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España España · Madrid
Críticas de endini
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Críticas 29
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
3
8 de mayo de 2014
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el cine de acción parece, visto lo visto, que todo ha sido creado ya, y el género de los espías es sin duda de los más explotados. No solo ha hecho falta la saga de ‘007’, sino que ha sido alimentado por otras producciones, como las basadas en el personaje de Tom Clancy ‘Jack Ryan’, o la trilogía Bourne, y todas ellas con sus más y sus menos. Siendo un género en el que es difícil encontrar una obra especialmente innovadora, aparece ‘3 días para matar’, un filme que tiene como enorme atractivo el protagonismo de Kevin Costner, un actor que ha ido apareciendo en cartelera a cuenta gotas desde hace unos años, y menos aún en películas donde es el completo protagonista. Quizás lo más atractivo del largometraje sea esto, tristemente, el que tenga cierto gancho el volver a ver al señor Costner en clave de acción, porque poco más podemos salvar del metraje.

La historia que cuenta la aventura un peligroso espía internacional, que está decidido a renunciar a su arriesgada vida para poder construir una relación más estrecha con su esposa e hija, de las que se ha mantenido distanciado para impedir que corrieran peligro. Pero primero tiene que completar una última misión, incluso si esto significa enfrentarse a dos de los retos más difíciles de toda su vida: dar caza al terrorista más despiadado del mundo y cuidar de su hija adolescente por primera vez en diez años, mientras que su esposa está fuera de la ciudad.

En lo que refiere a la acción de la cinta, nos encontramos ante una propuesta poco original en la puesta en escena, a lo que se suma ese tipo de violencia light que no busca el impacto de la bala, sino que más bien es una insinuación de lo que es realmente un disparo. No nos sorprenderá entonces que los enemigos caigan como moscas, mientras que el protagonista parece intocable, sino que también habrán escenas especialmente ilógicas en cuanto a que, aún estando todo vendido para que el personaje de Costner se lleve un tiro, nada de esto ocurrirá, lo que al cabo de unos cuanto tiroteos, no se vea peligro alguno en las escenas de acción, ya que sabemos de antemano que nada de lo expuesto en pantalla está ahí para herir al prota.

La falta de peligro es todo un escollo, ya que convierte a las escenas más potentes del filme en algo simplemente pasajero, ya que no tarda mucho en demostrar que el guión resuelve algunas escenas de una manera cuanto menos perezosa: con un cerrar los ojos y volver abrirlo en lugar seguro sin saber cómo, dónde y porqué. Esto produce la sensación de que nada de lo que ocurre en pantalla tiene una transcendencia real: no hay policía, los actos de violencia en plena calle pasan casi desapercibidos para el resto de la humanidad, e incluso, personajes que se plantean como secundario pueden morir sin que ello afecte ni emotivamente al protagonista, como si esta parte del guión le hubiera sido borrada de su trabajo.

Para salir del paso
Durante algunos tramos de la película habrán varios puntos graciosos y más cercanos a casi una comedia familiar que a otro género, lo cual es hasta lo más entretenido del filme, ya que estos momentos tienen cierto para qué en la manera de enfocar la vida de ese padre ex espía que ahora intenta ser padre, sin tener ni idea de cómo se hace eso. Esta mezcla de géneros es algo confusa, ya que parece que el filme está dividido en dos: la acción y la comedia familiar. El poco gancho entre una parte y otra hace que parece que estemos viendo dos películas a la vez, intercalándose entre ellas y que no llegan a explotar del todo en su individualidad, una lástima ya que hay alguna propuesta que podría haber sido interesante, pero la lógica no está de la mano con ello.

