Los diálogos rozan lo patético, los efectos especiales son un poco cutres, y matan a más gente que los del internado cuando les baja la audiencia. Además está plagado de incoherencias lógicas y científicas. Pero la verdad es que he visto las tres temporadas y, a pesar de todo, si tuviera que buscar una palabra para definir la serie diría que es entretenida. Tiene momentos mejores y peores, pero en su conjunto no te aburres cuando la estás viendo; aunque supongo que eso también es debido a que es relativamente corta.
En definitiva, si no tienes nada mejor que hacer Primeval (y pongo el título en inglés porque no me aclaro de cuál es el título en castellano) se deja ver tranquilamente, pero no esperes nada del otro mundo.
PD. ¿Porque todas las anomalías aparecen única y exclusivamente en el Reino Unido?

A pesar de ser una serie que caracteriza increíblemente a los personajes tiene la cualidad de hacerte entender las relaciones que unen o distancian a los médicos, enfermeras, conserjes, cirujanos de este hospital. Es una mezcla de situaciones lógicas e incoherentes y de fantasías personales. Como la vida misma.

Tiene una emotividad morbosa particular de las series americanas, aunque no abusa de ella como otras series, y un sentido del humor que mezcla la acidez y la ternura.
La visión de JD del mundo es la que todos tenemos en parte: optimista, sarcastica y realista; es fácil sentirse identificado con los personajes y por lo tanto entenderlos y entender la trama de la serie.

Una de las cosas que más me gustan de la serie es que no pretende idealizar a nadie, no hay héroes ("I'm no superman"); y si lo hubiera y fuera el doctor Cox esta sometido constantemente a la ironía: la batalla entre en el bien y el mal, Obi-Wan contra Darth Vader...

En fin, una serie muy aconsejable, por diferente y original y por lo bueno de esa originalidad.

Una película con bastante buena base, pero demasiado lenta. Sinceramente, creo que tenían una película bastante decente que duraba 50 minutos pero pensaron, no podemos hacer una película de 50 minutos, vamos a grabar otros cuarenta minutos de miradas al vacío de Steve Martin y Claire Danes pintando una hoja de negro (aunque lo cierto es que el detalle final del dibujo me encantó). La película resulta demasiado lenta en algunos momentos, como si se arrastrara en vez de fluir alegremente a lo largo de hora y media.
Pero bueno, como digo la película tiene buena base, una historia muy enternecedora, con toques de humor, escenas muy reales. Los momentos de nerviosismo de una primera cita (para bien o para mal), la reticencia de un hombre a aceptar una relación, la desesperación de una mujer sola, la envidia de otra, la invalidez de un hombre solo. Y por supuesto una moraleja sin parangón: “Así es la vida.”. Por cierto, la voz en off no acabo de entender a cuento de que viene pero bueno, supongo que así es la vida.
En cuanto a los actores destacaría a Jason Schwartzman., porque me parece que se mete hasta el fondo en la piel del personaje, con sus gestos, su juego de miradas, da el tono de comedia a la película. Claire Danes también está muy bien en su papel y Steve Martin crea un personaje bastante creíble, dentro de las limitaciones del actor, que pasa desapercibido pero acaba resultando bastante convincente.

La serie no está mal, para quien le gusten este tipo de cosas, es decir comedias de adolescentes, con sus dramones y tal y cual.
La selección de canciones es pasable, nada del otro mundo, todo lo que se pueda cantar y bailar de los últimos 30 años y que haya sonado más de 50 veces en la radio.
Tiene sus puntos, especialmente algunas citas de Jane Lynch que son geniales.
Tengo que reconocer que la sigo.

Ahora bien, me saca de quicio ver una serie en la que el casting parece calculado con un estudio de mercado: un homosexual, dos judíos, una negra, dos asiáticos, una latina, tres minusválido. Supongo que es el mensaje que quieren transmitir, que seas como seas puedes ser lo que quieras ser... mientras tengas dinero, y seas políticamente correcto.

También hay que reconocerles otro par de cosas. Que varios actores vienen de Brodway, y tienen voces increíbles y algunas interpretaciones son asombrosas; y que los adolescentes americanos actúan mejor que muchos adolescentes españoles, aunque eso no sea decir mucho.

En primer lugar, quiero decir que quizá me he excedido un poco en la puntuación por culpa de mi amor incondicional por Bob Dylan, pero sinceramente, creo que este es un documental indispensable para cualquiera al que le guste su música y su poesía. Y probablemente para todos aquellos a los que les guste la música moderna, porque de una manera o de otra este hombre ha condicionado irrevocablemente todo lo que se ha compuesto, tocado y cantado a partir de la segunda mitad del siglo 20. Ni Bruce Springsteen ni Elton John ni Patti Smith ni Tom Waits, entre otros muchos, serían quienes son si no fuera por este hombre.

Pero en fin dejando aparte los sentimentalismos el documental cuenta la vida de un tal Robert Zimmerman, un tipo que nació en Minnesota y que a base de gastar su guitarra y su armónica, de tocar melodías antiguas y nuevas compulsivamente, de imitar y copiar a sus ídolos y amigos, acabó convirtiéndose en Bob Dylan, el músico que compuso Blowin’ in the Wind y al que luego sus amigos y otros muchos acabarían imitando.
Contando seguramente más verdades a medias que hechos, Scorsese nos guía a través de los primeros años de la carrera del cantante. Siguiendo el camino que se nos marca entendemos el efecto que causó esta experiencia en Dylan (y en el resto del mundo) y descubrimos el verdadero significado de canciones como Mr tambourine man, Like a rolling stone o It’s all rigth ma, I’m only bleeding.