Chaplin lleva a cabo una labor excepcional con la creación de esta película. Parte del drama social real de su época y lo transforma para hacer un humor sencillo, pero muy efectivo, que sirve como crítica hacia todo aquello que no le gusta de la sociedad en la que vive.

Como es común en sus películas, el espectador vive el ritmo que le van marcando con gran habilidad, pasando de un estado de tristeza y reflexión a un estado de frenético y aparentemente descontrolado humor, cargado de teatralidad.

Con Tiempos modernos se consiguió superar la barrera que rodeaba al espectador, al que ya no solo se entretenía sino que se le hacia volver a casa con una idea con la que reflexionar, con un mensaje claro y definido que Chaplin camuflaba con lo que mejor sabia hacer, el humor.

Sin lugar a dudas, esta es una de mis películas favoritas, con la que siempre me río, por muchas veces que la vea y que creó escuela tanto en su época como en la actualidad, llevando un delicioso humor con conciencia social a todo el mundo.

A simple vista podemos tildar la película de aburrida, al fin y al cabo es la vida de un hombre poderoso al que no le ocurre gran cosa. Pero tras un breve estudio empiezas a darte cuenta de que es de esas películas que dicen más de lo que aparentan. Puede que ese fuese el problema del estreno.

Actualmente el problema surgiría del ojo ya entrenado del espectador moderno, al que no le sorprende en gran medida toda la innovación que Orson Wells plasmó en este film y que ha llegado hasta nuestros días, de tal forma que no llegamos a apreciarla a simple vista.

Desde mi perspectiva esto le da un encanto singular a la película que, si bien no me llegó a gustar en la primera impresión, ha conseguido llamar mi atención en el segundo vistazo.

Con razón Ciudadano Kane ha llegado a ser todo un clásico por su innovación técnico-artística, y no solo ha creado escuela en este punto sino que trajo consigo una de las palabras de culto cinematográfico más populares hasta la fecha, "Rosebud".

Cantando bajo la lluvia me ha parecido una película con una fórmula muy utilizada en el cine en cuanto al romance del protagonista con la chica, que de forma casual, entra en su vida y le planta cara. Esto la haría típica y aburrida sino fuese por el contrapunto y el espectáculo que se consigue con las canciones, los números de baile, las payasadas y los elementos inesperados, como la desagradable voz de Lina Lamont, lo que desencadena una serie de situaciones que me han parecido realmente cómicas.

Sin embargo, los números musicales en muchas ocasiones se hacen insufriblemente densos y largos, logrando bajar el ritmo de la película y arrancarme un ligero bostezo. Por fortuna el trabajo de los actores es excepcional y consiguen reengancharte a la trama rápidamente.

Como actriz en este largometraje destaco a Jean Hagen, quien consigue un personaje muy desagradable y creíble; y como bailarín y cómico a Donald O'Connor, quien demuestra unos pasos enérgico y un humor trepidante.

En conclusión, Cantando bajo la lluvia me parece un film de merecido reconocimiento, que me ha arrancado más de una sonrisa y que no dejará de ser un clásico nunca.