La falta de cohesión, unido a que todo se resuelve de una manera muy poco justificada y gratuita, provoca que no llegue a desprender un verdadero interés todo lo que ocurre en pantalla, pues nos encontramos ante una producción que ya en su prólogo antes del título del largometraje y los nombres de sus protagonistas, ya pone sobre la mesa todo lo que va a ocurrir en sus casi dos horas de metraje, y no es solo que sea previsible, sino que peca de pasar por encima de un género que tanto atractivo tiene como es el de espías. Lástima que no haya una ambición especial en esta cinta, que parece hecha para llenar el hueco de acción en la cartelera, sin razones para ser reseñable en ella, ni tampoco se esfuerza por serlo, aunque Kevin Costner sigue teniendo su carisma, eso no se puede negar.
endini
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10
21 de enero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay en la Historia del Cine algunas producciones que escapan de lo usual, que nacen para dejar huella y ser estudiadas en escuelas de cine. Así es con 'Oldboy' de Park Chan-Wook, una producción surcoreana de 2003 que se convirtió en una película de culto casi instantáneamente, un portento visual donde la imagen, la música, una dirección que demuestra que aún no está todo inventado y una historia brutal como un golpe de martillo, el cortar de unas tijeras o el sabor de un pulpo vivo. Así es 'Oldboy', una película que solo recomiendo a aquellos amigos que saben disfrutar del cine, que habré visto diez o cien veces y que sigue siendo igual de apabullante.

La historia del filme es tan atrayente para un actor como repelente, ya que su protagonista caerá por una espiral de violencia en caída libre del que hubiera sido muy fácil sobreactuar o no desarrollarlo del todo a fondo debido al reto que es, pero que con Min-sik Choi, todo está atado.

El actor surcoreano se ha atrevido en este filme a rodar algunas de las escenas más simbólicas y complicadas se pueden recordar. Sin querer destripar nada, alguno de sus momentos conllevan no solo una capacidad psicológica admirable, sino unas dotes físicas igual de elevadas. Con ello quiero exponer que el reto al que se enfrentó Min-sik Choi con su papel de Oh Dae-su sigue siendo uno de los mayores y mejores ejemplos de entrega de un actor con su papel, no solo por enfrentarse a algunas escenas arriesgadas sin necesidad de extras, sino por demostrar que aún hay gente que se deja la piel, la sangre y el estómago por el cine. El resto del elenco estará a un nivel muy similar, con uno de antagonistas más memorables y carismáticos que he tenido el placer de contemplar, interpretado por un Ji-tae Yu en estado de gracia, con una propuesta interpretativa igual de brutal que la del protagonista.

Si en el término interpretativo el filme se refugia con un elenco entregado, qué decir de la dirección de Park Chan-Wook, sin el cual la visión de este filme no sería la que es, no tendría la crudeza que tiene, y mucho menos hubiera sido tan arriesgada. Tuvo que llegar Chan-Wook para atreverse a usar el simbolismo de manera tan exacta y medida, con una puesta en escena que hace que todo 'Oldboy' respire una atmósfera única, que su atrezo se convierta en icono (después de ver el filme, no verás a un martillo como antes), y sobre todo, que se atreva a usar un lenguaje visual rico y rompedor, desde unos recursos entre transiciones de escenas brillantes: recuerdo como Mi-do, la protagonista femenina de la historia, pasa de secarse las lagrimas a despejar su cara del sueño en un mismo movimiento que sirve de transición entre escenas, tan simple y tan visualmente atractivo

Ejemplos de buen hacer detrás de las cámaras pueden sacarse miles de esta producción, por lo que no es broma que algunas de sus escenas se estudien en escuelas de cine. Park Chan-Wook demuestra que no hay tener miedo a nada cuando se trata de cine, y cómo la visión de un director sin impedimentos ni censuras puede ofrecer a este arte. Es por ello que asistiremos a uno de los planos secuencia de lucha mejor grabados que se han hecho, a unas muertes tan inhumanas que solo pueden ser efectuadas por un humano, a juegos con la cámara entre tramos de escaleras que recuerdan a M.C. Escher o a movimientos visuales que nos proponen la escena como se de un cuadro se tratara. Esta producción es poética en mucha de sus secuencias, ordenadamente caótica, pero poética a base de golpes, lágrimas, gritos y giros argumentales que consiguen tenernos enganchados a las desventuras de Oh Dae-su de principio a fin, como si estuviéramos realmente en su cuarto de cautiverio durante tres lustros, y al igual que el protagonista, solo queramos dejar libre a nuestro monstruo para que se encargue de buscar respuestas por nosotros.

Entre muchas de sus virtudes, 'Oldboy' puede presumir de tener uno de los desenlaces más turbadores que se recuerdan, ese tipo de cintas como pocas hay que consiguen literalmente dejar atónito al espectador ante lo que está contemplando, y demuestra una vez más hasta donde es capaz de llegar el ser humano, y quizás es así de brutal ya que uno puede pensar seriamente que puede ocurrir. Es por ello que el filme consigue algo que, en mi opinión, valoro mucho en cualquier producción excepcional: que termines de verla con una sensación diferente de cuando empezaste. Es por ello un largometraje que no deja indiferente, que no se puede llevar a la ligera ya que todo lo que muestra tiene un peso lo suficientemente importante como para que estemos hablando de ella una semana, un mes, un año, una vida.

