Lo que me ha ocurrido con esta serie es para mi un poco misterioso. Reconozco que no me había ocurrido algo así jamás. Por un lado, he estado viendo las cuatro temporadas, capítulo tras otro y he acabado deseando ese rato del que dispongo para ver series, en este caso con esta también.

Y es extraño. Lo he pasado bien y estos tios han conseguido evadirme. Han conseguido que desconecte de mi realidad y permanezca con estos muchachetes megaatractivos y ultra follables de su primera a la culminación de la cuarta temporada.

Y joder, la serie es mala y está absolutamente repleta de infumables majaradas. Con que alguien disponga de un mínimo de sesudez, va a estar descojonándose de lo que va a ir viendo a cada pocas escenas. Todo es sencillo y al mismo tiempo retorcido con saña, para que encaje como sea.

Los personajes, empezando por la Clarke esta, tienen menos credibilidad que Mario Conde defendiendo su inocencia en los tribunales. Es tierna, sentida, empática y angelical. Tanto es así, que parece que se vaya a tirar un pedo en forma de nube rosácea en cualquier momento. Por como se mueve, se expresa, gesticula y por su aspecto tan cuco, nadie la seguiría en una situación así, no tiene sentido alguno. A menudo se puede entreveer el deseo de los guionistas para que su personaje transmita dureza y liderazgo, pero los ves errar el tiro casi siempre. Eso si, a poco que la apretes, a pesar de no tener ningún entrenamiento, se te pone a derribar rudos pavos de dos metros de un golpe, cruzar acuchillada 15 kilómetros de bosque o escalar estructuras de cien metros a pulmón. Y no solo ella, sino casi cualquiera. Nada es creíble y las supinas tonterías hechas proezas se suceden con la cadencia de una Mini-uzi.

En serio, yo he estado diciendo en voz alta "si, hombre, jajaja" más o menos unas siete veces por capítulo. Las reacciones de los personajes no son humanas ni tienen una lógica coherente. Ora son vengativos e intransigentes, fieros indomables, ora son Teresa de Calcuta reacondicionada y lista para repartir la palabra de dios, todo según convenga al argumento. Todo está tan forzado, resulta tan artificial, retorcido y rocambolesco, que puedes notar la absoluta falta de esfuerzo que se ha llevado a cabo en la confección de la trama para respetar la fidelidad de su desarrollo con algo de naturalidad.

Y a todo esto, mejor no mencionar la rigurosidad científica de una serie que pretende tener siempre algo de cierto en los hechos que relata. La ciencia que veremos no es ciencia ficción, es ciencia chorra que no obedece más que a la necesidad de azucarar ahí, a lo loco, cualquier pequeño detalle de la trama. Notas la intención de someter al guión a una vertiginosidad que al final se hace muy insensata y acaba por convertir el producto en una sopa de hechos, tan increíbles, que no haces más que desconectarte de la red y resoplar con testaruda incredulidad desde el sofá. Con tu sonrisa de "va, venga", impresa en la cara.

En innumerables ocasiones se pretende crear misterio y se obtiene obviedad. Salen a por miedo y te echas unas risas. Se destapan con un chiste vía John Murphy y te tapas tú el rostro con algo de vergüenza ajena. Erran el tiro tanto, que no sales de la idea de que los 100 es una serie mala, hecha sin talento y sin respeto por la inteligencia del espectador. Una feria de payasetes que aparecen en It, habiendo salido de casa queriendo protagonizar las risas de los niños y de payasetes que quieren ser It y que acaban en un circo barato de pueblo manchego.

Todo el mundo está bueno, como ya he mencionado en el título. Y eso, tristemente, siempre es un indicio del estilo que nos vamos a encontrar. En los 100 hay maduras imponentes, maduritos cañones, niños de catálogo de ropa y un sinfín de treintañeros buenorros/as. Generalmente, si alguien es feo es porque va a morir en breve (los que yo llamo "contrato de ETT". De estos se abusa mucho, por cierto) o porque no es de fiar, el tio. Claro, ¿que feo es de fiar?, pues eso.

Y, cojones, ¿porque le has puesto un 5?. Pues porque a pesar de ser una serie bastante mala y no conseguir la gran mayoría de los objetivos que se propone, la serie (sobretodo a partir de la mitad de la primera temporada) tiene algo misterioso que te entretiene. Porque en mitad de la vorágine existen algunos momentos, algunos personajes aislados en los que si que se acierta. También son interesantes los dilemas morales a los que los protagonistas se enfrentan y como estos les hacen evolucionar y adaptarse a los medios de los que disponen. Se consiguen pocos pero brillantes momentos de fricción a los que se les hubiera podido sacar mucho más partido, eso si, pero que trasforman a los 100 en un producto que te anima a seguir y esquivas con gracia las ganas de abandonar para acabar desconectando el cerebro y pasando el rato sin mucho que exigir, eso si.

¿La recomendaría?, desde luego que no. ¿Voy a ver la quinta temporada si la hay?, desde luego que si. Que contradicción, no me reconozco, pero es así.

¿Como he pasado de ser fan de "The Wire" a escribir algo positivo sobre esta seriecilla y a tragarme cuatro temporadas?, pues no lo se. Será alguna droga chunga o algo.

Mátenme....