"Memoirs of a Geisha" dejará seguramente a todos espectadores como me dejó a mí: rendida. Una película que te somete desde el inicio, que se apodera de ti obligándote a permanecer todo el tiempo, y te liberta en el final, no sin añadirle unas gracias divinas. A parte de esto, no podemos omitir que las temáticas no abandonan el lugar-común: el amor, la esperanza, el sufrimiento, los sueños y las promesas delante del espejo. Hasta aquí nada nuevo. La novedad de esta película surge con la remota, secreta y misteriosa perspectiva de una geisha sobre los anteriores lugares-comunes. Qué es una geisha? Qué hacen? Y qué sienten? Las respuestas a éstas e inumerables otras perguntas es la gran y feliz apuesta de su director: el 'cultural insight' que nos ofrece. Sentimos que llegamos tan cerca de la protagonista y de su historia como si fueramos nosotros mismos. Hemos conocido todos los detalles y rincones de la experiencia geisha y deseamos, cómo no, haber sido marcados en nuestra memoria por ella. Ziyi Zhang interpreta este rol con brillantismo. Una interpretación como son las geishas mismas: apasionadas pero comedidas, con un camino duro y para siempre desconocido. En general, una peli para dar y retirar el placer, para luego volver a dar, para conocer mucho, muchos detalles, mucha info; pero sobretudo una peli para las geishas, esas mujeres-piedra que son, lo sabemos ahora, los bastidores del amor.