Hoy por la tarde vi esta película, y la verdad no me pareció del todo mala. Por un lado tenemos a dos grandes actores como lo son Robert De Niro y Meryl Streep, dos bestias colosales a estas alturas, y por el otro lado una historia de amor simple y sencilla, que sin tanto rebusque, te llega a convencer, por la interpretación correcta de los actores y digo correcta, porque los actores interpretan a sus personajes desde, la veracidad de la cotidianidad, del día a día, y de las infinitas posibilidades, de encontrarnos con ese alguien que llega de sorpresa a cambiarnos por completo la vida. Mi puntuación, se debe al hecho de lo que me transmitió la película cuando la empecé a ver, curiosidad e incomodidad, más que nada por ver a Robert De Niro interpretar un personaje al cual no estamos acostumbrados a ver en el porque ya lo asociamos, con gangster y mafia, el tipo rudo, y Meryl no es Agelina Jolie, pero para mí ahí radica, mi puntuación, de notable sin llegar a excelente, los actores nos presentan actuaciones definidas por una historia común de dos personas, que podrían ser el vecino de la esquina con una tía tuya por decir algo y asociarlo a la vida real, porque el amor no solo es piel y deseo y carne mostrada a veces por mostrar, y nada más y muchas veces con demasiada falta de historia y sentimiento por detrás, solo sexo; acá se nos muestra la cara del amor vista desde la perspectiva de dos personas, que se encuentran, que dan una con otra por casualidades del destino, y que sin querer van sintiendo cosas que sin llegar a la pasión desbordante, es el verdadero sentir del amor, con mayúsculas, como tantas veces y de sobra se nos ha mostrado en el cine pero que esta vez le toco a la pareja conformada por De Niro y Streep. He visto otras películas, con iguales sentimientos, como lo son Frankie and Jonhy, El Cartero Siempre llama dos Veces, o Los Puentes de Madison donde también actuó Streep, y en esas historias hay actores masculinos, a los que se les ha encasillado, en un mismo rango de películas, de tipos rudos, misteriosos, y con toques de locura, que le saltan por los ojos. Enamorarse, lo que tiene a mi parecer de bueno es que se ve esa incomodidad correctamente interpretada, desde las miradas, el hacernos sentir que lo que estamos viendo no esta bien porque incluso el personaje de Meryl, se siente incomoda pero a la vez atraída, porque en el fondo sabe como nosotros también que hay atracción, que hay química, y es esa misma química la que la lleva a hacer algo que nunca había hecho antes, y con lo cual se encuentra frente a emociones, desconocidas, y nuevas que le crean confusión. Para mi me pareció estar viendo una imagen de la vida real, donde por más años o experiencias vividas, en el amor todos somos iguales, caemos con las emociones a flor de piel, expuestos y desnudos de alma y corazón, para el amor no hay edad, y en esta película se evidencia perfectamente, porque en cierto punto hasta parecían dos adolescentes, en una primera cita, sin saber que hacer o que decir, solo mirarse.

Tengo que decir que a duras penas y en partes vi las otras películas de esta saga, que espero que no termine con esta entrega porque tanta acción requiere de una continuación. Pese a que hay muchas cosas que de entrada no se explican, eso de sobrada manera queda fuera de discusión, y es innecesaria al ver ese comienzo monstruoso porque realmente no hace falta, el descontrol toma el mando desde el minuto uno de la película. El mejor 3D en lo que va de este año impresionante, los colores, los efectos, y una Charlize que se come la pantalla de principio a fin muchos dirán que parece una película feminista y para aquellos fanáticos de la saga ochentera de Mad Max, esto sería un insulto, pero estamos en el siglo XXI y nadie mejor que una representante de genero femenino que Charlize alguien con la suficiente altura -tanto física como interpretativa- como para igualar a cualquier hombre, e incluso y perdonen la platea masculina superarlos. Pero saliendo de la contienda feminismo-machismo, que aquí no cuadra, salí del cine con ganas de pelear, de comerme el mundo, y me sentía en la calle como una guerrera, espectacular, una película soberbia en todo sentido, tal vez el personaje principal queda medio relegado esa fue mi impresión pero cuando tiene que actuar lo hace de una forma magistral, si Mel Gibson tenia ese carisma propio de los ochenta, Tom Hardy le aporta la rudeza y la parquedad de este siglo, no tengo más que decir solo que vayan a verla no se van a arrepentir.