Una frase que se repite en el filme y que es tan poética como triste y veraz es: "Ríe y el mundo reirá contigo. Llora y llorarás solo" del poema 'Soledad' de Elle Wheeler Wilcox, una sentencia que aúna en parte lo que ofrece este largometraje: unos personajes oscuros y torturados, una fotografía cuidada hasta la saciedad, escenas memorables desde el minuto uno, una dirección que no se priva de nada y un reparto entregado. Todo ello se une en 'Oldboy' para conseguir una cinta irrepetible, que roza la perfección, (algo reprochable sería su epílogo, algo ambiguo), y que logra convertirse en una de esas películas que saben ganarse el apelativo 'de culto' llevando al espectador a un sin fin de emociones en la gran escala de grises que tiene la venganza, y haciendo que sus dos horas de metraje pasen volando, como si nos encontráramos bajo la hipnosis visual y musical de la obra maestra de Park Chan-Wook, un director que no tiene películas malas, y que en 2003 se atrevió a contar una historia que ya hacía temblar al lector en el manga original, y que visto en la gran pantalla, gana crudeza, visceralidad y maestría, y recuerden: "Ya sea un grano de arena o una piedra, en el agua se hunden igual".
endini
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5
21 de enero de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde mi punto de vista, las películas de animación infantil pueden englobarse en dos bloques: por un lado aquellas que han ido adecuándose poco a poco a lo que marca las nuevas generaciones, y por otro lado, aquellas que más bien han marcado a los niños y niñas de esas generaciones. En el caso de 'Lluvia de albóndigas 2', nos encontramos con el primer tipo, ya que la nueva cinta de Cody Cameron es en cierto modo, un modo de ver la forma en que los niños de hoy en día consumen la información: todo a mil por hora, sin descanso para mirar el móvil, y con algún que otro toque de ingenio, para una película que eso sí, ha puesto como protagonista a un científico en lugar de un aventurero de bulto, y eso sí, es todo un alarde de imaginación en cuanto a convertir a los alimentos en animales, todo ello con unos juegos de palabras muy agudos.

'Lluvia de albóndigas 2' no llega tampoco a innovar mucho con su historia, que básicamente no evoluciona mucho desde su sinopsis, tratándose de ir a buscar algo a un sitio y todo lo que pasa por el camino. Es aquí donde aparece uno de los aspectos más positivos del filme: mantiene un buen ritmo de acción. Esto se debe a que no hay momento de descansa durante una gran parte del largometraje, algo que por una parte es bueno, ya que este no parar es bastante entretenido, pero a su vez, puede resultar algo agobiante, ya que como la historia no da mucho de si, lo que me hace pensar es que han llenado el filme de momentos de tensión y acciones, quizás para evitar que los personajes estén quietos y tengan que hablar, quemando los pocos cartuchos y moralejas que tiene la historia.

Los protagonistas volverán a sus atributos de la primera entrega, desde el científico alocado a la presentadora del tiempo, pasando por el policía hasta el niño anuncio que ahora es de la panda. Si bien no se trata de un equipo para rememorar como de los mejores en la animación, juntos saben estar, y es bueno ver a unos personajes que rozan más el patético que el heroísmo, lo cual da su atractivo al filme, ya que abre la puerta a ese tipo de héroe más humano, más que le ha tocado salvar al mundo sin tener mucha idea de cómo, y eso sí, está deseoso de emprender la aventura. Otro de los aspectos que no acabo de aclarar del todo, es de la moraleja de la película. A lo largo del metraje he ido pensando que igual la más acertada es la de que la ambición sin mesura no es buena, y que los malos momentos pueden superarse con los amigos o algo así... Pero nada tiene que ver con la comida.

