Andrew Wyke (Laurence Oliver) un viejo y rico escritor de novelas de detectives, apasionado de las adivinanzas y los juegos, cita en su extraña mansión al joven y atractivo peluquero Milo Tindle (Michael Caine) el cual está viviendo un romance con su esposa, con la que piensa casarse. En el encuentro entre ambos Wyke le propone un plan a Tindle: el robo de sus valiosas joyas, con el fin de cobrar el dinero del seguro, en una jugada en que ambos saldrían ganando.
Basada en la obra teatral del mismo título y adaptada a la perfección por Joseph L.Mankiewicz , el film es un fantástico duelo interpretativo entre dos de los mejores (el adjetivo aquí es innegociable) actores británicos de la historia, un juego de engaño, egos y envidia, entre dos clases sociales, en una inteligente disputa entre gato y ratón,con el juego como forma de existencia, y con la venganza como fin.
Una película con un guión y una realización magnífica, diálogos e interpretaciones brillantes, la huella es una cínica visión de la naturaleza humana, con sus luces y sus sombras. Un clásico imprescindible. Una maravilla.

Ante todo en el cine como en otras tantas cosas,cada uno tiene sus gustos y sus preferencias,así que sólo queda respetar las opiniones de los demás, dicho esto vamos allá con la crítica.
La película sigue los pasos de un joven delincuente (Taron Egerton), cuya vida da un giro radical al ser reclutado por un misterioso caballero (Colin Firth) para una agencia de agentes secretos, quizás el argumento os suene al clásico film de espías británicos, pero no os dejéis engañar, Kingsman es mucho más, es una película de acción contemporánea, un relato de agentes secretos en clave de cómic gamberro con un punto underground, dinámica, imprevisible, salvaje y repleta de violencia grotesca.
Resumiendo un film con guiños a las películas de James Bond y el cine de superhéroes, con un elenco de actores impresionante y con un crítica social como trasfondo (la corrupción, la violencia, la adicción al teléfono móvil) una película fresca, violenta y entretenida que funciona perfectamente como tal.

El agente especial del servicio de aduanas David Kujan, (Chazz Palmintieri) investiga las causas del incendio de un barco en Los Ángeles,dejando 27 víctimas mortales, (todas ellas aparentemente asesinadas), y dos supervivientes, un agónico hungaro y Verbal Kint (Kevin Spacey), un estafador tullido. Interrogado por el agente de aduanas, Kint relata cómo unas semanas antes,él y cuatro delincuentes (Gabriel Byrne, Benicio Del Toro, Kevin Pollack, Stephen Baldwin) son detenidos para una rueda de reconocimiento referente al robo de un camión de armas. Por otro lado, el otro superviviente, agonizando, asegura haber visto la legendaria cara del crimen: Keyser Söze, a partir de aquí comenzará un fascinante y complejo rompecabezas.

Sospechosos Habituales es un thriller noir, turbio, emocionante, sin tiempo para respirar, con un formidable ritmo y eficaz tensión (que impone su director Bryan Singer) durante todo el metraje, una película fascinante,de elegante factura y con unas interpretaciones magnificas. Un thriller donde todas las piezas acaban encajando con un desenlace sorprendente.

El capitán Nascimento (Wagner Moura) forma parte del BOPE un cuerpo de élite de la policía, que lucha contra el narcotráfico en las favelas de Río, inmerso en un mundo cruel e implacable, el estrés empieza a apoderarse de él peligrosamente y unido al inmediato nacimiento de su primogénito, decide elegir un sustituto en el que delegar funciones, en ese instante le encomiendan "limpiar" una de las zonas más peligrosas de la ciudad, ante la inminente visita de Juan Pablo II.
Narrada en off por el inflexible y brillante capitán Nascimento, Tropa de élite es una película cruda, expresada de un modo realista, que nos muestras los mecanismos del narcotráfico, en un Brasil corrupto y decadente, en el que nadie se salva de la quema (universitarios, ONGs, policía). Donde observamos los atroces entrenamientos a los que son sometidos los nuevos calaveras (así se conoce al BOPE) que intentan imponer su ley, sin ningun tipo de miramiento.
José Padilha consigue un film con ritmo, realista y violento, donde sobresalen Wagner Moura (Nascimento) y André Ramiro (miembro del BOPE), en unas interpretaciones realistas y llenas de matices, quizás la voz en voz sea en ocasiones innecesaria y molesta, aunque no empaña un film ágil, crudo e impactante. Una película imprescindible que refleja la realidad, la hipocresía de la clase social privilegiada, la corrupción y la violencia.