El sábado pasado, mi padre y yo terminamos la conocida serie de televisión llamada LOST. Estuve llorando durante horas, de verdad. (La recomiendo muchísimo) El caso es que como acabé tan destrozada, mi padre decidió que para distraerme podríamos empezar una nueva serie. Le dije que sí por decir algo, puesto que lo único que yo quería era olvidarme del tema. Mi padre puso el piloto de una serie llamada FRIDAY NIGHT LIGHTS y me dijo que era una serie de fútbol americano. La verdad es que mis expectativas estaban por el suelo. No soporto los deportes agresivos, de verdad.

Sinceramente, cuando acabó el piloto no sabía qué hacer. Si ponerme a gritar o a llorar. Flipé. De verdad. No me esperaba para nada el final. Empieza bien, pero a medida que avanza mejora muchísimo. Ciertamente, me esperaba la típica serie para adolescentes (que en cierta medida, lo es) con un poquito de fútbol americano para atraer a los jóvenes deportistas, pero no tuvo nada que ver.

Esto me demostró una vez más que no hay nada peor que los prejuicios. De verdad.

Os resumiré brevemente (sin spoilers) el argumento principal:
Friday Night Lights transcurre en su mayor parte en un pueblecillo de Texas ficticio llamado Dillon. En dicho pueblo, existe el típico instituto público que como suele pasar, tiene equipo de fútbol. La serie empieza cuando Eric Taylor, el nuevo entrenador, su esposa y su hija Julie se mudan al pueblo. Básicamente, en la serie se explican las vidas personales de los jugadores del equipo, las animadoras y el resto del instituto y normalmente, los viernes es día de partido. Ahora parecerá muy simplón, pero no lo es en absoluto.

Os recomiendo muchísimo esta serie. La verdad es que no entiendo porqué esta serie es desconocida fuera de estados unidos. Es mucho mejor que muchas de las series cursilonas y aburridas para quinceañeras.