Una sátira hacia el mundo de la televisión y de los realitys que tan de moda están. Me ha recordado en algunos momentos a la cacho de película de Oliver Stone Asesinos Natos, por eso del "todo vale" con tal de conseguir un minuto de gloria, con una falta total de moralidad y de respeto a uno mismo.
Hugh Grant por fin haciendo un papel diferente al de tartamudo encantador que nos tiene acostumbrados y Dennis Quaid graciosísimo en el papel de un Bush despistado y deprimido.

Carece de personalidad propia, es una vulgar imitación de cualquier Superman de Cristopher Reeve, empezando por el actor: que parece de plástico, la chica: que se va a romper en cualquier momento, el marido de la chica: típico calzonazos, el malo: de risa, no se lo cree ni él, la novia del malo: puro adorno...En fin, una tontería de principio a fin...

Una mezcla entre American Beauty y Dony Darko, estupenda, como estas dos, desmoronando las entrañas de una familia aparentemente "normal", y que no deja de serlo, simplemente, nos adentra en sus miserias, temores y delirios, como cualquier familia de cualquier raza, cultura o nacionialidad. Un encanto el actor protagonista Lou Taylor y todos en general, desde el primero al último. Lo único que me deja un poco confusa es ese final tan esperanzador que no siempre se corresponde con la realidad y que parece un poco "Made in Usa".
En su conjunto es una película inolvidable sobre el amor, las relaciones, la adolescencia, la madurez, los sueños, los deseos... Sobre el ser humano.

Qué manera de quedarse con el público, te venden la película como una comedia original y divertida, por lo que se me ocurrió meterme a verla con mi hijo de 13 años, (a falta de otra mejor en cartelera), no sé cómo fuí capaz de aguantar hasta el final. me suelen gustar las historias gamberras y con sentido del humor absurdo y vulgar, pero ésta se pasa de estúpida, sin argumento y sin ninguna gracia, tan sólo una serie de gags que intentan ser divertidos sin conseguirlo lo más mínimo. Por supuesto también tiene tintes machistas, sexistas y xenófobos, vamos, que lo tiene todo para ser considerada la peor película del año.

Entré con la sensación de que estaba ante un peliculón y salí con la decepción de no saber ni lo que había visto: una sucesión de videoclips para adolescentes fanáticos de videojuegos.