Voy a ser clara: para mí esta es la mejor serie de la historia. La mejor. Bryan Cranston se merece todos los Oscar con tan solo hablar diez minutos mirando a cámara.
Un verano pasé una semana entera devorando esta serie. Desde que me levantaba hasta que me acostaba, los capítulos pasaban por mi retina hasta casi verme una temporada al día. Ese verano dejé de ser yo y me convertí en Walter White durante un corto espacio de tiempo. Si hablamos del cine -porque esto es cine en estado puro- podemos afirmar que su cometido, o uno de sus mayores logros, es crear una realidad paralela, un mundo ficticio que haga perderse al espectador. Y Breaking Bad, para mí, ha creado un puto universo, un microcosmos delirante que es como una explosión de placer en la mente provocada por un chute de metanfetamina.
Lo tiene todo.
Thriller psicológico, comedia negra, drama familiar, tramas policíacas...y si nos metemos a analizar su mensaje no acabaríamos nunca: hace un estudio profundo de la sociedad, de la hipocresía y la corruptela que existe a todos los niveles del sistema.
Y los personajes. Se detiene a mostrarnos cada pincelada de su psique, cada fase de su evolución, cada defecto y peculiaridad de su carácter. Cada personaje es único, carismático y difícil de comprender en su infinita complejidad.
Los actores son bestiales, la música genial, los escenarios están meticulosamente cuidados, cada escena es una obra de arte digna de análisis.
La relación de Jesse y Walter es maravillosa. Me encanta como Jesse siempre lo trata con respeto y lealtad a pesar de sus constantes peleas y sus diferencias astronómicas.
Acabo de ver la cuarta temporada y me sigo cagando en los pantalones. Obra maestra, obra maestra.

Posiblemente la serie más emotiva y entrañable que haya visto yo jamás. El libro me gusta, la serie me fascina. Un diez a Colin, a Jennifer, a Crispin y a todo el elenco. Inmortal Mr Darcy. Sensible y vigorosa Elizabeth. Magia, ésa es la palabra que se me viene a la cabeza al describir esta serie. Magia pura...