Está película se incrustó bien adentro de mi ser por que simplemente amo a nuestra madre primera, la naturaleza. La historia no va con muchas vueltas, un padre y sus 2 hijos se dirigen al desierto australiano para un picnic familiar, el padre se suicida y para rematar quema el auto en el que llegaron, la adolescente y el niño tendrán que llegar nuevamente a la civilización, si es que sobreviven.
Con una fotografía destacable, una banda sonora regular y unas flojas actuaciones la película no pierde carisma, por que filosofa sobre la libertad, esa que el ser humano jamás encontrara en su sociedad, sino con la madre primera que en un principió se nos muestra hostil y lo es, pero una vez que se la conoce simplemente un poquito ya deja de serlo y nos muestra su belleza y la libertad, que es simple. De eso se trata esta película.
Quedan, sin embargo, algunos hechos simbólicos que no entendí y no voy a tener problema en analizarlos nuevamente por que la veré varias veces más. Está dicho, totalmente recomendada.

Quiero empezar expresando mi indignación con respecto al trato que se le da a este tipo de películas, a las cuales se les resta importancia y si no es por que uno no deja de informarse y curiosear, nunca nos enteraríamos de la existencia de las mismas.
Ahora si, vamos a la película. Imposible no encontrar similitudes con Fuckin Amal de Lukas Moodysson, el planteo es idéntico en ambas, hasta el prototipo de los personajes son iguales con algunas diferencias. Pero no es para asustarse, Céline Sciamma tiene lo propio y su film es estéticamente hermoso, principal diferencia, la segunda diferencia son las actuaciones, con escaso dialogo Marie y Floriane transmiten muchísimo, además, Céline se centra especialmente en el complejo del cuerpo y la sexualidad de una forma muy correcta y le da un desenlace a mí parecer buenísimo. Otro detalle es la ausencia completa de padres, correctísima por cierto, por que la orientación sexual es una decisión en la que no debería intervenir nadie. Claro que el film tiene muchos guiños más muy bien trabajados y también algunos errores que la directora pasa por alto, y es que si uno mira su sociedad actual, especialmente la argentina, podrá ver que el adolescente ya no es tan inocente con la ayuda de la tecnología. Más allá de esto la película no pierde la magia y es totalmente recomendable para visualizar.