Sin duda Los Simpsons ha sido la serie animada más famosa e influyente de la historia. Una serie que ha copiado la forma de vida de la sociedad americana, haciendo reir a unos y ofendiendo a otros.
Desde el punto de vista técnico, la serie (que al principio incluso estaba mal dibujada), nunca ha reparado demasiado en este aspecto, sin tener ningun tipo de continudidad (Maggie, la menor, con un año de edad, aparece en las fotos familiares de navidad de tres años consecutivos), desapareciendo muebles de la casa de una escena a otra, cambiando la ropa... Sin embargo los guiones extremandamente trabajados, de un humor exquisito a veces y otras absurdamente gracioso, han dado a la serie la categoria de una de las grandes, de la más grande. Es una pena que como siempre perdamos gran parte del humor en la traducción (¿os habéis fijado que cuando Homer descubre que la J de su nombre significa Jay en inglés se pronuncia igual J que Jay? Por lo tanto el gran descubrimento que hace es en realidad absurdo), a pesar de haber sido nombrado el doblaje español antes de la muerte de Carlos Revilla como el mejor.
Otra de las características principales de los Simpson es la gran variedad de personajes, hay cientos y cada uno con sus propios rasgos de personalidad, recurriendo a estos en los momentos menos esperados.
El reirse de si mismo, los excelentes guiones, la variedad en personajes y temática, el humor, la crítica... todo eso y más ha hecho que un dibujo garabateado, creado en 15 minutos por Matt Groening, acabase convirtiéndose en la más popular serie de TV. Grandioso.