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España España · A Coruña
Críticas de Carli
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Críticas 100
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
23 de febrero de 2023
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Vuelvo al ruedo con una propuesta de mi tierra, de ese gran cineasta que llevó a la gran pantalla la archiconocida novela de Blanco Amor, "A esmorga". Aquí cambia de tercio narrando una historia de amor tan real como la vida misma, con un paisaje de fondo que parece sacado de un cuento de hadas, mostrando lugares apasionantes y misteriosos de la inigualable Costa da Morte.

La película arranca con la celebérrima rapa das bestas, esa tradición de algunos pueblos galegos que consiste en arrancar las crines de los caballos. De inicio observamos a Xiao, un ingeniero de sonido que capta cualquier señal acústica, con una mirada fría y desangelada, parco en palabras, que transmite una vida fracasada, encerrado en un hastío existencial del que no puede salir y llevando una relación inexistente con su pareja.

Todo cambia cuando conoce a Olalla, una mujer joven casada con un aburrido empleado de banca, quien por trabajo tendrá que ayudarle a descubrir nuevos lugares y a los habitantes de Cee, Corcunión y otros pueblos de la comarca, donde el mar es el principal foco de todo y que da de comer a la mayoría de la población. Al comienzo da la sensación de que no tienen mucho que decirse y abundan los gestos esquivos. Hasta que descubren que a los dos le unen una atración física espectacular, un deseo por volver a redescubrir el amor y las ganas de vivir una segunda juventud, produciéndose un inevitable romance que será la comidilla de todo el pueblo. Recordemos. Galicia profunda. Villas pequeñas donde todo se sabe y el chismorreo es el pan de cada día. Ignacio Vilar combina tomas lejanas con planos cercanos de la pareja protagonista.

Cine sencillo, pero intenso. Cine escaso en diálogos, pero salvaje. Cine que emociona, que trasciende. Como el de Lois Patiño y Óliver Laxe. La nueva ola del cine galego que es una realidad más que una esperanza.
Carli
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7
23 de febrero de 2023
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No es la película más divertida pero sí es uno de los dramas románticos más singulares, originales y realistas que ha realizado el cine norteamericano en lo que va de siglo, con una Felicity Jones que no puede estar más atractiva.

Los Ángeles. Dos estudiantes sienten un flechazo desde la primera cita. Anna es una joven británica con una beca para estudiar en Estados Unidos. Jacob, por su parte, es una persona bohemia, de pocas palabras, que pasa su tiempo realizando bocetos para prepararse para cursar arquitectura, su gran hobby. Los primeros encuentros son los típicos del primer gran amor, pasando ambos casi todo el tiempo en la cama hasta que ella tiene que regresar a Inglaterra, ya que le caduca su visado. Este altercado supondrá el gran obstáculo para los dos en su objetivo de vivir juntos y establecerse como pareja. A partir de entonces sus vidas se verán envueltas en una especie de montaña rusa, en la que ambos conocerán a otras personas, pero siempre estando presentes uno en la cabeza del otro.

La obra destaca por su efectividad a la hora de explicar las complejidades de las relaciones amorosas y la dependencia que tenemos de ellas. La cámara flota de manera intimista para transmitirnos los sentimientos de cada uno, sus dudas y sus miedos, a veces con enfoques lejanos cuando se quiere mostrar un distanciamiento de la pareja y en otras ocasiones con planos cortos para mostrarnos momentos romántico.

Finalmente nos quedamos con un efectivo retrato de las turbulencias del amor, pasando por todas las fases posibles y donde tienen cabida los incómodos silencios cuando no se sabe qué decir, los celos, la distancia que todo lo complica y la sensación de no dar valor a lo que tenemos hasta que lo perdemos. Si buscáis una película sin sensiblería barata y sin cursilerías dadle una oportunidad.
Carli
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9
23 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya hace tiempo que HBO dejó de sorprendernos. Son los mejores a la hora de distrubuír series/miniseries y lo demuestran año a año con productos como "Sharp Objects", "The Night Of" y otras tantas genialidades.

La miniserie en cuestión es de aquellas donde un personaje copa casi todo el protagonismo de la trama, pese al que resto del elenco esté muy bien aprovechado. Kate Winslet realiza una de esas actuaciones que marcan una carrera, aunque ella no tenga nada que demostrar. Aquí encarna a una detective atrapada por su trágico pasado y el suicidio de su único hijo varón, perdido en una espiral de drogas que lo acabaría devorando. Desde el primer momento notamos a una mujer mal encarada, con problemas para socializar e incluso tener una relación decente con sus familiares más cercanos, aunque con el paso de los capítulos notamos que no es más que una máscara para no afrontar los problemas. Junto a ella vive su madre, a la que no soporta, su hija que está a punto de graduarse y con la que no tiene cercanía, y su nieto, del que tiene la custodia mientras la mujer de su hijo intenta rehabilitarse por su problema con sustancias ilegales. Por si fuera poco su vecino directo es su ex marido. Que empiece la fiesta!

El principal atractivo del guión, más allá de descubrir quién está detrás del secuestro de dos chicas y de la muerte de Erin,(adolescente con un hijo a su cargo y con problemas económicos) reside en si Mare será capaz de compaginar su vida laboral y familiar, ya que la segunda amenaza con destruír su carrera en la policía. Precisamente el aspecto mental de los protagonistas es una de las cosas más logradas de la serie, donde se ponen de manifiesto las dificultades que suponen las enfermedades psicológicas a la hora de llevar una vida plena.

