Creo que hay momentos y días en los que ver una película sin mucha trascendencia no es nada malo. Evidentemente no estamos hablando de lo que sería un peliculón pero, últimamente, no suelen presentarse muchos de estos.
Fui a verla tontamente porque ya sólo el título no me sugería gran cosa más que, eso, pasar un desenfadado y buen rato y me encontré justo lo que buscaba y en gran dosis. Me resultó muy entretenida y la juerga que se corren los protagonistas me dio hasta envidia.
Y me pregunto si en muchas ocasiones es tan malo pasar un buen rato y no pensar mucho más allá. Quizás deberíamos ponerlo en práctica como algo necesario.
La película me resultó divertida, alegre y más agradable de lo que pensaba y ellos, creo, están a la altura de las circunstancias.
Y... para qué más???

El pasado viernes fui al estreno de la película porque me moría de ganas por ver cómo andaban mis chicas después de la sexta temporada.

Ciertamente me preocupaba el enfoque que pudiesen darle a la película ya que la serie es una cuestión y llevada al cine, otra. No me ha defraudado ni un solo segundo de la película ya que desde el principio, el resumen que se hace un poco de la serie, me pareció peculiar y bien enfocado.

En el transcurso de la película no tuve ninguna pregunta pendiente ya que recoge bien todo lo que me apetecía saber acerca de ellas. Siguen en la misma línea que han llevado en las seis temporadas por capítulos y me parece que no desmerece en nada a la serie.

He leído y me han dicho en varias ocasiones que esto no tiene nada que ver con la vida fuera de Nueva York, que es una dinámica diferente, que son otro tipo de vidas... pero el caso es que las problemáticas que ellas plantean, las básicas son muy parecidas a las que yo vivo a diario con las personas que me rodean de treinta y tantos aquí, en Madrid.

He leído algún comentario acerca de la visión machista, el asunto de búsqueda de maridos, el dinero... sinceramente, no creo que todo sea así y si no, que vean la película con algo más de atención y, por otro lado, yo aquí observo que en la mayor parte de los casos lo que más de cabeza lleva a la gente es el asunto sentimental por encima de casi todo lo demás.

Yo lo tengo claro, lo mejor ir a verla y opinar por uno mismo sin hacer demasiado caso de lo que los demás opinen. Creo que es la mejor de las opciones. A mi particularmente, me encantó.

Por fin, hace mucho tiempo que no veía una película española que me gustase tanto.

Alberto San Juan está estupendisimo y consigue, al menos en mi caso, meterme absolutamente en su piel. Increíble como a lo largo de la película va cambiando tanto este personaje a partir de todo lo que le rodea.

Me gusta porque es refrescante y muy entrañable.

Disfrute como hace mucho en un cine.