Creo que lo que mas disfrute fue el simbolismo. Espectacular. La prueba de Turing, el cuento para infantes de Caleb, la pedagogía de Nathan sobre el proceso evolutivo. Todo, desaboca en esa dulce mirada que ofrece Eva, -Oh, nuestra dulce Eva-, justo antes de despegar en el ascensor. Una maravilla.

El filme alcanza su cenit en el momento justo en el que, victoriosa, Eva se detiene a "sentir" con deleite, la luz del sol sobre su ameno rostro. Mientras bajo ella, en penumbra, un preso Caleb se arrepiente quizás de no haber conservado aquella hojilla de afeitar. Pobre muchacho. Ya puedo imaginarlo en algún momento, después, sonriendo con ironía cuando recuerde las palabras de su buen amigo Nathan: "¿Sientes lastima por Eva? Deberías sentir lastima por ti. Algún día las IA van a vernos como nosotros vemos los fósiles en las planicies de África. Un simio erguido, viviendo en una cueva."

Ya no mas blanco y negro para nuestra heroína.