El único pero que se le puede poner al guión es que a mitad de camino los giros en la trama se van haciendo más patentes, generando trampas para despistar al espectador. Por lo demás resulta una serie espectacular y que funciona como un retrato absorbente, crudo y nada maníqueo sobre una pequeña localidad estadounidense, en la que no faltan pequeños secretos que amenazan con alterar la rutina de todos sus habitantes.

Para el recuerdo la escena en la casa del secuestrador de las jóvenes, rodada de una manera magistral y que supone el punto álgido de Mare of Easttown. Serie de culto desde ya.

Puntuación: 9,5/10
Carli
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8
23 de febrero de 2023
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Nos encontramos ante una de las películas peor valoradas, injustamente, de la filmografía del gran director galo. El estilo de Cantet puede parecer seco por su tono semi-documental, ya que va directamente al grano, dejando que el espectador vaya descubriendo la trama y a sus personajes con el paso de los minutos.

La cinta nos presenta a un grupo de jóvenes con un pasado problemático que se reúnen todas las mañanas en un taller de escritura organizado por una autora. En esos encuentros Olivia intentará que cada uno de ellos proponga ideas literarias con el fin de escribir una novela negra en conjunto. Lo que al principio parece un buen plan chocará con la radicalización ideológica de Antoine, un adolescente con unos amigos metidos en el mundo de la extrema derecha, que vive su auge en Francia tras los atentados islámicos en París o Niza, generándose una tensión cada vez más asfixiante a medida que van avanzando los días.

El gran interés de la película radica en los contundentes y reflexivos diálogos de todos los participantes, siendo fiel reflejo del clima inestable que vive el país galo a nivel social y cultural, donde las diferencias entre árabes, musulmanes y católicos se hacen cada vez más patentes. Olivia, la escritora, será la primera en notar el peligro del comportamiento de Antoine, alcanzando el clímax final en los últimos minutos del filme.

Cantet vuelve a profundizar en los problemas sociales existentes en Francia, como al inicio de su carrera cinematográfica, consagrado ya desde entonces como uno de los mejores directores franceses del siglo XXI, ya vencedor de la Palma de Oro en Cannes con esa maravillosa obra titulada "Entre les murs" que ahondaba en el enfrentamiento entre alumnos y profesores en un instituto conflictivo. Una obra que no contiene la acción de las películas que tienen éxito hoy en día, pero de esas que te dejan huella.
Carli
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9
23 de febrero de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La única película brasileña que se ha alzado con la Palma de Oro en Cannes hasta la fecha reúne todos los ingredientes necesarios que la sitúan como una de las cimas del cine sudamericano. La cinta de Anselmo Duarte funciona a la perfección como denuncia del fanatismo religioso existente en Brasil y como estas creencias se ceban con los más desfavorecidos, que a falta de condiciones de vida dignas se agarran a un clavo ardiendo, como nuestro protagonista Zé, un granjero humilde que tras enfermar su apreciado burro decide hacer una promesa a la Virgen si el animal termina sanando.

Los primeros minutos del filme ya rezuman pobreza por los cuatro costados, presentándonos a un hombre que carga una pesadísima cruz junto a su esposa por caminos inhóspitos en medio de una fuerte lluvia, para acabar llegando a una ciudad de mala muerte donde observamos a un rufián que le saca todos los cuartos a una prostituta a la que tiene sometida. Desde esa misma madrugada somos partícipes del sufrimiento y empecinamiento del campesino, al que un ferviente sacerdote católico no le permite entrar en el templo sagrado, acusándolo de pertenecer a una religión afrobrasileña que quiere endemoniar a toda la población local. La odisea de Zé se convertirá en la comidilla de Salvador de Bahía, acrecentándose todavía más cuando un diario sensacionalista emplea la tragedia para sacar rédito y aprovecharse del pobre y bondadoso hombre. La otra gran protagonista de la cinta es Rosa, la mujer de Zé, que se arrepiente de acompañar a su marido, sabiendo que es una persona crédula y que nunca conseguirá prosperar en la vida, algo de lo que se aprovechará el chulo del pueblo, que consciente de la belleza de Rosa quiere meterla en su negocio.

El realizador paulista dota a su obra de una atmósfera opresiva que atrapa al espectador desde el primer instante, consiguiendo subir la tensión hasta ese inevitable, doloroso y místico desenlace, en el que Zé acaba convirtiéndose en una especie de Jesucristo. Al igual que otros compatriotas suyos como Glauber Rocha, el director brasileño no duda en mostrar estampas propias de la cultura de su país, como la capoeira realizada por un grupo de hombres en las empinadas escaleras que conducen a la iglesia.

En definitiva estamos ante una película espectacular, un drama social que toca varios temas, entre ellos la hipocresía de la Iglesia Católica o la maldad intrínseca asociada al ser humano, como podemos ver aquí con diversos personajes que se aprovechan de la miseria y la ingenuidad del protagonista. Y es que al final resulta bastante significativo que el mejor amigo de Zé fuese un burro. Y no debería de sorprendernos en exceso una vez terminamos el visionado.

Blog: cineysolocineblog.wordpress.com
Carli
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