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Críticas de Virtuoso Productions
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Críticas 14
Críticas ordenadas por utilidad
8
23 de septiembre de 2012
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran comedia a la que le falta un poderoso apunte como es la música de fondo continua que enaltecería todavía más a sus personajes y le daría aún más vida a esta enredada trama. Sin embargo, cada intérprete tiene un papel carismático qué decir desde Barbra Streisand, O´Neil o Austin Pendleton (una perla, una perla...) hasta Simon (Kenneth Mars), el homosexual cinematográfico más cómico, quizá de todos los tiempos (El Jovencito Frankenstein) con frases tan ocurrentes como “No dispare que la pólvora me da tos...”.

La personalidad fresca y descarada de Streisand le hace conseguir cosas imposibles aparentemente de alcanzar. Su objetivo es un despistado chico científico (Ryan O´Neil) con el que choca en una tienda que ha conocido junto al hotel donde reside él. San Francisco es representada en el hotel y sus alrededores donde se sucede la primera parte de la película. La segunda parte se recrea con una persecución entre coches en sus calles desiguales. El enredo de maletas (tal vez lo más superfluo de la película pero que implica a todos los personajes en la misma, sin embargo) será el núcleo de una hilarante trama que no te hace perder el interés en ningún momento.

El guión con algo de comedia surrealista para la época, queda muy bien especialmente en el acto de la entrega de los premios de investigación musical que debe entregar el Sr. Laramy (Pendleton). A partir de ahí, se suceden las más disparatadas intenciones verbales de Simon y acciones de una supuesta “Judy”, novia real de Bannister (Streisand), en y bajo la mesa de la convención. La locura que le persigue a Howard Bannister (O´Neil) desde que conoce a Streisand en el film, se compensa con la rectitud y organización de la reguiñosa de su novia, la auténtica “Judy” (Madeline Kahn). Streisand tuvo su mejor etapa filmográfica a finales de los años 60 e inicios de los 70 siguiendo una estela de naturalidad personal que le han hecho ser muy querida por mucha clase de públicos como actriz pero sobre todo como cantante.

Una película que puede ser aparentemente normal para entretenerse en el rato de una tarde acaba siendo empática para el espectador por el cariño que le acaba tomando a los personajes y la feroz simpatía que les rodea.
Virtuoso Productions
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4
14 de abril de 2014
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Diluvia por todos los costados del arca... Un relato espiritual más que interpretable y unos vigilantes que sintetizan un film entre transformers y humanos como escudo de ficción nada ajustado a los relatos del génesis ni siquiera la escena de la borrachera de Noé. Los personajes caricaturizados como la alta edad media tratan de dormir a una masa animal donde parece que el tiempo no existe y siempre están 'sopas'. Como esos, mil detalles sin conexión. La película, de verdad, parece sacada de un storyboard literalmente como si fuera un copiado y pegado directo.

La presencia de Mathusalem (Hopkins) como si todos los días se viera con sus familiares es de una simpleza asombrosa y si el inicio augura una historia inspirada en los relatos bíblicos en forma de cuentos que recuerda excesivamente a Icon, la realidad de lo que nos quiere contar Aranofsky en la era industrial que se saca de las mangas verdes a continuación es de una rayada mental que abre las mentes a una nueva versión original pero que se queda de todas, todas en el camino entre lo que se quiere interpretar y lo que se muestra en la pantalla.

Lo único salvable, la prometedora Emma Watson y en algunos momentos un Noé creible al principio del film aunque en el momento de embarcarse en la aventura, la abnegación hacia sus futuros descendientes es de una superstición anormal traducida en la fe hacia su Dios que en ningún momento sale reflejado en la historia hebrea de la biblia. En resumen, una historia de reloj de arena en la que te cuesta ubicarte desde el inicio hasta el final.
Virtuoso Productions
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10
16 de octubre de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen y existirán versiones que son objeto de polémica en el momento se escribe un libro trasladado al celuloide sobre una historia real. Su distorsión de la realidad, apurada en un guión comercial y su presupuesto, es tal, que se monta y se produce el famoseo del director y de la obra filmográfica en sí, cuasi ipso facto en esta industria (El Código Da Vinci de Dan Brown y Ron Howard como artífices de este tipo de show más reciente por tambalear superficialmente los cimientos de la cristología). Pero este film es una excepción (como fue la obra innovadora del checo Forman “Alguien voló sobre el nido del cuco” de 1975, novela de Ken Kesey), una admiración única hacia el cine historicista que no histórico ya que es inevitable rendirse ante la calidad por muchos aspectos, sobre todo por el intenso énfasis en que se le da a la ambientación y fábula cortesana, operística y de la época dieciochesca que hacen del todo una pura obra maestra.

Los críticos apuntaban que el papel del personaje de Mozart (Tom Hulce) precisamente es lo menos primoroso en el transcurso de la no menos controvertida obra escrita de Peter Schaeffer. Es el de Antonio Salieri el que se sale de la cámara (Frank Abraham Murray), que siente un rol de tal manera tan atormentado que los habitantes de la población donde él nació, salieron a la calle a reivindicar un lavado de imagen del compositor de cámara de José II de Habsburgo que distaba de la vida real y de otras biografías sacadas a la luz hasta el momento sobre Mozart y su entorno.

