La historia trata de como el Capitán Pescanova trata de salvar al mundo llevando a una pandilla de adolescentes y obsesas sexuales con un virus que los hace imbéciles y una extraña mutación que sustituye toda neurona de su cerebro por hormonas a una isla para buscarles la única utilidad posible: Ser devorados.
La cosa sería mas simple si los caníbales que no se dedicaran a correr de arriba a abajo por el bosque persiguiendo pantallazos del famoso juego que da nombre a esta película.

Desgraciadamente el Capitán Pescanova muere ya que desconocía que la enfermedad que provoca subnormalidad profunda de los adolescentes era contagiosa.
Pero la historia no termina ahí. El genial Uwe Boll aprovecha para contarnos a la historia del tatarabuelo del Capitán Pescanova. Un cura loco español (lo de la nacionalidad es importante) que se embarcó en un viaje para conocerse a si mismo atado de pies y manos en un barco, pero es desterrado casualmente a la isla a donde han llevado a los imbéciles de los protagonistas donde se ha construido con tecnología alienígena una choza 20 veces mas grande por dentro que por fuera e iluminada a través de ventanas que transforman la luz de la luna en luz diurna.