Derroche de talento y de esfuerzo -mental y físico- para contarnos una historia que no es precisamente nada del otro mundo.

¿Por qué se implicó tanto De Niro para este papel? ¿A qué viene lo del blanco y negro? ¿Por qué algunos críticos consideran este film el mejor de los años 80? Hay cosas que no lograré entender nunca.

Vamos a ver, la película no es nada mala -huelga decirlo- pero, si no te interesa mucho la vida de Jake -como es mi caso-, casi que no tiene demasiado sentido profundizar en ella. De Niro está soberbio y, en el aspecto de bordar la imagen, se juega el físico -arrastra problemas coronarios desde entonces-; el reparto está francamente bien; la fotografía es muy buena. Pero la totalidad se queda en eso, en escenas impecables y en poco más. No hay demasiado enganche; es un guión algo anodido y desangelado.

Confieso que he llorado con más de una película. Pero es la primera vez que lloro ¡leyendo las críticas a una película!. Igual es el cambio de estación -nada menos que el otoño-, que soy algo hipersensible o que por algún lado tiene uno que explotar, pero el caso es que estoy ahora mismo aquí, escribiendo esta tontería y con los ojos aún mojados. Si un film hace que, casi por unanimidad, aflore lo mejor del ser humano, no puede ser otra cosa que una obra maestra como una catedral. Un 10 para Lynch, un 10 para Hopkins, un 10 para una bellísima y, a la vez, horrible historia, un 10 para una acertadísima banda sonora y un 10, en este raro caso, para el Cine.

A El Pianista de Polanski le falla algo la historia. No se puede decir que sea una mala película, ni mucho menos, pero el tema de la Alemania nazi está ya demasiado trillado como para que una trama así, que podría calificarse de algo anodina -lo que parece suceder de puertas hacia afuera se antoja más interesante que el juego del escondite de Adrien Brody, el protagonista-, pueda remover algo en los espectadores. La ambientación es espléndida, el pulso narrativo es bueno, la banda sonora es magnífica -aunque algo más que previsible-, pero no se puede sacar demasiado con tan pocos ingredientes. Digamos que Polanski no podía hacer mucho más.

Y es que no hay nada más real que lo puramente subjetivo; lo que cada cual percibe, siente y crea. ¿Que no existe el infierno? Pregúntenle a más de uno.

Maravilloso y original film de "terror psicológico"; tal vez, el mejor. Te pega al asiento desde el primer momento. Trama y desenlace brillantes, buen pulso narrativo, magnífica interpretación de Tim Robbins -el resto del elenco también está a bastante altura-, y unos "efectos especiales" bastante desasosegantes.

Si quieres pasar un mal rato, ésta es tu película. Muy recomendable -siempre que se disponga de, más o menos, buena salud mental-.

Junto a "El Rostro Impenetrable" de Brando, el western más original que he visto. El realismo es palpable en todo el film -incluso en el tramo final, ya que "la leyenda" que arrastra el protagonista no deja lugar a muchas dudas y todo lo que acontece ahí resulta hasta convincente-, y Clint jamás ha dado más miedo en la pantalla -mítica la entrada en el tugurio con esa frase de "¿Quién es el dueño de esta pocilga?"-. Otros puntos a favor de esta película son las interpretaciones de los cuatro colosos que todos sabemos, la ambientación y la fotografía, realmente fascinantes. Pero todo esto no se quedaría en nada del otro mundo de no ser por lo realmente interesante de la obra: el trasfondo tan deprimente de la trama y esa visión tan pesimista de la condición humana que se refleja en absolutamente todo -no hay ni un solo personaje que se pueda calificar como "buena gente"-. Muy recomendable.