Cuando una joven estudiante aparece muerta en un sombrío pueblo coreano, un joven que padece cierto retraso mental es el primer sospechoso del crimen, y es posteriormente arrestado. Sin embargo, su madre no descansará hasta probar la inocencia de su hijo.
Éste es el planteamiento de "Madeo", dirigida por Joon Ho-Bong, que sorpendió gratamente con otros trabajos como la maravillosa "Memories of Murder" allá por el 2003.
Lamentablemente, Madeo carece de la tensión que caracterizó a su predecesora. La primera media hora es bastante irregular y parece avanzar a trompicones, con escenas que se alargan demasiado y que al final no aportan gran cosa a la trama. Por suerte, pasados éstos minutos parece recuperar el ritmo y no perderse en detalles insignificantes (a excepción de unas cuantas escenas que pecan de poca credibilidad, como explicaré en el spoiler).
Interesante guión y unas buenas actuaciones, aunque a pesar de todo, la de la madre me dejó un poco fría. Algunos momentos no me convencieron para nada, pues pasa del enfado a la tristeza o resignación de manera demasiado rápida y poco natural.
El hijo capta de manera muy convincente el espíritu inocente/violento de un deficiente mental, y su interpretación me gustó más que la de la madre. Pero en definitiva, ambos son personajes complejos que saben transmitir sus sentimientos de desesperación y angustia. Interesante giro final, como viene siendo habitual en la mayoría de películas surcoreanas.
En definitiva, una cinta recomendable que plantea interesantes cuestiones sobre los límites del amor maternal y la relación madre-hijo. Eso sí, si esperáis que supere a Memories of Muder, seguramente quedéis decepcionados.

Ved Senderos de Gloria y entenderéis porqué.

Toda la crudeza, inutilidad, perversidad e inhumanidad de la guerra narradas en 88 minutos.
Actores en estado de gracia que logran transmitir la desesperación y el miedo a la muerte, a dejar atrás a sus seres queridos, a morir en vano.
Guión soberbio, y uno de los finales más emocionantes de la historia del cine.

Podría explayarme mucho más en ésta crítica, y aún así no podría poner en palabras la sensación que uno tiene cuando termina de ver Senderos de Gloria.
Y eso que no soy ni mucho menos fan del cine bélico. Obligatoria para cualquiera que sienta un mínimo amor por el séptimo arte.

No recuerdo a qué edad tuve el placer de ver ésta película, pero sí el modo en el que me impactó. He visto cientos de películas, pero si alguien me preguntara "¿Y cuál es tu favorita?", lo más probable es que contestara "Reservoir Dogs".
No soy crítico de cine, ni mucho menos. De hecho, soy terriblemente subjetiva en la mayoría de películas que veo, y para mí, si la historia logra estremecerte, hacerte pensar o simplemente, si no se olvida fácilmente, lo demás me da igual. Pero, por más que lo pienso, no puedo encontrar ningún fallo a Reservoir Dogs, subjetiva y objetivamente hablando.
La historia se desarrolla a un ritmo perfecto, sin escenas que no aporten nada. El guión...bueno, ¿que más se puede decir del guión que no se haya dicho antes? Inteligente, mordaz y divertido, vamos, lo tiene todo. Y los actores...eso ya es otra historia. Perfectos desde todos los puntos de vista, con especial mención a Harvey Keitel, Steve Buscemi y sobretodo, Michael Madsen, El señor rubio, mi villano favorito, que protagoniza una de las escenas más recordadas y emblemáticas que el séptimo arte ha podido parir. La cinta es trepidante, y casi agradeces que se acabe. Por poder volver a respirar, más que nada, ya que te mantiene con el corazón en un puño.
En fin, Quentin Tarantino, admirado y controvertido a partes iguales, puso el listón muy alto con éste debut y volvió a superarse con Pulp Fiction dos años despúes, obra maestra con la que se consagró como uno de los grandes. Y con razón.
Vaya peliculón. Si amas el cine, no te lo puedes perder.

Menos mal que Bram Stoker murió hace mucho, para evitarle al hombre el horror de ver en lo que se ha convertido el mito del vampiro.

Tristísimo que hoy en día la palabra vampiro se asocie primero con ésto (me niego a llamar cine a algo así) que con Drácula o Béla Lugosi o Christopher Lee.

Penoso que éste aborto fuera tan exitoso y la autora de los """libros""" se forrara a costa de miles de imbéciles sobrehormonadas y sin puñetera idea de nada.

EN fin, un 2, porque las hay peores.

Aunque suene típico, Cadena Perpetua es una de mis películas favoritas, y despúes de verla pocas cintas han logrado transmitirme la misma sensación de esperanza y alegría que logré con ella. No sé porqué he tardado tanto en visionar La Milla Verde. Inconscientemente pensé que no llegaría al nivel de Cadena Perpetua. Y además parecía que nunca encontraba el tiempo necesario para verla, puesto que dura más de tres horas.
Craso error. Jamás unas tres horas se me habían hecho tan tremendamente cortas. La Milla Verde es una película que dificilmente se puede olvidar. Y es que en esas tres horas el espectador experimenta todo un torrente de emociones; alegría, rabia, tristeza, ternura, etc.
Actores en estado de gracia, sin ninguna excepción, aunque destacaría obviamente a Tom Hanks, Michael Clarke Duncan (lamentablemente, fallecido) y el villano de la película, Percy, interpretado por Doug Hutchinson.
Un guión elaborado en el que no todo es de color gris, pues también hay espacio para diversas escenas que lograrán sacar una sonrisa al espectador.
Y sobretodo, un final estremecedor, al igual que sucedió en Cadena perpetua. ¿Queréis un consejo? No olvidéis el paquete de kleenex, os aseguro que os hará falta.
Frank Darabont es conocido por sus adaptaciones a la gran pantalla de las obras de Stephen King, y desde luego que el tío sabe lo que hace (increíble que ésta obra, al igual que su predecesora, fuera otra vez ignorada por la Academia).
En definitiva, haceos un favor y vedla. Ya.