Hay grandes actrices, actrices excelentes, mediocres, y luego existen las actrices irrepetibles, grupo al cual pertenece sin duda Marilyn Monroe. Inolvidable su actuación en esta película. A pesar de que el argumento podría parecer (y de hecho lo es) bastante simple, la película acaba siendo magistral, una comedia divertida, con diálogos fascinantes, aunque hablen solamente de esa mezcla de champán y patatas fritas. Marilyn Monroe ha sido una actriz cómica inigualable, sus gestos, sus miradas, su forma de moverse, todo ello le hizo ganarse su lugar en la historia del cine. De todas las peliculas que hasta ahora he visto de ella, esta es la mejor. Tom Ewell es un compañero de reparto ideal, ese baile que se marca en el dormitorio es sin duda el contrapunto a la mítica imagen de Marilyn con el vestido de altos vuelos sobre el respiradero del metro. Ambos magníficos a su manera. Ella, Marilyn, elegante, glamurosa, femenina, seductora, radiante. Él, Tom, indeciso, torpe, natural, nervioso, divertido. No puedo ponerle un 10 porque para mi sobran las escenas en las que está sentado en la terraza e imagina que su mujer está frente a él, creo que cualquier otra escena con Marilyn habría sido mejor. Recomiendo ver esta película a cualquiera que quiera pasar un buen rato, no le defraudará.

Unas interpretaciones extraordinarias, principalmente la de Natalie Wood, con un papel que marcaría para siempre su carrera, convierten esta película en un clásico dificilmente olvidable. Bastaría con guardar en la retina varias escenas de la actriz para mostrar lo que el cine es o, mejor dicho, lo que nunca debería dejar de ser: emoción en estado puro.
Si dijera que la película trata sobre el amor, loco e intenso, de dos personas que pertenecen a dos clases sociales totalmente distintas, no estaría mientiendo pero tampoco estaría diciendo toda la verdad. Porque esta película es mucho más que eso, trata sobre prejuicios, sobre presiones familiares, sociales, sobre rebeldía, sobre caida libre y por encima de todo trata sobre la capacidad de luchar, de seguir adelante, de sobrevivir. Imprescindible Natalie Wood recitando el poema que da título a la película. Nunca unos versos han sonado tan bellos, tan profundos, tan auténticos y tan dolorosos como en esplendor en la hierba.

Eva al desnudo nos enseña que no todo es lo que parece. Es una metáfora de cómo alguien puede hacer un papel fuera del cine, en su vida real. La película es larga, pero no se hace pesada, ya que reune escenas y diálogos intensos, en algunos momentos divertidos, en otros melodramáticos. Bette Davis está magnífica en su papel de estrella en plena madurez, cuando los papeles de jovencitas quedan un poco fuera de lugar en actrices más maduras. Y ahí aparece la nueva acompañante, Anne Baxter, que se introduce en su vida con sus anhelos y sus ganas de triunfo. Y finalmente logra triunfar. Es la primera escena de la película. En cambio la última escena, inesperada, nos enseña que el ciclo no termina, que todo se repite. Todos los actores estan radiantes, las dos actrices protagonistas, Marilyn Monroe, aunque apenas aparezca, y George Sanders, que antes de aburrirse, nos dejó papeles hechos a su medida, como éste. Mereció la pena.