“Banderas de nuestros padres”, basada en el libro del mismo nombre, trata la historia de la famosa fotografía de la Segunda Guerra Mundial en la que se contempla cómo seis soldados alzan la bandera estadounidense en el monte Suribachi, en plena batalla de Iwo Jima.
Aunque pudiera parecerlo a simple vista, no es un libro más sobre guerra, sino un testimonio histórico que se centra en la vida de esos seis chicos.
Una vez has leído el libro, supones de antemano que la película será un fiasco, que contará con un tergiversado argumento para atraer la atención de jóvenes y adultos que busquen una típica película americana en la que el héroe siempre gana. Pero no. “Banderas de nuestros padres” no es así.
En principio, sin haber leído el libro, puede gustar más o menos. Eso depende de los gustos de cada persona; pero aún así, desde mi punto de vista no es un film extraordinario ni imprescindible.
No obstante, una vez que has leído el libro y te has empapado de su historia, de las crueles realidades que narra, todos los prejuicios negativos que puedas tener sobre ella se te hacen trizas.
Esta película es totalmente fiel al libro; incluso varias de las frases que aparecen en la película están calcadas de las verdaderas. Nada en “Banderas de nuestros padres” es casualidad ni invención del director. Todo, absolutamente todo lo que muestra es la más pura realidad.
Si hablamos del reparto, tampoco es que haya un actor ni actriz principal que destaque en la película. Y… si no cuenta con ningún actor mundialmente famoso ni es una película realmente excelente, ¿qué tiene de especial?
Desde mi opinión, pienso que la película es un complemento magnífico al libro, al igual que éste es indispensable para entender algunas claves de la película.
Creo que, aunque clasificada como bélica, es más un drama sobre la guerra, sobre cómo influye en las vidas de los soldados y las cambia para siempre. Sobre cómo luchan por la patria y el país, pero mueren por sus amigos.
Para los que les gusten las películas de guerra, “Banderas de nuestros padres” quizá sea pasable pero desde luego, es una película para aficionados a la historia que conozcan datos sobre la batalla de la Isla de Azufre, sobre cómo seis jóvenes levantaron un palo con una bandera atada en el extremo y fueron aclamados héroes por ello. Sobre el sufrimiento que les suponía que les llamasen “héroes” cuando habían hecho y visto cosas que no eran como para sentirse orgulloso de ellas.
En definitiva, una película de estas dimensiones, es perfecta para amantes de la historia con conocimientos previos; contando con el libro de James Bradley como base y con la experiencia de un hombre de la talla de Clint Eastwood como director.
“Banderas de nuestros padres” es un gran film épico que hace pensar en la brutalidad de la guerra y en cómo la única salida para esos hombres fue intentar olvidar lo malo y honrar a los compañeros caídos “recordándolos tal y como eran”.