La película está a la altura de las mejores películas de acción americanas. Es equilibrada en el enlace de las escenas, no cayendo en la exageración en ningún momento, ni en las escenas de mayor tensión. No se recrea en escenas violentas ni presenta protagonistas fuera de serie, con cualidades poco reales. El relato se enmarca en el contexto de la simple realidad, no añadiendo ningún elemento de adorno con fines comerciales. Es simplemente estupenda.

Lo mejor de la película es su realización. Con un buen ritmo, sin abuso de primeros planos. desenmarañando la trama de forma fluida y sin desencadenar situaciones que podrían ser previstas por el espectador. De forma aparentemente sencilla, sin recurrir a ningún efecto especial, Polanski consigue mantener continuamente la atención del espectador hasta el final. Recurre a detalles, algunos aparentemente insignificantes, en la descripción de todos los personajes, que permiten tomar el pulso a cada uno de ellos. Quizás le ha faltado descorrer un poco más la cortina de la corrección política, identificando más en profundidad la situación en la que se basa el argumento.
Buena interpretación de Ewan McGregor y Olivia Williams.

Es otra historia sobre el régimen nazi, que aunque añade el valor de sacar a la superficie los movimientos antihitlerianos dentro de la propia Alemania, suaviza mucho la situación de represión social y no ahonda en el entramado político de la organización del movimiento, que queda reducido a un grupo de amigos en desacuerdo con el sistema. Me ha encantado la iluminación, muy estudiada, al tratarse de escenas interiores, en las que no se puede recurrir al adorno del paisaje, y que contribuyen a acentuar el dramatismo de algunas escenas.

En una buena cocina y con buenos ingredientes ha salido mal el pastel. El cocinero no los ha sabido manejar. Este sería el resumen de la impresión que causa esta película, en la que destaca, sobre todo, la buena interpretación de los actores principales. Alguno aprovechó para echar una siestecita, ya que el abuso de los primeros planos y el movimiento de la cámara provocan un cierto mareo adormecedor.

Sin meterse en análisis políticos ni consideraciones profundas, simplemente relacionando las escenas con fragmentos de noticias reales de la época, te sumerge en el ritmo trepidante de los hechos, que describen su actividad en ámbitos muy diferentes, con distintas finalidades, que terminan formando parte de la misma maraña de intrigas y actividades ilegales al servicio de la alta política. Es inevitable dejarse arrastrar hasta el interior de la intriga, hasta casi formar parte de ella. Tiene un buen ritmo, sin discontinuidades en el enlace de los distintos escenarios en los que se mueve el protagonista. Es una buena actuación de Tom Cruise, que ha ido ganando solvencia con el paso del tiempo.