Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de José Carlos Fernández Moscoso
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
2
8 de octubre de 2008
9 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo siento. No me gusta Sangre de mayo, de José Luis Garci. Y me entristece porque no existe en España un director de su factura. Pedro Almodóvar es otra cosa, extraordinaria pero distinta. El resto de distinguidos aún en activo tienen su sello, pero no está tan presente en sus obras como el de Garci.
Sin rodeos. Sangre de mayo me parece un supino aburrimiento. Dejé de luchar con las cabezadas en las escenas del enfrentamiento entre los franceses y los madrileños. Demasiada cámara lenta, pero pulcrísimamente rodadas. Y al menos algo de música original de Pablo Cervantes, con un cierto tufo a Llamaradas de Hans Zimmer, pero bien colocada. Le tengo que preguntar a Pablo Cervantes cómo puede llevar años trabajando con un director que tiene en el culo el concepto de introducción de la música en las escenas y tan pesado que es capaz de colocarnos un tema principal hasta siete veces en un mismo filme. Y si alguien lo duda, recuerden You`re the One o la misma Sangre de mayo.
Tragarme dos horas y media de filme para sólo salvar la batallita y el cuadro final de la película a pesar de su sobrada teatralidad y la innecesaria ñoñez previa del cura rezando con todos es demasiado imperdonable tratándose de Garci. Su primera película histórica, independientemente del tratamiento temporal en otras obras suyas como El abuelo, es un auténtico muermo. ¿Quince millones de euros para no contar nada, menos en los últimos 20 minutos? ¿Acaso una historia amorosa como otras tantas con momentos de viejos roñones que parecen extraídos de Escenas de matrimonio? ¿Debo suponer que la historia me la sé porque he leído los Episodios Nacionales? Si fuera eslovaco y no tuviera ni puñetera idea de la historia de España -que es desde la perspectiva desde la que debe escribirse el guión y dirigirse el filme-, me quedaría en blanco. ¿Alguien me explica qué puñetas vienen a hacer los franceses? ¿Por qué Sangre de mayo parece un folletín con episodios como Arrayán en lugar de un ejemplo de película histórica?
No me vale excusar la pulcritud técnica de la película. La mayor parte de los actores no tienen que ser dirigidos y siempre están bien donde los pongas.
Ah, sí, los decorados... Yo tengo un grupito de conocidos que hacen belenes en Navidad en San Fernando que quedan acojonantes de realistas. Yo mismo tengo tres primeros premios, dos segundos y tres terceros en años de montaje de porexpán con escayola, pinturas plásticas, modelaje y esos ripios. Esos escenarios madrileños son tan perfectos que parecen construidos por un sarasa de pueblo en una pretenciosa obra teatral pueblerina. Todo está colocado tan milimétricamente que, de lo real que es, resulta falso. ¿Otros tecnicismos? Coño, es que está Gil Parrondo. A estas alturas, si no tenemos ni eso bien hecho, apaga y vámonos...
(www.arrozamargo.blogspot.com)
José Carlos Fernández Moscoso
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
22 de agosto de 2008
7 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si terminan de visionar Mamma mía! y están deseando salir corriendo del cine ante el espanto que han sufrido durante casi dos horas, no se vayan todavía. Aún hay más, que decía el pedante Superratón de nuestra tierna infancia.
Tras todo un compendio de muecas y gestos en una de las peores interpretaciones de Meryl Streep en toda su carrera, la horrenda voz del gélido Pierce Brosnan y las tropelías con la cámara cometidas por Phyllida Lloyd, directora de este engendro, queda por ver lo que realmente y con seguridad les provocará la risa nerviosa que dará rienda suelta a la frustración que suscita uno de los peores musicales de todos los tiempos. Así que no se levanten y vean los créditos, algo que no tienen costumbre de hacer, para contemplar al impagable ex 007 vestido al más puro estilo glam setentón, en un homenaje a aquellos años en los que las canciones de Abba arrasaban y ahora, a pesar de su diáfano anacronismo, podían haberse salvado con nota, tal y como se ha hecho con la extraordinaria Hairspray, la enormemente fotografiada Chicago (con su obra maestra de secuencia-clip de Richard Gere con los periodistas marionetas) o Moulin Rouge, el mejor musical contemporáneo del celuloide, ‘verbi gratia’ no sólo al concepto espacial de Baz Luhrmann y a sus intérpretes (Kidman y McGregor sí que sabían cantar), sino también a las extraordinarias adaptaciones del compositor Craig Armstrong.