Urdiendo en la trama, ésta es de un suspense creciente y de una trama criminal en ciertos momentos aterradora pero halagüeña. Las míticas escenas de la muerte de Don Giovanni o la ópera en que es galardonado Salieri como el mejor compositor de óperas en Europa en su momento por el emperador de Austria, son entusiastas y llenas de vibración, tanto en los números musicales como en el off de un Salieri terco y envidioso.

La famosa risa y persona de Mozart encarnada por Tom Hulce empapela a un Mozart pueril y consentido haciendo con sus mecenas como el arzobispo de Salzburgo lo que quiere. Éste es un punto de gran aversión por parte de Salieri cuando descubre quién es realmente su gran y admirado musicalmente Mozart. Salieri irá dejándose llevar en su propia biografía por el espionaje y el profundo cinismo hacia su contrincante con esfuerzo terrenal mientras la criatura de Mozart triunfa de una forma espectacular en los medios vieneses desde bien joven.

La forma en que cuenta el compositor de Legnano la intensa historia desde el comienzo hasta el final al sacerdote que viene a confesarle en el sanatorio, son estremecedoras, teniendo apuntes deliciosos como cuando le hace adivinar al joven cura de qué obras está hablando a través de breves fragmentos que toca en su piano. Lo cierto es que el inicio ya impacta y nos envuelve en un drama agonizante por el intento de suicidio de Salieri. Lo que queda por llegar es fantástico interpretativa y musicalmente (aunque da la sensación que Mozart se centraba exclusivamente en la ópera, cosa incierta...) y el contubernio no deja de ser apasionado dentro de unas reglas dialogantes excelentes, frívolas y dramáticas donde existan en la historia del cine.
Virtuoso Productions
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7
12 de noviembre de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen actores en el firmamento estelar que tienen pro y anti aficionados por los papeles que han interpretado en su carrera. Hasta ahí, es algo normal. Sin embargo, la crítica independiente suele poner a los actores bien afamados pero a veces algo inexpresivos como Harrison Ford o Val Kilmer muy por debajo del pedestal. Sin embargo, los críticos en general parecen coincidir que este es el papel más hecho a medida de Kilmer salvando distancias con respecto a A primera vista en su larga carrera desde aquel salto a la fama del 84 con la destornillante Top secret de los productores de “Aterriza como puedas”. La verdad es que desde aquel film muy poco se supo del otro ‘Travolta’ que se le daba bien la actuación sobre un escenario delante de histéricas quinceañeras y poco o nada más hasta los 90. Ambos ejemplos Travolta-Kilmer han podido desbancar osadas críticas y más cuando se afianzan en las películas de acción, ya sea el primero en multitud de papeles reiterativos de acción nada convencional o comercial desde Tarantino hasta John Woo, ya sea el segundo en Heat de Anthony Mann, Planeta Rojo de Antony Hoffmann o El Santo de Philip Noyce. El hecho de que viniese esta obra de una serie con el mismo nombre, no hacía ganarse la confianza de aquellos productores que observan y con verdad, desplomes o discreciones comerciales de versiones adaptadas de films provinentes de series televisivas como El fugitivo, Mission imposible (parte 2 y 3), Batman de Burton o Schumacher, Super agente 86, etc.. Paramount, sin embargo, apostó por un contrastado director (Noyce) y un elenco de actores asumible.

Nuestro protagonista se ha de ganar a la química Dra. Emma Russell (Elisabeth Shue), descubridora auténtica de la fusión fría y que posee en su poder sin saberlo un arma que cambiará el destino económico oligárquico de Rusia y del mismo santo que es un ladrón y espía profesional. Los nombres de los santos por parte de este camaleónico espía a sueldo son el seudónimo para esconderse del mundo policial. Los escenarios europeos ayudan a europeizar una película que empieza en Moscú y termina en Oxford, con un contexto mafioso justito y peligroso aunque rozando lo pandillero para los más exigentes, que, sin embargo, mantiene la tensión al espectador. Quizá la parte de las cloacas sea la parte malavenida del film por la longitud de su trama y la escasa credibilidad de la rápida recuperación en la congelación de Simon (el Mago) en Moscu, como se hace llamar el santo ante Russell.

Lo mejor, la acción, calibrada pero entretenida, y sobre todo, la seguridad que sabe recrear Val Kilmer en sus falsos personajes con dosis de convicción y estrategia desde Martín de Porres hasta el bohemio francés que posa dibujante ante la estatua que fascina diariamente a la Dra. Russell en la universidad donde trabaja. Una cómica escena, sin duda, es el afeminamiento del sobornante alemán en el aeropuerto que quiere atrapar más millones de dolares de los que ya tiene en su haber a través del multimillonario sin escrúpulos, Ivan Tretiak, malote de la peli. Los otros falsos personajes llegan a caer simpáticos, la verdad.

