Enmarcada en distintos festivales de terror y ciencia ficción, los horrores que nos muestra Otra Frontera poco tienen qe ver con los sobresaltos, la sangre a borbotones y las insidiosas apariciones. El terror de Otra Frontera nace al ver lo que somos, lo que podríamos llegar a ser, como víctimas o como testigos de una situación que podría acontecer a corto plazo. Que ya está sucediendo, aunque no de una forma tan evidente.

Otra Frontera se construye sobre una protagonista desagradable y retorcida con la que no podemos evitar empatizar. Estamos ante una superviviente dispuesta a cualquier cosa con tal de llegar al otro lado de la frontera junto a su hijo. Pretende escapar de una guerra que desconocemos pero que se hace muy palpable y sus límites morales se desvanecen y, dependiendo de la interpretación que podamos darle a cierto momento de la película, se destruyen.

Quizá uno de los pilares básicos de esta película sea la participación del público en la misma. De manera inteligente, pasamos a formar parte de lo que estamos viendo, aunque desde una posición de comodidad en las butacas del cine, y todo cuanto pensemos, deduzcamos y deseemos se volverá en nuestra contra al ser conscientes de lo que implica aquello en lo que estamos participando.

Por último, cabe destacar la actuación de Laura Rayón. La joven actriz es capaz de comerse toda escena en la que aparece y brilla con luz propia en sus interacciones con Ariadna Gil. Sin duda le aguarda un futuro prometedor.

Una película de bajísimo presupuesto que recuerda en su esencia a la excelente Seguridad no Garantizada. Y, aunque se encuentra varios escalones por debajo, consigue la construcción de un personaje protagonista interesante, extraño y, a su estrafalaria manera, tierno. Tiene puntos de comedia que afloran en algunos diálogos, aunque en su conjunto se trata del drama de un hombre que quiere contar la verdad a pesar de que ni quienes le ayudan piensan que su historia es cierta. La historia de un hombre que lo perdió todo y quiere, al menos, compartir un secreto con el resto del mundo. El periplo de un paranoico cuya verdad puede ser La Verdad o una simple historia producto de su locura. Muy digna en sus limitaciones, se trata de una película que, como mínimo, merece ser vista.