La primera mitad de la película es muy sólida y entretenida, sobre todo gracias al siempre magnífico Luis Tosar; por eso da tanta rabia que en la segunda parte empiece a hacer aguas hasta acabar hundiéndose en las profundidades de lo grotesco. La ruptura del ritmo, la introducción de personajes poco elaborados y encomendados a malos actores (especialmente ridículos e involuntariamente hilarantes resultan los dos policías) y la excesiva e insultante reiteración del mensaje social (que ya nos ha quedado claro a los espectadores desde el principio) hacen que uno se olvide de lo bien que se lo estaba pasando durante los primeros 45 minutos de película.

Magníficas interpretaciones envueltas en los bonitos tules de un efectista videoclip. Pero... ¿qué fue de Shakespeare? O, al menos, ¿qué pasó con algo parecido a una trama y a una lógica evolución de los personajes? Pero todo sería tolerable si no adoleciera del mal imperdonable: aburre.

¿A alguien le interesa el tema de esta película? Por lo demás, la película me parece formalmente perfecta, divertida a ratos y los actores, a excepción del hilarante Winston Churchill, son irreprochables. Pero después de verla uno se pregunta... ¿y qué?