Lo confieso: lo que en principio me hizo interesarme por esta película fue el Joker de Jared Leto. Sentía curiousidad por ver como un actor tan fascinante e impredecible como él daba vida a tan icónico villano. Por el camino, en cambio, tuve la suerte de encontrarme con un muy profesional kaleidoscopio de actores y una premisa original y atrevida ferozmente promocionada.
Es verdad que Escuadrón Suicida no es la tétrica locura morbosa que prometía el primer trailer, ni la desquiciada gamberrada glam que prometía el segundo, pero no seríamos honestos con ella si no destacaramos sus buenas cualidades, que las tiene.
Por un lado el ya mencionado excelente elenco, con actores de varias razas (algo de agradecer en un "blockbuster") entre los que, en mi opinión, destaca Viola Davis como Amanda Waller haciendo de mala entre los malos y una sorprendentemente buena Cara Delevingne como Encantadora.
Pero si hay algo realmente atractivo en esta película es el Joker. Atractivo de verdad. Y sexy. Y sádico. Y elegante y sofistacado. Y con muchas ganas de divertirse. Entiendo que a much@s, entre l@s que me incluyo, nos haya sabido a poco. Ha sido estrenarse y los que se quejaban de que este Joker ya no es el de Nickolson o el de Ledger ahora se quejan de que sale demasiado poco (11 minutos he leido por ahí).
Pero si nos tomamos estos más de 12 meses de promoción que hacían sospechar que Mr. J. iba a tener al menos más tiempo en pantalla que esos escasos 11 min como una elavorada broma de Ayer o del propio Joker, quién sabe, entonces podemos tomarnos Escuadron Suicida como una entretenida introdución para el carismático personaje.
Por eso y hasta que la preciosa cara del Joker de Leto se vea por fin con la del Batman de Affleck, me quedaré con el recuerdo del Príncipe Payaso del Crimen sentado en el regazo de Ike Barinholtz.

…y la homofobia mató a Versace.

Al contrario de lo que el título sugiere ''El asesinato de Gianni Versace'' no va de Gianni Versace. La serie en cambio narra por medio de flashbacks y en sentido inverso los días, meses y años previos al último asesinato cometido por Andrew Cunanan. Esta decisión de contar la historia al revés es arriesgada y al principio puede resultar enrevesada, pero si se aguanta hasta el final uno se da cuenta de que es sin duda un acierto.

Hay que subrayar su esfuerzo en todo momento por contextualizar con sumo detalle el entorno en el que ocurrieron los hechos. Para los que todavía no habíamos nacido en esa época nos sorprende ver cuanto han cambiado las cosas en tan relativamente poco tiempo. Nosotros, que vemos como cada año hasta las vertientes más conservadoras se van subiendo literalmente al carro del Orgullo, nos cuesta comprender lo difícil que podría ser en aquella época para alguien famoso e influyente hablar sobre su sexualidad en un medio gay, por ejemplo.
Con la sombra del sida siempre presente, aunque no se nombre, la serie se mueve por distintos sectores de la sociedad americana de finales de los 90 entre los que Cunanan deambuló, poderosos unos y humildes otros y ninguno inmune a la ignorancia y los prejuicios.

No creo sin embargo que se pretenda en ningún momento justificar al asesino, argumentando que ''la sociedad lo hizo así''. Cunanan era un psicópata en toda regla y probablemente lo hubiera sido en cualquier otro contexto. Sin embargo, una vez vista su historia no podemos quitarnos de la cabeza esa vocecilla que nos hace preguntarnos cuántos ''Versaces'' seguirían entre nosotros ahora si la homofobia no hubiera acabado con ellos.


Impecable desde el punto de vista técnico, sobresale en dos aspectos fundamentales. Por un lado, el diseño de producción y la minuciosidad con la que se recrea la estética de los noventa. Mención especial aquí a la banda sonora que es un aliciente en todo momento y a veces hasta deja momentos memorables.
Por otro, destacan las interpretaciones. Empezando por Ricky Martin, su actuación, sin ser de lo más espectacular, tampoco molesta y los momentos que comparte con Édgar Ramírez son verdaderamente emocionantes.

Penélope Cruz, que nunca ha sido santo de mi devoción, he de reconocer que está grandiosa y las líneas que tiene saben a poco. La buena relación que mantiene con la Donatella Versace real puede ser un reclamo para darle una oportunidad a la serie para aquellos que son reacios a ella por la no muy buena acogida que ha tenido entre la familia del diseñador.

Édgar Ramírez que interpreta al propio Versace ha sido sin duda el gran descubrimiento. Elegante y lleno de serenidad y pasión al mismo tiempo. Atractivo hasta con entradas y canas (magnífico el trabajo de caracterización).

Y, por último, pero no menos importante, una verdadera ovación a Darren Criss. Tenía su oportunidad de brillar y no la ha desperdiciado. Ya sea bailando, desinhibido y terrorífico o expresando toda clase de las más complejas emociones que pueden pasar por el rostro de un psicópata, su actuación es sin duda una de las mas admirables de los últimos años y se merece todo el reconocimiento posible en la temporada de premios.

Versailles es como el hermano pequeño superdotado que no es consciente de su potencial e imita a su hermano mayor al que cree superior. Querer estar a la altura de una superproducción está bien pero con dos temporadas estrenadas y una tercera en proceso creo que ya va siendo hora de que deje de fijarse en las series de masas, dígase GoT, y empiece a explotar como está mandado su verdadero carácter, desinhibido y juguetón.

Lo mejor: Alex Vlahos y Evan Williams y la pareja que forman como Monsieur y Chevaliere
Lo peor: que intente ser lo que no es ni necesita ser

Pocas películas de los 90 han envejecido tan bien como ésta. No es solo que haya envejecido bien. Revisándola ahora en la época de las producciones audiovisuales en masa, podemos ver en sus 2 horas de duración un ímpetu y una intensidad de los que hasta las mejores producciones actuales carecen.
Con una nueva adaptación, esta vez en formato serie al parecer, de las novelas de Anne Rice que está al caer, se puede decir que en los últimos 20 años no ha habido ninguna película o serie del género que esté a la altura de ''Entrevista con el Vampiro''.
Esperemos que ésta afirmación dure poco.

La corrección política nos obliga a respetar todas las opiniones incluso las de mequetrefes malhumorados que no se cortan ni un pelo en decir que esta película es mala por ser feminista e inclusiva. Yo no creo que esta película sea mala. Creo que es la mejor película de acción del momento:
- Dos mujeres en los papeles principales.
- Elenco diverso: solo hay una actriz norteamericana. El resto son de Sudáfrica, Bélgica, Países Bajos, Italia y Gran Bretaña. Como Sense8 pero sin clichés.
- Ningún personaje masculino o femenino aparece sexualizado.
- La única relación romántica es una pareja gay que rompe con todos los estereotipos: no pueden morir, son fuertes y poderosos y están continuamente compartiendo muestras de afecto, soliloquio de amor incluido.

Todas estas "extrañezas" no aparecen forzadas en ningún momento y están incluidas con sutileza pero con seguridad en la trama, que es sencilla pero efectiva. Las escenas de lucha están filmadas con minuciosidad y profesionalidad envidiables (solo hay que echar un ojo a los making of). Estupenda la dirección de Gina Prince-Bythewood. Si ver personajes femeninos y homosexuales con papeles protagonistas en tramas de acción te resulta ofensivo, a lo mejor te lo tienes que hacer mirar.

¡Ojalá que llegue pronto la secuela!