En cuanto a la animación en si, se nota un gran cambio respecto a la primera parte, y esta ocasión, se verá mucho más trabajada y llena de vida, con escenarios mucho mejor elaborados y mucho colorido. En la primera parte me llegué incluso a fijar en que algunos diseños de personajes extras estaban incluso duplicados, hasta tres vece en la misma escena, pero esto no pasa con su continuación, la cual sí es un auténtico alarde de imaginación con todos los personajes comida, que además de estar muy bien diseñados siguiendo las formas que insinúan como alimento, han conseguido ser unos animales muy bien marcados, con un gran trabajo de creación de muchos y diversos animales, que a su vez, han sido tratados de una manera que nos hace dudar entre correr de ellos o intentar comérnoslos.

En definitiva, la cinta ofrece una historia poco elaborada, que básicamente es sobre ir desde el punto A al punto B, y basa su acción a momentos frenéticos y de correr y múltiples escenas de tensión, todo ello muy rápido para no dejar tregua al espectador, viendo que su manera de entretener no se basa en una historia memorable o unos personajes carismáticos, sino más bien se basa en el no parar para que el espectador no se de cuenta de que, básicamente, no tiene una historia que narrar y todo ello es humo para que no nos demos cuenta de que no estamos ante un guión que de mucho de si. Pese a ello, toda la animación se ha visto beneficiada con el paso del tiempo, y ahora es más vistoso y ameno ver a los personajes en acción, además del gran acierto de convertir la comida en animales y todo lo que ello aporta a la acción, con hamburguesas como arañas gigantes y tacos despiadados que parecen cocodrilos, todo ello que seguro que visto desde los ojos de un niño es algo muy positivo e imaginativo, pero que un adulto echará de menos algo más que aportar, una moraleja algo más profunda que valga la pena ir al cine con los niños a ver la cinta, porque la película está bien en algunos aspectos, pero se queda muy en la superficie glaseada de un tema que podía haber dado más de si.
endini
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6
21 de enero de 2014
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La cinta respira esa atmósfera teatral de la obra de William Shakespeare, con la curiosidad de que el texto se ha mantenido fiel a la obra del inmortal autor, mientras que la acción ha sido trasladada a nuestros días, siendo por lo tanto una mezcla un tanto curiosa, que si bien tarda un poco en asentarse, una vez estamos acorde con el lenguaje que se la ha dado a la película, acabamos por disfrutar de esta producción independiente que nos enseña cómo hacer un cine más humilde y artesanal sin con ello llegar a la banalidad ni a la pretensión, sino simplemente, hacer cine por el mero hecho de pasarlo bien y mostrar esa soltura al público.

Amy Acker tendrá el rol femenino principal del filme, y la verdad es que la actriz sabe caer bien en pantalla, y con su gracia y manera de recitar el texto, convirtiendo las palabras de Shakespeare en algo tan natural, es bastante creíble en su rol. A ello debemos añadirle que tendrá también algún momento dramático interesante, al igual que algún toque de comedia, lo cual hace de su papel algo bastante redondo, y no la encuentro desubicada en ningún momento, lo cual es realmente destacable cuando la mujer está recitando unas palabras llenas de términos ya en desuso y con tanta naturalidad. Sin duda, se trata de una buena aportación a la película el trabajo de Acker, que demuestra que se puede tener su gracia sin caer en poner caras o hacer por hacer, sino partiendo desde la honestidad de uno mismo.

El rol masculino protagonista ha recaído en Alexis Denisof, un actor que también ha sabido trabajar muy bien su papel con Amy Acker, y demuestra que tiene química con la actriz, haciendo que veamos sus acciones más veraces si cabe. También es destacable su punto sutil de comedia, ya que el actor se mueve muy bien, y hace veraces sus monólogos en voz alta, además de que verle intentando esconderse para oir una conversación, o intentado posar para parecer interesante, sea algo muy humano, con una soltura y una humildad que provoca que nos caiga bien casi de primeras, algo muy importante si tenemos que estar con él cuando comienzan sus monólogos, que siendo un actor menos sincero con su trabajo, pecarían de ser irreales. Esto no le ocurre a Denisof, que ha demostrado que puede armar a un personaje vivo y real, y con ese encanto y juego que tan bien le viene al papel.

En el resto de personajes secundarios, veremos varios matices, ya que mientas algunos hacen un buen trabajo con su texto y acciones, hay otros a los que se nota que no llegan a tocar lo que pide el texto o la acción, y casi parece que algunas de sus tomas son más bien ensayos en lugar de escenas listas para llevar a la gran pantalla, algo que afea un poco el resultado final de alguna escena, ya que parece que se queda a medias debido a que el actor o actriz en cuestión, parece no haberse dado el tiempo necesario para prepararse la acción, y es por ello que queda en algunos momentos, todo a medio gas, lo cual es una pena pero a su vez puede llegar a ser comprensible dentro del contexto de rodaje de la cinta.

