Sentía curiosidad por verla y comprobar cómo ha soportado el paso del tiempo. Y notable altísimo. Tras casi 25 años de la empalagosa y sobrevalorada superproducción del señor Cameron, debo decir, que me quedo con ésta. Se ciñe a los hechos y prescinde de historias de personajes. Se sigue sin parpadear y va al grano (la noche del hundimiento). Obviamente no dispone de los medios y efectos infográficos de su homónima. Pero si para contarnos su historia en un mostrenco de tres horas y pico hemos de tragarnos hora y media previa de un pasteloso e insufrible romance que apesta a colonia, no hay color. Porque precisamente lo que queremos ver es cómo nos cuenta el meollo de una historia que sabemos todos de pe a pa. Resultado: Fidelidad y credibilidad de cómo lo cuenta y Solvencia narrativa intachable.
Cualquier tiempo pasado fue mejor.

Siempre me gustaron las pelis de espías con estética setentona. Dentro de la filmografía hustoniana es una rareza ya que resulta difícil emparentarla con otras. Pero se me antoja injusto despacharla simplemente como entretenida ya sea por el plantel de primera que presenta o la magistral partitura de Jarre. El paso del tiempo no la ha favorecido. Pero se sigue viendo sin pestañear y a mí siempre me ha gustado muchísimo.