El guión no se salva demasiado, pero hay flashes pintorescos que hacen del film algo original y sin más pretensiones que la de entretener con cierta cordura. Elisabeth Shue, 1963, (X-treme de David Cronenberg, Memorias de un hombre invisible) supera la prueba de su rol por los pelos pero ante su original belleza y las crisis de ansiedad que mantiene constantemente en el film, le hacen ser más creíble y una pieza de porcelana en la historia de amor con Simon cayendo,eso sí, demasiado rápidamente a los encantos del santo ‘francés’. ¿Será esto un recorte a propósito en la longitud de la película o un guión quebradizo representado en su personaje? Solo Simón el Templario lo sabe...
Virtuoso Productions
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8
17 de diciembre de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace tiempo escribí que The Hobbit: un viaje inesperado iba a ser un estreno indescifrable hasta que Jackson y sus productoras internacionales nos demostraran algo convincente con respecto al listón tan alto dejado por El Señor de los Anillos. La primera parte de la trilogía hobbitiana habla por sí sola en el mundo tras el primer fin de semana de taquilla. Más de 120 millones de dolares... Pero cantidades aparte, lo que cuenta de esta versión literaria de 1937 de Tolkien son las calidades del producto y no los bolsillos gruyere de la Metro en el controvertido camino que le ha supuesto este film.

Por fin se puede decir para los seguidores únicamente cinéfilos de la saga tolkiana que The Hobbit cumple de sobra con las explicaciones pertinentes para ahondar aún más en el universo tolkiano y su complejo mundo de enanos, hobbits y elfos. De ello se encarga de forma maestra Gandalf el Gris y especialmente Bilbo en una introducción perfectamente relatada. En esta ocasión Peter Jackson, Phillipa Boyens y Frank Walsh han sabido llegar a través del entendimiento didáctico y transparente al espectador que andaba perdido en algunas ocasiones, especialmente en El retorno del Rey, versión cinematográfica. Una mirada atrás que ha sido pues, maestramente descrita y unos efectos especiales muy mejorados y nada envidiables a la saga anterior.

Creo que es meritorio destacar, aparte como no, del papel de Gandalf interpretado por un soberbio Ian McKellen, a Martin Freeman, el protagonista que da nombre al film. Como muy bien apuntó Serkis (Gollum) hace unos meses en una entrevista, Freeman era impredecible pero fantástico para el papel de Bilbo Bolson. Francamente un 'sobre' por el alma hobbittiana que ha sabido trasmitir... Adam Serkis (Gollum) que conoce en este capítulo a Bilbo en profundas cavernas, mantiene con Bilbo un asombroso diálogo lleno de acertijos que ya es memorable de por sí en el libro. Por otra parte, el realismo de los ambientes marcados por los trols, orcos y otros enemigos peligrosos de los enanos, encauzadores de la trama, son únicos así como el idealismo que de nuevo desprenden los paisajes de Rivendell. Asistimos sin dudarlo a una adaptación literaria descriptiva casi ortodoxa aunque hayan lógicamente retoques que no salen siquiera en el libro como Ragadast y sus carreras que se asoman realmente en el anexo de El Señor de los Anillos.

La película en sí empieza como deberían ser algunas obras maestras en la sección de aventuras, es decir, sin prisa pero sin pausa, sobre todo para quienes esperan una aventura narrada como un cuento. El resultado que vemos en el desarrollo de la película es entretenimiento puro, pausas oportunas y una riqueza visual imparable que insisto, no tienen nada que envidiar a la saga del anillo. Los personajes como Ragadast, el mago pardo o el escepticismo ya en aumento de Saruman, el mago blanco con las palabras e intenciones de Gandalf, amplían el abanico de personajes tan misteriosos como son los magos, figuras rozando lo anecdótico en la saga del anillo, aquí en The Hobbit.

Únicamente hay un exceso de vanidad en el director en este film. Los 13 enanos, que quieren reclamar su hogar, la montaña solitaria invadida y custodiada por Smaug el gran dragón, ahora guardián del oro, hablan con Gandalf para encargarle la contratación de un saboteador o mediano hombre para poder engañar a la vista a Smaug y conseguir entrar al palacio interno de la montaña. Pues bien, hay tanta aventura existente que ni uno de los 13 enanos sale leso de sus continuos golpes, caídas y luchas encarnizadas contra miles de orcos y lobos. Inverosímil para los más exigentes y una voluntariosa forma de entretener al espectador en el mayor rato posible para los menos. Sin embargo, un viaje inesperado nos lleva, a mi modo de ver, a un lance con mayúsculas que muy pocas películas aventureras lograrán llegar a su nivel. El nivel del estreno ha sido tan alto que merece la alta calidad y continuidad en sus otros dos capítulos. Otro planteamiento venido a menos, sería un lamento más por Gandalf y los suyos... El palantir de Jackson ha empezado a funcionar...
Virtuoso Productions
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