Mira que me cae bien Quim y me agrada el descubrimiento de Natalia, pero es que el guión y la dirección no pueden ser más y más malos. ¿Y por qué esa manía con el verbo follar? ¿Tan guay es decirlo una media de cada minuto y medio? Y humor casposo sobre los homosexuales, y ese amigo de la oficina macho alpha que reparte más que el capitán Salami, y ese atascamiento mental del protagonista que parece un niño de seis años en un cuerpo adulto...

Bueno, al menos Héctor de Alterio le pone algo más de frescura, pero es que en el último vídeo hasta le cortan a medias. No puedo ni subirla al 2. Sencillamente espantosa.

Y para redondear el título, de tan baja vibración, que se lo dice ella a él por algo confuso de cuando eran jóvenes. Pero, puestos a imaginar, ¿imaginan que el apelativo se lo dijera él a ella? No haría tanta gracia, verdad.


Bueno, al menos la vi acompañado de mi mujer en la cama. Y eso fue de 10.

Salvo por escenas que son demasiado absurdas, me he divertido y emocionado muchísimo.
Hay escenas sublimes, como la canción que cantan varios ganadores de festivales anteriores con actores de la película en la mansión, o esa última actuación de Fire Saga en la final, y no puedo dejar de mencionar su denuncia a Rusia por la persecución implacable a los homosexuales.
Pues he pasado un buen rato con esta historia y los actores están genial y llegan a enternecer. ¡Vivan los elfos!

Me ha costado acabar de verla y el final redondea la decepción de todo el metraje.
A veces confusa, otras lánguida, nunca terrorífica. Y siempre oscura y aburrida.
En fin, un rollo lúgubre que se pretende interesante. Solo se pretende.

Un montón de agujeros (tantos como cámaras del risible traje "invisible") del guión para resolverse de una forma abrupta que se quiere pretender original y con un pseudo mensaje en contra de la violencia de género que es meramente anecdótico. He estado desubicado casi todo el metraje, y al final me he quedado con varias preguntas sin resolver. Y lo peor es que a veces tiene un regustillo a telefilme que echa para atrás. Terror de serie I (de insípida).

Me ha recordado todo: la vez que los vi en un concierto en el Parque de Atracciones, las cintas que escuchaba sin parar, las películas que devoraba en televisión y en el cine... Y claro, todo ello mezclado con lo demás que conformó mi niñez: Barrio Sésamo, Dragones y Mazmorras, La vuelta al mundo en ochenta días, David el gnomo y lo que no era TV, las bolas y birulos , los partidos y carreras de chapas, las carreras de bicis, los bichochos (¿sabes lo que es?, a mis hijos se lo he explicado y creo que no acaban de creer que jugáramos con eso sin sacarnos un ojo), el fútbol en las eras, las escopetillas de plomo que te regalaban en la comunión para cazar pajarillos, los indios y vaqueros de plástico que volaban por los aires con los petardos...
La he visto varias veces y cada vez le encuentro cosas nuevas. Cosas nuevas de mí, de cada uno que vivimos esos años. Y de eso se trata. ¡Viva Parchís!