Vale, el trailer pinta bien. Vale, las criticas profesionales le ponen muchos puntitos verdes. Vale, venga, voy al cine. Paso un rato entretenido viendo una serie de despropósitos sin pies ni cabeza y salgo de la sala pensando en que algunas críticas profesionales reciben un aguinaldo por poner puntitos verdes y justificar lo injustificable, y lamentándone de la gran película que podría haber sido y en la cadena de escenas absurdas que acabo de tragarme, yó, que soy de tragaderas anchas.

Visto Indiana 5, mejor que la 4 pero da la sensación que es una película ya fuera de una época.
Harrison rejuvenecido digitalmente en algunos momentos parece de videojuego aunque su cara estirada no consiga disimular los movimientos de un hombre de 80 años.
Su "sucesora?" es una mujer de la que estoy enamorado hace mucho tiempo y puede convertirse en una nueva saga que, seguramente, no me perderé pero sin nada que ver con el Dr. Jones.
Resumiendo, más o menos lo que me esperaba aunque sin esa "especia Spielberg" que sabe manejar los sentimientos y las cámaras.
Entretenida, pero, ahora estoy reviendo "La ultima cruzada" , la que menos veces he visto (bueno, la 4 solo la vi una vez y sobra) porque en cierto modo me he quedado con ganas de algo que no acabo de adivinar qué es.
Un bonito final pero, que siempre nos dejará la duda de como la hubiese manejado Spielberg

Imágenes de videojuego sofisticado, paisajes de pintores de mercadillo, guión de película de vaqueros cutre, caracteres y personajes que me dan repelús estético. El efecto sorpresa del 3D de la primera ya no me deslumbra. Saturado de obviedades abandono a la hora y algo. No entiendo como se pueden hacer tantas secuelas de tan poco.

Soy fan de Pink Floyd, asistí a su gira de despedida en Barcelona en el 94.
Soy fan de Waters, tengo todos sus cd's.
Voy a ver un concierto de Waters y me encuentro con un Tributo a Pink Floyd donde Waters solo parece el director de orquesta. Me gustaría haberme encontrado con un concierto de sus mejores canciones, pero nó, un Best of Pink Floyd donde a cada minuto estas echando de menos a sus otros componentes.
Me pareció una filmación fea, fría, reiterativa con repetitivas imágenes de sus inquietudes de siempre y que no aporta, para mi gusto, nada nuevo.
Pero bueno, los temas de Pink Floyd nunca aburren aunque las camaras se dediquen constantemente a satisfacer el ego de Waters.
No me arrepiento, hay que verla, pero no la volveré a ver.