Anoche me enganche con esta película porque la recordé de un especial que dieron, de las mejores películas de romance o relaciones de pareja, no me acuerdo muy bien, que hicieron por el American Film Institute, y justamente en esa escena donde la comencé a ver me percate que era Kramer Vs. Kramer. Para comenzar, estuve tentada toda la noche después de haberla visto a poner una critica aquí, porque no quería olvidarme ninguna de las palabras con las que describiría este film ni tampoco las escenas, quería mantenerlas frescas en mi memoria. Así que hoy aquí estoy, con todas las ideas en mi mente dispuesta a exponerlas aquí; una historia totalmente contemporánea adelantada a su época, con momentos emotivos que pienso es previsible que así sea por el tema que toca, el divorcio, la separación, la perdida, la batalla por la custodia de un menor, en este caso de un pequeño que se pasa de sobrada manera, porque hace un papel maravilloso. De los actores principales ya no digo nada, porque a estas alturas se sabe que estamos frente a la actuación de dos grandes del cine con mayúsculas, ayer fue el día del padre y dieron esta película precisamente porque toca el tema de el padre como héroe, pues bien aquí esta de sobrada manera fundado ese mote, para empezar ahora que uno ya es un adulto y comprende mejor las cosas se da cuenta de la importancia de los padres en la vida de una persona y la imagen que quedara para siempre marcada a fuego en nuestras vidas, esas dos personas que son las responsables de nuestra crianza, de nuestra formación temprana, de hacernos lo que somos, y uno realmente no se da cuenta de el enorme trabajo que requiere criar a un pequeño hasta que uno mismo se convierte en padre o madre, no hablo de esta manera por ser mujer, o porque al ver esta película me entro la sensibleria, nada que ver de ahí el título de mi crítica, estamos en el siglo XXI pero eso de ninguna manera debería quitar el hecho de que tenemos que actuar en consecuencia a la hora de tomar desiciones como la de traer una vida al mundo, formar una familia, adoptar las responsabilidades que se requiere como el tiempo, el amor, la paciencia, la constancia, el estar. Hay muchas escenas, para pensar que te obligan a reflexionar, y a ver quizás una segunda vez este film con otros ojos, por un lado un padre que tiene que aprender a ser padre, desde cero, porque en el comienzo se nota que todo lo hace la madre y por el otro una mujer, hastiada, pero más que nada confundida, y con un problema existencial no resuelto, que decide abandonarlos para encontrarse a si misma con todo los problemas que eso traerá después para el pequeño y para el padre. Es una película parte aguas, adelantada a su época, pero que a su vez es un testimonio de una década, adonde se comenzaba a ver en la sociedad este tipo de problemáticas, la mujer insertándose al mundo laboral, llevar adelante una familia sin que las respectivas carreras sufran y no morir en el intento, cosas que inclusive yo veo en mi trabajo, pero que entiendo, y de alguna manera me sirven para aprender al no pasar yo por tales dilemas todavía. En fin; y para concluir, una historia que me llego y que como los grandes films, hecho y actuado por grandes, no debería pasar desapercibido para nadie, lo único y por eso mi puntuación, el final, me hubiera gustado un poco más. De todo modos una película recomendable, para ver con la mente abierta a la reflexión.

La atormentada Nina Sayers, y su obsesión con una perfección que poco a poco la va llevando a la locura, nos muestra de lo que es capaz un artista consumado por lograr su cometido. Perfecta Natalie Portman, uno de sus mejores trabajos junto a la también excelente interpretación que nos dejara, en la década de los 90 con su icónica Matilda en El Profesional. Muy merecido el Oscar a mejor actriz, su manejo de todos los periplos emocionales al frente del lente es espectacular, nos hace sentir en cada plano su travesía distorsionada de la realidad, en busca de algo que muchos artistas antes persiguieron, algunos con éxito, otros dejando la vida en ello. También no podemos obviar lo que significo en su momento de estreno, los comentarios acerca de ese mundo etéreo y elitista, como lo es la danza clásica, un arte que no deja de tener en la realidad todos los condimentos, para convertirse en un completo hábitat malsano para todos sus involucrados, dejándonos entrever el detrás del telón, que dista mucho de las puestas en escena idílicas que nos muestran. Aquí el director nos hace participe de ese mundo, junto a su musa protagónica, y nosotros nos dejamos llevar en ese sueño que lentamente se va convirtiendo en una autentica pesadilla de horror. Perfectos todos los involucrados en esta danza visualmente surrealista, y al mejor estilo de obras de esa década que tanto me gusta los 70. Vincent Cassel es un actor que cuadra a la perfección en su papel de profesor autoritario y lascivo, que no es otro que la representación de la tentación para una Nina reprimida sexualmente, y Lily encarnada por la actriz Mila Kunis, es la otra cara de esa represión liberada, a través de aquello que es el único lugar en el cual nuestra protagonista puede sentirse ella misma. Winona Ryder vuelve a aparecer en el cine en un papel que también le va como anillo al dedo, me deja la sensación de pase de antorcha delante y detrás de cámara a Natalie Portman, las dos son muy similares en esa belleza delicada y a veces peligrosa que representa la misma historia del film. Tres actrices, Portman-Kunis-Ryder, tres espejos del pasado, presente y futuro, en una situación psicológica muy al estilo Aronofsky.

Siempre me imagine viviendo en esta época, en los 70`, donde se fraguaron las grandes revoluciones que marcarían las generaciones posteriores, tal vez en otra vida, en otro momento viví en esta generación de ídolos, de dioses del olimpo, comunes mortales que en su día, nunca se hubieran imaginado, lo que serían, y lo mucho que nos dejarían. La primera vez que vi esta película, me encanto y me enamore, y todavía sigo enamorada,cada vez que la pasan por la televisión irremediablemente termino frente a la pantalla, transitando todas las rutas de sus protagonistas, llevándome a lugares donde solo películas como esta te pueden llevar. Maravillosa banda de sonido, de la cual tengo casi todas sus canciones, y no me canso de escuchar, soñando con ser Peny Lane, en la carretera del rock, excelente actuación de Kate Hudson, en este su primer papel importante y por la cual la nominarían al oscar. Cameron Crowe nos deja, quizás una de las mejores películas sobre la historia del rock, sobre el comienzo de una banda "luchando en los umbrales del éxito", tal cual una de sus lineas. Todos están excelentes en sus papeles, al punto de hacernos formar parte de su travesía, del recorrido, un recorrido de crecimiento, aprendizaje y madurez, que bueno realmente hubiera sido vivir en ese pequeño y gran momento del tiempo, cuando todavía el rock era rock, en estado puro, en estado de gracia antes, del marketing, de la locura del dinero, y la vorágine del éxito y la fama, querías ser estrella, querías ser músico, para experimentar un viaje inolvidable. No critico este film desde la historia, si no desde la pasión, y el amor a una época, que no va a volver, pero que para los que lo vivieron lo van a recordar por siempre. Por cierto la escena, del ómnibus con todos cantando, un temon de Sir Elton John es simplemente maravilloso. Grande Cameron un verdadero documentalista, del rock.