Buf, que decir. Estoy abrumado, confuso... Nunca antes había visto una adaptación tan exacta de un juego de ordenador. Los actores no son actores, en realidad son muñecos inexpresivos y robotizados que pretenden decir algunas líneas de ¿diálogo? y acompañan sus estupideces habladas con estupideces ¿coreografiadas? de pretendida acción.

Como en el juego, no hay guión, sólo hay una excusa para ir pasando diferentes niveles en los que matar a cuatro papanatas que representan ser malos. Y encima con escenas mal montadas, mal rodadas, mal actuadas, y con unos efectos especiales deplorables. Exactamente igual que el juego en el que se inspira este atentado, que también era un churro infumable. Por tanto, como adaptación, un 10, como película, pues nada, que esto no se puede considerar ni película. Y al director, perdonarle sus culpas. Ya ha demostrado sobradamente que es malo de necesidad. Si acaso se tendría que perseguir y denunciar a los productores y a la distribuidora por promocionar semejante bazofia.

En definitiva, para reir con los amigotes mientras fumas unos canutitos, nada más.