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España España · Madrid
Críticas de morale
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Críticas 11
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
10
2 de octubre de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La edición de 2004 del Festival de Cannes otorgó el Gran Premio del Jurado a la segunda parte de la conocida como trilogía de la venganza. Era una época de auge del cine surcoreano, cineastas como Kim Ki-duk, Bong Joon-ho o Kim Ji-woon cosechaban éxitos en distintos festivales internacionales y la cinta dirigida por Park Chan-wook no fue una excepción en el certamen francés. El jurado, presidido por Quentin Tarantino, premió a esta violenta historia de venganza con el segundo galardón más importante del festival. Como no podía ser de otra manera, el cineasta de Tennessee quedó prendado por la película, llegando a afirmar que podría haberse llevado la Palma de Oro, premio que finalmente fue a parar a Michael Moore con su Farenheit 9/11.

La premisa es la siguiente, tras una noche de desenfreno, Oh Dae-su es secuestrado sin saber por qué, mientras dura su cautiverio rememora toda su vida anterior para buscar el motivo y al culpable del mismo, cuando tras 15 años es liberado solo tiene una cosa en la cabeza: vengarse.

Como dijo Cecil B. Demille, una película debe empezar como un terremoto e ir creciendo en acción. Park Chan-wook cumple con esta idea a la perfección desde el primer fotograma, la película comienza de la forma más potente posible; un hombre colgando desde una azotea, otro que evita la caída agarrándole por la corbata, el primero visiblemente nervioso, no por estar colgado al vacío, sino por la actitud del segundo, que le dice que quiere contarle su historia... En este momento nos ponemos en las manos del director Park y su terremoto, que no nos va a soltar en todo el viaje, el coreano hace un trabajo excepcional, sabiendo mantener en todo momento el ritmo de la historia sin perderle el pulso, combinando la inspirada dirección con una maravillosa banda sonora creada para la ocasión por Cho Young-wuk.

Primero, el cineasta muestra el cautiverio de Dae-su, todo un viaje introspectivo en el que a través de las bien orquestadas imágenes y la voz en off del protagonista, el espectador comprueba el deterioro físico y mental del personaje, siendo su sed de venganza lo único que le permite mantenerse vivo. Cuando finaliza su encierro, Dae-su demuestra que se ha convertido en un monstruo, uno al que nada ni nadie va a parar a la hora de conseguir su objetivo. Una vez más, Park narra con maestría el violento viaje de Dae-su, un viaje repleto de sangre, martillos y pulpos.

Respecto a las interpretaciones, cabe destacar a un inspiradísimo Choi Min-sik en el papel de ese moderno conde de Montecristo que es Oh Dae-su, la película no sería lo mismo sin su actuación, el actor coreano consigue plasmar en todo momento la desesperación y la rabia del protagonista, Choi llena la pantalla durante todo el metraje, derrochando personalidad en cada escena, bien se podría decir que él es la película. Hay que destacar su química con Kang Hye-jung, actriz que interpreta a Mi-do. Del resto del reparto cabe destacar a Yoo Ji-tae, que está correcto en el papel del villano Lee Woo-jin, aún sin alcanzar el nivel de brillantez de Choi.

En definitiva, una gran película que narra una violenta historia de venganza, no os la perdáis.
morale
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10
29 de agosto de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es 1969, tres historias; Rick Dalton, un actor en decadencia famoso por haber protagonizado un western televisivo, busca ganarse la vida en Hollywood, intentando demostrar que aún vale para este oficio; Cliff Booth, el doble de acción de Rick, un hombre que por su temperamento no gusta en los grandes estudios, sobrevive haciendo trabajillos para su jefe; Sharon Tate, una actriz que se encuentra en el lado opuesto de Rick, recién comenzada su carrera, tiene todo el mundo por delante y está dispuesta a comérselo.

"Erase una vez en Hollywood" es el trabajo más relajado de Quentin Tarantino, el cineasta de Tennessee, siguiendo el camino que ya mostró en "Los odiosos ocho", se lo toma con calma, cocinando a fuego lento una historia ambientada en un año que marcó el fin de una época en Hollywood, la industría y la ciudad de Los Angeles vivían su particular sueño hippy, hasta que la familia Manson lo enterró. Sin embargo, esto no es una película sobre los asesinatos Tate-LaBianca, como se ha venido escribiendo, Tarantino no quiere contar esa historia, sino reflejar lo que era trabajar en el mundo del cine en la ciudad de Los Angeles en 1969, lo que era el orgullo de decir que habías trabajado en cierta película, la satisfacción de que te felicitaran por rodar de forma inspirada una cierta escena, ver lo que disfruta la gente con la película que has hecho... en definitiva es uno de los mayores homenajes que se han hecho jamás al mundo del cine, en concreto al oficio de actor, y a una época que, según Tarantino, nunca tendría que haber acabado.

El de Tennessee pone más corazón que nunca en su novena película. Que es un enamorado, a veces hasta lo enfermizo, del mundo del cine no debería sorprender a nadie, pero en esta ocasión es más que nunca, la cantidad de personajes reales que aparecen (actores, productores o directores), las escenas de rodajes o en salas de cine lo demuestran, Tarantino ha disfrutado como un enano y se nota, aún cuando se reconocen los rasgos característicos de su cine, terremoto final incluido, esta es su película más relajada hasta la fecha.

Respecto a las interpretaciones, Leonardo DiCaprio y Brad Pitt se encuentran especialmente inspirados, manejan todo el peso de la película con mano de hierro, no hay momento en que aparezcan en pantalla y no la llenen, respecto a Margot Robbie, la australiana cumple a la perfección en su rol de Sharon Tate, sin embargo su personaje se encuentra algo desaprovechado.