Lo de Mamma mía! tiene delito. Una amable historia ha sido transformada en una sucesión de torpes números musicales, nefastamente dirigidos, carentes de la espacialidad necesaria en determinadas escenas de las secuencias para ofrecer al espectador una visión general, de claras reminiscencias teatrales, imprescinsdibles en el cine musical, un género en el que debe tenerse tino a la hora de manejar tanto las composiciones de los elementos y actorales como el ritmo narrativo, enlazado en este caso por una saturación de canciones negativamente dispuestas, en momentos en los que el espectador requiere diálogos explicativos y protagonizados por intérpretes que han sido asesorados por sus peores enemigos, con especial énfasis en Meryl Streep, que encarna a la asombrada madre al contemplar en la boda de su hija a los tres hombres con los que antaño mantuvo su carnal flirteo. No me cabe la menor duda de que a la Streep la ha vestido alguna de sus oponentes a los Oscar, la ha peinado quien más la odia y, sobre todo, no ha tenido una dirección adecuada que tamice su siempre tendencia a la sobreactuación. Pero resulta obvio que la ¿directora? de esta basura procede del teatro y no es Sydney Pollack cuando supo extraer lo mejor de ella en Memorias de África.
José Carlos Fernández Moscoso
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
WALL·E
Estados Unidos2008
7.9
130,394
Animación, Fred Willard
9
22 de agosto de 2008
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si continúan pensando que el cine de animación es un espectáculo lúdico exclusivamente para niños, salgan de su craso error con la mejor película del género de los últimos años. Y, obviamente, no cometan el fallo de considerar que estamos ante un producto infantil. Si lo hacen, sufrirán a sus pequeños desconectados de la película a los pocos minutos de comenzar su metraje. Demasiada inteligencia, demasiados mensajes y guiños a obras maestras cinematográficas como para considerar a Wall-E como un Piecito robotizado de En busca del valle encantado o incluso el vacío Buzz Light Year que la propia Pixar llevó al cine para convertir su Toy Story en un icono de la animación contemporánea, aunque a distancia en ingenio y madurez de esta pequeña obra maestra que no necesita apenas diálogos ni zafiedades con las que nos suelen hacer sufrir en las películas animadas para el público menudo.
Cuánto cine en Wall-E, en su concepción y en cada uno de sus fotogramas convertidos en guiños a los grandes clásicos. El enternecedor robot bien pudiera haberlo ideado Carlo Rambaldi tras ET, al encontrarnos un claro homenaje de diseño hacia el extraterrestre más famoso del mundo. ¿Acaso el timón de mando que decide rebelarse no es una versión desmitificada del HAL 9000 de 2001, una odisea del espacio? La película de Kubrick está presente en Wall-E no sólo visualmente (plácidos paseos espaciales con los sones del Danubio azul, escotillas abiertas para arrojar a los protagonistas a la usanza de la acción cometida en su día por el ojo rojo del Discovery,...). Resultan gratamente sorprendentes las reminiscencias conceptuales a la obra espacial capital del director de Senderos de gloria y Espartaco en la búsqueda orgánica de vida por parte de la amadísima Eva que volverá desquiciado a Wall-E, la lucha por regresar a la tierra, devastada por la acción humana, el universo de robots -en esta ocasión en clara referencia al mundo de Star Wars- y el mensaje final de un filme en el que, de una manera tan inteligente, se han sazonado tantos mensajes solemnes con el liviano papel de terceros como la cucaracha colega del robot o el limpiador que persigue al sucio y maravilloso protagonista, tan ingenuo como un pequeño felino escondido tras algún objeto aguardando los movimientos del nuevo ser que viene a perturbar la cotidianeidad diaria, la de limpiar los restos del mal, causados por los seres humanos.
Si a ello unimos el homenaje de Pixar y concretamente de Andrew Stanton como director y guionista al musical hollywoodiense plasmado cada noche en el televisor de la ‘casa contenedor’ de Wall-E, enganchado a la vitalidad del Put On Your Sunday Clothes de Hello Dolly!, entonces estamos ante una maravillosa película, un producto inteligente que seguramente no será entendido por el público que busca lo fácil en la animación.
José Carlos Fernández Moscoso
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Más sobre José Carlos Fernández Moscoso
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow