Film que se puede definir en un par de palabras, locura adolescente, propia de un fanatismo que en la edad adulta suena a chiste. Se ha visto en muchos eventos como las jóvenes y los jóvenes (estos últimos normalmente homosexuales) luchan por la primera fila para tener lo más cerca posible los fluidos de sus ídolos o como corren a buscar un autógrafo que les hará ilusión los primero meses para luego dejarlo en el olvido. En este metraje se ve una radicalidad absoluta sobre este tema en concreto, no solo el mero hecho de conocer al artista sino que además quieren un castigo ejemplar, por un motivo que desconozco, quizás no estuve lo suficientemente atento.
Es una película que cuesta verla, la cruda realidad es que los actores carecen de dotes interpretativas (por no decir lo mismo de la mayoría de nuestras jóvenes promesas), viendo la dirección y el guión de Miguel Larraya lo único que puedo decir es que es una bazofia absoluta y mi consejo es que se debería reinventar; veo que más que aprender de Fellini o de Buñuel, este director novel se decanta más por Spielberg o Cameron. En mi opinión el séptimo arte está perdiendo mucho en las últimas décadas, no sé si será por el acercamiento europeo al cine superficial americano o es que ya está todo inventado, esta salvedad que acabo de escribir no del todo cierta, todavía nos queda mucho cine independiente que constituye el cine de calidad actual.
No sé cómo no me esperaba algo así de una película producida por Telecinco, la verdad es que no veo el peligro. Esa cadena experta en reality show y tertulias sin importancia aparente. Si recapacitas durante unos minutos te das cuenta de que todo está película es muy parecido a los programas que produce el canal, hablando de alguno en concreto quiero mencionar la 1º edición de Gran hermano en la cual Ismael Beiro gano sin merecerlo, desde mi punto de vista la verdadera ganadora era Ania Iglesias gran concursante y mejor persona. Se pueden hablar de muchos programas pero no se puede pasar sin mencionar el bus que lleno el corazón de los españoles con viajes inolvidables por la península. Pero sin duda mi favorito es el castillo de las mentes prodigiosas en el cual la bruja Lola hizo una sesión de espiritismo excelente. Como dice mi camarada José “una vez hice una ouija y me saliste tu” frase que describe perfectamente el lamento de la bruja Lola o de Paco Porras al encontrarse con seres del más allá.
Por último, desde está critica quiero pedir a Telecinco que haga un reality sobre monjes y monjas de clausura (visto lo visto, producen cualquier cosa), mostrándonos sus alegrías, sus penas, sus llantos, sus cuerpos desnudos en la ducha y sexo siempre que el cilicio no funcione bien. Sería líder de audiencia tanto en el vaticano como en las diócesis, las juventudes cristianos gozarán de lo lindo, dejando de lado hasta cierto punto la tradición judeocristiana (los extremos nunca son buenos). Por último el concursante ganador tendrá un pase directo al cielo, los perdedores irán a una hoguera replica de las que hacía la inquisición en tiempo, con viaje directo al infierno o al purgatorio.

Esta vez el maestro del 3D nos muestra un plagio de los pitufos de Pierre Culliford y da otra lección de cine comercial. Tal es su decadencia que los amantes del séptimo arte tenemos un sentimiento de tedio hacia Cameron, solo sabe sacar de su chistera ideas enfocadas a gente con poca materia gris. Este director de pacotilla debería de inyectarse células madre a ver si le regeneran ese cerebro defectuoso.

Nos situamos en el año 2154 D.C., la tierra tiene un crack energético pero la humanidad como siempre dará la solución perfecta. Pandora tiene un mineral que paliará toda esa energía consumida por encima de nuestras posibilidades, para ello se colonizará el planeta (nada nuevo para la humanidad). Este planeta que no es una caja tiene una atmosfera sumamente toxica, para que los humanoides no mueran de asfixia usan unos cuerpos bautizados como Avatares construidos con la mezcla de ADN humano y ADN de los lugareños del planeta, dando libertad a nuestro protagonista Jake Sully. Jake es un ex marine lisado, sus piernas fantasmas se vuelven reales cuando está dentro de un Avatar. Solo queda exterminar a los autóctonos o esclavizarlos como tantas veces se ha repetido en la tierra, se sabe desde que el mundo es mundo que al responsable del genocidio le darán el premio nobel de la paz ¡como dios manda!