La dirección de Whedon tiene diversos matices, ya que valiéndose de un escenario que no es precisamente un portento para sacar una buena fotografía, sí que ha sabido ofrecer una mirada humilde y sin muchas complicaciones de lo que quiere enseñar, y pese a que el escenario no da mucho de si, sí que ha logrado alguna escena digna de mención por la composición de la imagen. El mayor acierto del director ha sido el de dotar a la cinta de ese aura de obra de teatro, con algunos sutiles planos secuencia en los que el reparto continúa con su texto de manera espontánea y seguida, sin esos planos y contraplanos tan habituales para dar vida a una conversación, y en esta ocasión, todo es más natural y ligero, lo cual lo hace más creíble también. Con estos detalles tan teatrales en su tratamiento, la película es más recomendable para quien disfrute del teatro en si, ya que verá con un ojo más amable la puesta en escena de la producción, que como hemos comentado, es bastante simple.

Al ser una película tan atada al texto, se convierte en momentos en algo espesa, demasiado decorada de florituras, y al fin y al cabo, algo irreal debido al contexto que trata, lo cual tiene su punto bueno, y a su vez, si no hemos logrado contactar con su esencia, puede hacer que acabemos algo hartos de la manera que se ha enfocado el filme. Es por ello que decía que para los amantes del teatro esta producción tiene un plus de interés, pero para aquel que quiera buscar una comedia romántica al uso, va a tener que abrirse un poco más a la propuesta de Whedon.

Como conclusión, la estética en blanco y negro del filme, sus pocos complejos para llevar una historia clásica de William Shakespeare a los días actuales sin importar que el texto vaya por otro lugar, su reparto principal bien escogido y algunos momentos cómicos muy vivaces y reales, la cinta de Josh Whedon es una buena adaptación a la pantalla grande de la obra 'Mucho ruido y pocas nueces', tratada en esta ocasión de una manera más liviana y sin la presión de que haya sido escrita por el maestro inglés. Los amantes del teatro verán el largometraje con otros ojos, más amables o críticos dependiendo de las escenas mostradas, y aquellos que busquen una comedia romántica, y sepan adentrarse en el texto y la puesta en escena humilde de la película, también pueden encontrar en este filme un buen entretenimiento, todo ello rodeado de esa atmósfera del "hecho por placer" que tiene el metraje, donde casi podemos compartir el alivio que siente su reparto de encontrarse en una película casi grabada entre amigos y que muestra que se puede hacer cine sin hacer explotar nada y simplemente, por el placer que es el de hacer una película con ese toque mágico que tiene el teatro.
endini
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5
21 de enero de 2014
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nos encontramos por ello ante una cinta cuya historia se remonta al Siglo XI, algo muy atractivo de ver gracias a una puesta de en escena muy bien conseguida, con multitud de actores secundarios en algunas escenas, escenarios bien atrezados, y nada que nos salte al ojo más allá de los peinados tan bien arreglados de sus protagonistas. El director alemán Philipp Stolzl no ha dudado tampoco en hacer grandes panorámicas de sus escenarios, mostrándonos desde desiertos a fortalezas, y pasando por preciosas laderas al borde del mar o pueblos ingleses de mala muerte, todo ello con una composición en la que se nota el ojo y un tratamiento de la fotografía muy cuidado. Gracias a la época, habrán unos cuantos chistes o comentarios propios de las circunstancias en unos años en los que la medicina, si curaba, era brujería, y su manera de tratar era amputando miembros o haciendo al paciente beber un brebaje inventado.

El papel principal ha recaído en Tom Payne, un actor que no conocía antes de esta película, y que pese a que en un primer momento pensaba que iba a ser más insulso, acaba convenciendo por mostrar una interpretación muy humilde y concreta, sin irse mucho por las ramas ni intentar gustar, sino que más bien se nota que el hombre se divertía haciendo su papel, que eso sí, le ha dado para mucho en las dos horas y media de metraje, dando lugar a una evolución bastante convincente de su rol. Igual echo en falta más riesgo en su papel, ya que en ciertos momentos creo que le hubiera venido bien una propuesta más oscura de su personaje, por todo lo que acontece en el filme, y noto que en ciertas partes no está todo lo metido en su rol que debiera, pero aún así, ha hecho una interpretación atractiva y crea simpatía con el espectador.