En conclusión, Tarantino sigue estando fuerte y se nota, ojalá no cumpla con su promesa de retirarse a la décima película.
morale
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9
29 de agosto de 2019
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La víspera del año nuevo chino, una expareja se reencuentra en el avión que les debe llevar de vuelta a casa, cuando hay un retraso debido al temporal, deciden pasar la noche rememorando su historia. En este momento la película narra una historia de amor entre dos jóvenes que se conocen tras finalizar sus estudios universitarios y comienzan a buscarse la vida en la ciudad de Pekín, repletos de ilusiones, planificando como conseguirán la fortuna que les permita tener la vida de sus sueños.

La actriz y cantante Rene Liu debuta en la realización con este largometraje, producido por Zhang Yibai (director de la maravillosa Lost. Indulgence) y en colaboración con Netflix, la directora taiwanesa hace un grandísimo trabajo tras la cámara, plasmando a la perfección esa época tan complicada que es el paso a la edad adulta, así como el poder del amor, más concretamente como el primer amor nos marca para siempre. La cinta va intercalando dos épocas, el momento del reencuentro de los personajes, tras años sin verse, parte narrada en blanco y negro, y los años de juventud, filmados en color, el uso de los dos tipos de fotografía es todo un acierto, pues aporta dos atmósferas bien diferenciadas. La química entre los actores hace la película, debiendo destacar a la maravillosa Zhou Dongyu, la actriz, que ya nos encandiló en Amor bajo el espino blanco, del gran Zhang Yimou se encuentra especialmente inspirada, siendo el personaje más interesante de la pareja principal.

En conclusión, una gran película, para todos los amantes del cine chino y para todos aquellos que navegando en el catálogo de Netflix busquen algo más (he de decir que para un servidor supone una gran alegría la apuesta de Netflix por este tipo de cine, ojalá sigan este camino).
morale
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9
10 de noviembre de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1968 un tal Stanley Kubrick la lió bien parda estrenando una película de ciencia ficción totalmente diferente a lo que se había visto hasta entonces, el género era considerado menor y el público buscaba una aventura espacial para toda la familia, a pesar de su excelente nivel técnico (sus efectos especiales asombran aún hoy) la cinta fue defenestrada por el público que no encontró lo que buscaba, como no podía ser de otra manera, con el tiempo esta película del genial Kubrick se convertiría en una obra maestra y una de las películas cumbres de ciencia ficción, la historia de esta odisea espacial y sus diferentes interpretaciones siguen generando debate el día de hoy.
Pero estamos en 2014 y el mejor (y más valiente) director que hay en los grandes estudios de Hollywood, Christopher Nolan, ha estrenado su particular odisea espacial, basándose en las teorías del físico Kip Thorne, Christopher y su hermano Jonathan han creado una de las películas del año, un fascinante y cautivador entretenimiento que nos atrapará y llevará hasta los confines de la galaxia, sus casi tres horas de metraje no se hacen para nada largos.
Nos encontramos con el Nolan más profundo y menos oscuro hasta la fecha en el que ha sido su proyecto más arriesgado, Nolan es un director valiente, cosa que es de agradecer hoy en día y más perteneciendo a un gran estudio como es Warner y no le ha podido salir mejor la jugada, se trata de su película más redonda hasta la fecha.
¿Por qué hablar antes de "2001" y las interpretaciones que genera? Porque aquí, como he resaltado en el título estamos ante la interpretación de Nolan de dicha película. No se me entienda mal, Interstellar no es 2001 ni quiere serlo, el cine que hace Nolan es diferente al que hace Kubrick, sin embargo Nolan le considera uno de los grandes y como no, para hacer una película sobre un viaje espacial se ha fijado en él. ¿De qué manera? si 2001 daba lugar a interpretaciones diferentes, Interstellar se trata de la interpretación de Nolan de 2001, historia diferente, desarrollo diferente, tipo de cine diferente, pero el fondo es el mismo, siendo aquí la interpretación de Nolan bien explicada y masticada la que vale, ya hemos dicho que no estamos ante el mismo tipo de cine, un bonito homenaje a Kubrick y a 2001.
morale
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10
9 de agosto de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ese apelativo de "la mejor... de la historia" es un término demasiado personal, ya se sabe aquello de que para gustos los colores, ¿cuál será la mejor serie de la historia? ¿Los Simpson? ¿Los Soprano? ¿Lost? eso es algo que no se sabe, depende de cada cual.
Personalmente, yo, si tuviera que elegir una, me quedaría con una serie de la HBO, no una serie fácil con la que conectas en seguida, no una serie comercial de grandes "shares" de audiencia, ni siquiera una serie de múltiples Emmys o premios similares que sólo sirven para el autobombo, pero sí con una serie que, en mi humilde opinión, es una obra maestra de principio a fin, hablo de The Wire.
Para los que quieran verla, en mi opinión ya están tardando, pero hay que advertir, señores, que esta no será una serie en la que un par de policías, con la ayuda de sus honrados jefes y unos políticos admirables tratarán de salvar el mundo de un par de locos inadaptados, no, esto no es ficción, esta serie habla de nuestra sociedad actual, una sociedad sin moral alguna, donde todo, en todos los niveles, está tan corrupto y tan sucio que aunque se intente curarla va a ser imposible, al menos va a tardar bastante, mientras tanto, habrá algún McNulty que seguirá bebiendo...
All in the game...
morale
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