Empieza bien, pero a medida que avanza, tanto flash back, cansa. Eva Santolaria, histriónica, como siempre, Miren Ibarguren, parece que ha hecho un descanso de “La que se avecina” y se ha colado en la película. Serie similar a cualquier película de fin de semana por la tarde que no deja poso y que se olvida al minuto.

Película absolutamente pretenciosa. Quiere ser tan moderna que en partes, cae en el ridículo. En fin, me encanta el cine pero me desmarco de esta chorrada. Quiere ser una película de culto, quiere ser profunda, quiere ser existencial...quiere ser, quiere ser, pero no puede ser. Me da mucha pereza sacar conclusiones. El significado es muy simple y se entiende perfectamente pero está contada, verbal y visualmente de una manera absurda. Creo que incluso ha querido emular, en cierto modo, a películas antiguas que esas sí tenían su encanto. Un delirio y un despropósito.

Lástima porque me encantan los actores.

Maravillosamente aburrida, pretenciosa... Me ha dado tiempo a echarme tres siestas. Solo me ha gustado Natalie Portman, espléndida, como siempre. La película en sí, no me dice nada. Prescindible en su totalidad. Debo estar ciega y tonta. No veo lo que ven los críticos, ni siento lo que ellos. Solo inquietud, me encontraba mal conmigo misma al estar sentada viendo esta película para “cultos”, no he encontrado mi sitio. Tengo que estudiar más, por lo visto.

La he encontrado retorcida, con demasiados giros y pretenciosa. Ha habido un punto de la película que me ha interesado pero el final, para mi gusto, desbarata todo lo anterior y la convierte en una película de sábado por la tarde.

Una genial interpretación por parte de Ana de Armas, pero es una película absolutamente pretenciosa, desagradable, crispante, destructiva… No, no le gustaría haberse visto así, seguro que no. El director debía estar “fumao”. No me gusta el enfoque ni la forma. Al final, da la sensación de pérdida de tiempo. Estoy segura de que se llevará algún Oscar inmerecido. Doy toda la credibilidad al Señor Boyero, tan duramente criticado y con el que casi siempre coincido.