Stellan Skarsgard no es que salga mucho en el cinta, pero ha hecho un gran trabajo de adaptación para un papel que le exigía los contrastes de hombre que ejerce de mentor sin querer serlo, que quiere sin querer hacerlo y que debe creer cuando lo da todo por perdido. Skarsgard tiene también una de las escenas más dramáticas y complicadas de la película, y verle resulta todo un lujo, ya que se muestra en el actor una faceta muy humilde y de descubrimiento, que siempre es de agradecer en pantalla. Olivier Martinez tiene también un rol que le viene que ni pintado, y con ello, crea a un hombre despiadado y que impone, a lo que se une que ha sabido darle algún matiz ambiguo a su personaje. Si bien, tampoco es que de mucho de si, y en algún parlamento realmente interesante de su rol, se echa de menos más arrojo del actor en interpretarlo, ya que parece que cuando todo está dispuesto para ser memorable, queda algo en el aire la porte que ofrece, aunque aún así, hace un papel bastante correcto.

La situación con Ben Kingsley, perdón, Sir Ben Kingsley, es algo más complicada. No cabe duda alguna del valor actoral de Kingsley, todo un monstruo de la pantalla, un actor como los de antes, que se lo toma en serio y en el que no sé si los directores se atreven a cuestionar su trabajo, ya que puede estar sentando cátedra. Es por ello que su rol en 'El médico' demuestra su profesionalidad delante de las cámaras, pero desde mi punto de vista, no aporta tampoco nada nuevo de lo que nos tiene acostumbrados. Con ello quiero decir que su manera de actuar y de dar vida a su personaje, me recuerda enormemente a otros papeles suyos, casi como si fuera un estándar para Kingsley, y pese a que está correcto, que siempre lo está, no veo una aportación fuera de lo común para su registro, por lo que su papel no es para mí un referente en su carrera, pero no por ello deja de ser efectivo.

Nos encontramos pues ante un cine clásico, una gran historia, larga y con mucho texto, que nos llevará a diferentes ubicaciones, habrá amor de por medio, batallas, filosofía y medicina. La medicina, claramente, es el tema más importante, y la verdad es que es bastante interesante el ver cómo se planteaba antes, y las posibilidades que da un personaje más curioso con la anatomía humana. Supongo que lo más divertido es ver a unos personajes tan convencidos en algo que ahora el espectador sabe que es erróneo, y como sigue la evolución del filme hasta que poco a poco comienzan a abrir los ojos.
El problema es que dos horas y media de metraje, con muchas escenas que no llegan a ser del todo relevantes para la historia, demuestran que el filme tiende a enseñar todo desde muy el principio y poco a poco evolucionar, en lugar de dar más importancia al trabajo de los actores en crear la atmósfera que pretende el director. Me refiero a que es posible quitar diez minutos de metraje en enseñar cómo los amigos salen de fiesta sin nada que aportar, y en su lugar enseñar a los mismos protagonistas el día después con resaca y alguna mirada cómplice. En mi opinión eso es más sutil y crea más relación que quince minutos de otras escenas que aportar, aportan poco.

Como conclusión, hemos de admitir que ver algo de cine clásico, lento y con mucho que contar, siempre está bien, y que cuando ha tenido un buen cuidado y no se ha hecho mirando directamente al DVD se aprecia mucho mejor el mimo que tiene, y eso es plausible. Lo único que no termino de ver es el público que podrá disfrutar plenamente de esta película, ya que pese a tener cosas buenas, alguna situación bien narrada, y algunas escenas bastante interesantes, en ocasiones me parece que ha intentado abarcar demasiado y todos los problemas que expone, desde la religión, las batallas políticas y el conocimiento, se han quedado un poco a medias, y no terminas de entrar en todas, si bien algo más en la medicina, lo cual es interesante pero tampoco se trata de la cinta más representativa sobre el tema. Aún con todo ello, es un buen entretenimiento que se desvincula de ser directa y efectiva, y nos ofrece un viaje de descubrimiento y ambición que todavía tiene su atractivo.
endini
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