Desde la opinión subjetiva de un servidor, tengo que decir que hay una mediocridad absoluta en este film. Siempre me ha dado la sensación que Hollywood trata a la población como seres estúpidos, aunque quizás sean ellos los que carecen de inteligencia. Por último quiero aportar que Cameron está sobrevalorado, lo sorprendente es como la academia americana de cine le ha dado tantos galardones. Pésimo director que ya se podía ir al planeta imaginario de Pandora y deprimir a sus habitantes con su cine funesto.

Hace unos meses descubrí la figura de Paul Naschy. Me embriago su erotismo cortes, su bello rostro y su tupido pecho (en los 70 los hombres eran más varoniles), quien pudiera estar entre sus brazos. Me sorprende mucho ver como este tipo de cine castizo no se está repitiendo en la actualidad, el terror que nos ofrece Paul es todo un logro para el género, ofreciendo risas, llantos y miedo atroz.
Quiero puntualizar que salen pechos y no estaba muerto el pequeño dictador.
Naschy, eres todo un adelantado a tu tiempo.

Rebeldía sería la palabra más acertada para describir esta película. Todo comienza cuando Espartaco esclavo de profesión, estaba un día soleado picando piedras en la mina, un anciano también esclavo cae de cansancio sobre los pies de nuestro protagonista y como buen tracio decide ayudarle, pero la ayuda no está bien vista entre los ciudadanos romanos y ambos se llevaron una buena azotaina.

Todo este suceso le pareció raro a Espartaco, pensaba que tenían mejores condiciones laborales en la república Romana. Un día su compañero Enomao, le contó que no tenían cobertura médica y mucho menos subsidios por desempleo, ciego de ira y sintiéndose engañado, fue a hablar con su supervisor pero lo único que gano fue otra ración más litro de latigazos.

Enomao y Espartaco bajo la mirada atenta de Roma, fundaron el sindicato general de esclavos. Totalmente en el anonimato fueron encontrado afiliados. Los comienzos de la lucha esclavista fueron duros pero efectivos. Las estatuas romanas sufrieron la amputación de su miembro, el vino de crianza fue sustituido por tempranillo de tetrabrick y a las aceitunas sin hueso las volvieron a meter el hueso.

Los romanos desesperaban, comenzaron a dar reprimendas por doquier pero el sindicato general de esclavos no podía permitirlo. Así Espartaco y sus seguidores se armaron con cocktel molotov y comenzaron a manifestarse al grito "Pilatos queremos tratos" o "Pompeyo go home". Todo salio a pedir de boca, oleadas de manifestantes con grilletes cruzaban las calles de Capua. Pero la llegada de la infantería romana iba con el vino y la agresividad en la sangre. Cosa que a nuestro protagonista les incita más a la rebeldía, dando un buen golpe a la tiranía romana.

Personalmente describo la película como conversación y batalla. El gran Kirk Douglas y Tony Curtis hace que el ambiente de este film tenga un olor distinto. Grandes planos pasan por nuestro iris en esta cinta.

Es un sin sentido el buen gusto, cada cual tiene los suyos propios. Para mi el buen gusto como tal no me agrada, más bien mi estomago no lo tolera. El otro día iba en el ave destino barajas y de repente se sentó una señora con pamela en el asiento continuo al mío, la vomite hasta en las enaguas. Pero no es la primera ni la última vez que expulso la bilis de mi organismo. Fui a jugar un partido de padel y de repente vi a hombre que lucia un polo con el cocodrilo, pues otra vez se produjo el incidente, vomite en esa pared transparente que cubre la pista dejando un buen regalito.