Nada de nada más que una persecución con cierta emoción casi al final. Un montón de flashback con poca importancia, o sin mucho interés. No sabes ni quiénes son, ni porqué lo hacen, ni cómo han sido capaces de montar todo ese dispositivo para matar al presidente de EEUU. Por cierto, lo que peor me ha parecido es el destrozo que hacen de la imagen de mi querida Salamanca, no creo que haya ni un solo patio desconchado con ropa tendida, ni niguna iglesia con el techo de cal de principios de siglo, ni scalextric que enturbien la vista de la catedral desde ningún punto de vista. Lo más creíble, que el papel de escolta lo haga Dennis Quaid.

Qué pena no hacer alusión apenas a unos acontecimientos tan relevantes en la historia contemporánea. La metáfora no queda mal, pero acaba dejando una sensación de... película incompleta. Pobre Sofia, no acaba de convencer.