje dirigido por el actor y guionista Peter Mullan, y nos muestra la historia de un adolescente de Glasgow (Escocia) que se ve arrastrado por la violencia de las calles, por su entorno familiar y por las desconfianzas que genera en el colegio a convertirse en uno de los NEDS (No Educados y Delincuentes).

Si hay algo que Mullan refleja en esta película a la perfección es el ambiente de violencia y luchas continuas entre bandas de adolescentes y lo que ello repercute en los que se ven involucrados.

El mayor atractivo de la película quizás sean algunos personajes: La historia se centra en la vida de John McGill interpretado de forma brillante por Conor McCarron, dando gran fuerza al personaje. También son interesantes los personajes del hermano mayor Benny y del padre… Otros personajes, sin embargo, me parecen totalmente prescindibles como el chaval que al principio de la película intenta intimidar a John y su hermano le ayuda a que no le de ningún problema, que en mi opinión sobra en la parte final de la historia.

La historia es realmente prometedora, pero a medida que van pasando los minutos (demasiados por cierto) parece que la historia pierde fuelle, aunque con algunos repuntes. En algunos momentos se hace algo repetitiva: ¿cuántas escenas ocurren alrededor del puente?, ¿Cuántos pobres chicos son apuñalados?...

Si la historia hubiese acabado en el momento en que John no es capaz de asesinar al padre y se abraza a él o incluso en el momento en que es readmitido en una clase (a pesar de ser una en la que están los peores) habría salido del cine contento diciendo que era una buena película, pero tenían que meter la, a mi parecer, estúpida escena final en el safari, parece una broma la verdad. Otra escena que me parece un poco innecesaria es en la cual nuestro protagonista se esnifa pegamento.

En rasgos generales me parece un buen largometraje, con una buena historia (aunque algo desaprovechada) y con algunos actores haciendo un gran trabajo. Otra cosa que me pareció atractiva del film fue la banda sonora en la que predomina el glam-rock característico de la época y además, hablando de buena música, en una escena en la que John escucha vinilos con su amigo de buena familia, aparece durante un momento entre las manos de este último un vinilo muy interesante: el “Rainbow’s Concert” de mi buen amigo Clapton que probablemente ha hecho que la nota que le pongo a esta película se haya redondeado hacia arriba.